En la iniciativa de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2007, que el gobierno de Felipe Calderón envió a la Cámara de Diputados, se afirma que el sector educativo tendrá un incremento. Sin embargo, en realidad los recursos destinados a ese sector disminuyen en 4 mil 500 millones de pesos, al pasar de 361 mil millones del PEF 2006 a 356 mil 500 millones de pesos para el próximo año, lo que representa una reducción nominal de 1.2 por ciento, afirman Laura Poy y Karina Avilés, periodistas de La Jornada.
Legisladores y el secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES) expresaron su inconformidad ante el Presidente de la República por el recorte de mil millones de pesos que propone el Poder Ejecutivo federal.
La encrucijada ante la que se encuentra el Gobierno, de si es su deber invertir mayor presupuesto a la educación pública, gratuita y laica, la que no constituye ni una garantía ni menos aún un medio de "dominación" e ingerencia en el pensamiento de millones de mexicanos o la de cumplir con las recomendaciones emitidas por la OCDE, precidida por Gurría, tendientes a "privatizar" el sistema educativo nacional; forman parte indiscutible de un algido tema de debate político-acádemico-sindical. Para los neo-liberales la educación otorgada al pueblo es un lastre y una mala inversión, no reditua dividendos; para los organismos internacionales y su embate comparatista, la educación en México se encuentra en "quiebra", por lo menos así aseguran en relación al nivel de la educación básica de nuestro país y otras naciones latinoamericanas. He aquí la encrucijada, de transitar por el modelo neo-liberal o pugnar desde la lucha político-ideológico-sindical-social-cultural nacionalista por reforzar e impulsar un proyecto alternativo democrático de educación acorde a las realidades y potencialidades del pueblo de México. Adoptar modelos impuestos desde el FMI o el BM, u otros brazos del Imperio, es aceptar la derrota antes de la batalla; esa batalla nacionalista en defensa de nuestra identidad y de nuestras costumbres y cultura.
ResponderBorrarLa educación pública, laica y gratuita, constituye un patrimonio irrenunciable de nuestro pueblo; su defensa es la defensa de la dignidad y el decoro y la libertad de conciencia y pensamiento, de generaciones enteras que lucharon por consolidar una patria digna e independiente.
Los recursos destinados a la educación deberán en lo futuro disponer de un rostro auténticamente social y privilegiar el pleno desarrollo de las futuras generaciones; incrementar los recursos a la educación pública, gratuita y laica, es garantizar la plena independencia de nuestra patria; la mezquindad del Gobierno es muestra clara de su servilismo y docilidad ante el Imperio; es muestra clara de su enemistad con los ideales democráticos y de justicia social que reclaman millones de desposeídos.
¡Que los recursos a educación se incremente al 8% del PIB!