lunes, mayo 21, 2007

Los niños empresarios: una nueva apuesta en Estados Unidos

Por: Sara Aguareles

Los empresarios más jóvenes del planeta están en Estados Unidos, donde las oportunidades para crear una compañía están al alcance también de niños y niñas que todavía están en edad escolar. Son los Business Kids, una nueva generación de empresarios precoces que ya han despertado el interés de inversores como Norm Goldstein, un padre de familia que destina hasta US$ 40,000 a cada proyecto a través de su empresa By Kids For Kids.

¿Sabían que Louis Braille sólo tenía 12 años cuando inventó el sistema de lectura para invidentes que lleva su nombre? ¿O que la televisión es un invento que se atribuye a un chico de tan sólo 14 años llamado Philo Farnsworth?

Ejemplos como estos son los que, según Norm Goldstein, CEO de By Kids For Kids (BKFK), deberían llevar a los empresarios a reconsiderar el potencial creativo de los más jóvenes. La idea de crear BKFK surgió cuando la hija de Goldstein, de 11 años, inventó un soporte para pintar con pinturas de cera y evitar que estas mancharan o se rompieran. A pesar de resultar un producto muy interesante, ninguna empresa quiso apoyar esta idea invirtiendo en su comercialización. Fue entonces cuando Goldstein decidió crear su propio fondo de inversión, que ya ha participado en decenas de proyectos infantiles, entre ellos el de su hija, que ya está a la venta en todos los supermercados Wal-Mart, la mayor cadena de grandes superficies comerciales del país.

Jasmine Lawrence, de 15 años, también está apunto de firmar un contrato con esta cadena para vender los productos de Eden Bodyworks LLC, una pequeña compañía dedicada a la elaboración de productos naturales de belleza, que fundó a los 13 años. El año pasado, la joven empresaria obtuvo unos ingresos de US$ 15,000, de los que casi el 60 por ciento fueron beneficios. Actualmente el centro de producción de esta pequeña empresa sigue estando en el garaje de la casa de Jasmine, aunque probablemente pronto se trasladarán a un espacio más adecuado.

Todos los proyectos auspiciados por BKFK tienen una sola característica en común: "son ideas de niños para ser usadas por otros niños", según nos explica Norm Goldstein. El empresario afirma que "lo que buscamos es la viabilidad comercial del producto final, más que proyectos puramente científicos".

Más que una revolución en el mercado, Goldstein considera que lo realmente importante es que, con iniciativas como la suya, "podemos conseguir dar un giro a la manera en que el mundo empresarial recibe las propuestas de los niños".
A cambio del reparto a partes iguales de las ganancias que genera el invento, los jóvenes creadores se benefician de los acuerdos de fabricación que 'By Kids For Kids' tiene con grandes casas de juguetes, como 'Mattel'.

Fomentar el espíritu empresarial desde pequeños

El modelo de negocio de BKFK se está extendiendo a otros países del mundo, pero quizás estas réplicas no encontrarán un contexto que favorezca el éxito de esta empresa. En EEUU el ánimo por incentivar la creatividad de los más jóvenes está bastante generalizado, y existe una amplia oferta para fomentar el espíritu empresarial desde las primeras etapas escolares hasta la universidad.

La propia Jasmine Lawrence afirma, en su página web, que se decidió a tomar en serio su proyecto empresarial después de participar en un campamento de introducción al mundo de los negocios orientado a los niños. Este tipo de actividades no son difíciles de encontrar en EEUU, pero desde luego no son frecuentes en otros países.

Sin salir de casa, los niños también pueden desarrollar sus habilidades empresariales leyendo la sencilla "Guía hacia los negocios para niños" (Kid?s Guide To Business), que Jeff M.Brown escribió para "ayudarles a aprender y prepararse para el mundo empresarial mientras desarrollan habilidades que les servirán también en su día a día". Entre las críticas que se han hecho de este libro, encontramos la de Cam, de 16 años, que se lamenta "de no haber leído este libro antes de empezar el negocio de limpieza de coches".

Incluso los juegos de mesa para niños se han apuntado a esta corriente. En el último año se han vendido 1,800 unidades de Wall Street Spin©, un juego para niños a partir de 10 años que tiene por objetivo comprar el máximo número de acciones bursátiles en 90 minutos. Desde la casilla de salida, ilustrada como "apertura del mercado", hasta el final del juego, los participantes se familiarizan con términos como "dividendo", "blue chip", o "stock option".

Sin duda todas estas iniciativas han favorecido que los niños tomen en serio su creatividad, y se atrevan a proponer negocios a sus padres, que son el primer mercado al que hay que convencer para hacer negocios legalmente en Estados Unidos.

Anulan 'fatwa' en Egipto que obligaba a mujeres a amamantar a hombre

Un profesor de la universidad egipcia de Al Azhar tuvo que retirar una 'fatwa' que había dictado, según la cual una mujer y un hombre solo podían permanecer solos en una misma habitación si ella le amamantaba, debido al escándalo que levantó en el país y en el mundo árabe.

El Islam prohíbe a dos personas de distinto sexo hallarse solas en una misma habitación, si no están casadas o no guardan un vínculo de parentesco.

Según la 'fatwa' (ley islámica) del profesor Ezzat Attia, presidente del departamento Al Hadith (hechos y dichos del profeta Mahoma) de Al Azhar, una mujer habría podido sacarse el velo y permanecer sola junto a un colega en un despacho si lo amamantaba en cinco ocasiones, dándole "directamente el pecho".

Attia indicó que retiraba su norma y se disculpó por todo malentendido que hubiera podido causar en un comunicado divulgado el lunes por su universidad, el mayor centro de teología sunita en el mundo.

La controvertida medida había escandalizado a la prensa egipcia y suscitado críticas en entornos religiosos de Egipto y en el Golfo.

Más despensa que escuela

Por Carme Riera, catedrática de Literatura Española y escritora (EL PAÍS, 21/05/07):

Hace bastante tiempo, más de treinta años, compartí oposiciones a cátedras de instituto con una serie de contrincantes que muy pronto, en vez de rivales, se convirtieron en compañeros y poco después en amigos. La convocatoria era en Madrid y constaba de cinco rigurosos ejercicios que, interrumpidos por la muerte de Franco, se prolongaron durante cuatro meses. Además de intercambiar temas o bibliografía, intercambiábamos la esperanzada ilusión de un cambio político y eso nos unió, todavía más, me parece, que el factor común de estar de oposiciones. Hoy en día continuamos manteniendo vínculos porque consideramos que la amistad es la institución sentimental más duradera y gratificante, algo así como una fraternidad del alma, a veces, mucho más profunda, que la de la sangre. Por eso hemos seguido reencontrándonos, aunque no todos compartamos ya la docencia en institutos, puesto que la mayoría la abandonó por la política, la empresa privada o pasó a la universidad, como en mi caso. Tras cada reunión -suelen ser largas y nocturnas, sin mañana de lunes al día siguiente- he ido anotando, a petición del grupo, los temas tratados, pues a consecuencia de publicar novelas me tocó la china de ser nombrada poco menos que cronista oficial de la tertulia.

Los cuadernos muestran no sólo hasta qué punto nosotros los de entonces ya no somos los mismos, sino cuánto ha cambiado todo desde la muerte de Franco. En nuestro grupo, por ejemplo, quienes militaban en el PSUC ahora son del PP, algunos fervorosos republicanos se han hecho monárquicos, y hasta uno que pasó por ETA habría de convertirse en beligerante antinacionalista. De ese proceso dan cuentan las actas de los sucesivos encuentros que son viva memoria escrita y como tal, no juega a ser sabiamente selectiva, no escamotea ni vela nada, lo que resulta una ventaja para enfocar el pasado con objetividad. Pero siendo eso interesante, por lo que tiene de intrahistoria de la cotidianeidad de un grupo de amigos, cuyas vidas e ideologías convergieron en una época para divergir después, me lo parece más el hecho del respeto a las ideas de cada cual, por más que a veces supongan posturas contrapuestas, que han dado pie a fuertes discusiones, en especial entre dos de los tertulianos que abogan, uno por el nacionalismo catalán y otro por el españolista. Quizá sea el hecho de que ambos son nacionalistas viscerales lo que, paradójicamente, más les ha enfrentado, aunque siempre, por muy dura que haya sido la batalla dialéctica y el lucimiento de esgrima verbal, a la postre, ha triunfado el espíritu tolerante, del que siempre han hecho gala las mentalidades abiertas y en el que se basa el entendimiento democrático.

El pasado fin de semana la muerte de uno de nuestros amigos ha propiciado el aumento de la dosis de melancolía a la que la edad nos hace cada vez más propensos, aunque tratemos de evitar sus tentaciones, y me he sumergido en los cuadernos, a la búsqueda de las palabras del compañero desaparecido. Junto al latido de su voz escrita, un corazón ya para siempre al desnudo, me he percatado, con perplejidad, de hasta qué punto nuestras conversaciones de entonces tenían en común una serie de presupuestos que ahora parecen carecer de sentido. Asegurábamos, por ejemplo, que el problema de nuestro país, a la cola de Europa todavía en los setenta, sólo se solucionaría con una enseñanza de calidad, igualitaria y obligatoria, que considerábamos condición indispensable para el cambio social e incluso de la educación hacíamos depender la renta per cápita.

La educación, quizá porque éramos profesores, nos parecía a todos tan fundamental como la sanidad o más, pues entendíamos por educación una formación integral del individuo que le capacitara para el ejercicio de la libertad que otorga el conocimiento de deberes y derechos, además de convertirle en un buen catador de bienes culturales de esos que sirven para el disfrute anímico, pues creíamos a pies juntillas que no sólo de pan vive el hombre. A estas alturas, cualquiera puede observar que nos equivocamos. Si la renta per cápita española ha mejorado ha sido por razones económicas que no han ido parejas a una mayor y mejor educación. Es cierto que el analfabetismo parece erradicado y que la enseñanza es obligatoria hasta los 16 años, pero no me refiero a eso, ni tampoco a la instrucción mínima para alcanzar un graduado escolar. No me refiero a la instrucción sino a la educación, a la formación integral de las personas y a su capacitación para desenvolverse como tales, algo que tiene que ver con unos conocimientos básicos aprendidos en ciencias o humanidades, ciertamente, pero también con el ejercicio de la responsabilidad que implica, por ejemplo, no conducir borracho, no asestar una puñalada a la parienta porque no acepta la superioridad masculina, o saber discernir entre un programa de telebasura y otro que no lo es y optar por este último.

La sociedad del bienestar ha propiciado la adquisición de bienes materiales por encima de los considerados espirituales, ha exacerbado el consumismo hasta límites insospechados y nos ha hecho cautivos de marcas, modas y tendencias. Una esclavitud que afecta mucho más que a nosotros a nuestros hijos a los que no hemos sabido o podido educar -la presión del medio es atroz- como soñábamos antes de tenerlos.

Esa escuela y despensa imprescindibles para el progreso, de las que hablaba Joaquín Costa y también los institucionalistas y regeneracionistas, con los que los antifranquistas nos sentíamos entroncados, se ha quedado sólo en despensa. Ciertamente, las hambrunas de siglos parecen colmadas. Carpanta ha pasado a la historia. Incluso hemos cambiado de nutrientes, pero no sé si para bien. De los garbanzos, que, según don Juan Valera, embotaban el cerebro de los españoles y por eso eran tan duros de mollera, hemos ido a parar a la comida basura, a mi juicio, más perjudicial y paralizadora de neuronas que cualquier legumbre. Pero, vivimos, aseguran, en el mejor de los mundos posibles y la economía española sigue creciendo. Con el estómago lleno, la carencia de escuela o lo que es lo mismo el desastre nacional de la enseñanza, cuyos malos resultados nos sitúan a la cola de Europa, no parece preocupar demasiado a los ciudadanos. Tampoco a nuestros gobernantes, incapaces de llegar en todos estos años a un pacto de Estado sobre educación. El cuaderno de nuestra tertulia confirma hasta qué punto nos equivocamos en las previsiones. Fuimos utópicos de jóvenes y ahora probablemente somos ya residuales, en un mundo mucho más interesado en crear consumidores dependientes que ciudadanos libres.

¿Discriminación o cultura?

Por Mohammad Darawshe, analista político Traducción: José María Puig de la Bellacasa (LA VANGUARDIA, 21/05/07):

La actual situación del empleo de la población árabe formada que vive en Israel apunta en dirección de una evidente infrautilización de potencial y recursos humanos. En el campo de las matemáticas y de las ciencias, por ejemplo, y si en el 2005 los árabes licenciados representaban sólo un 7,7% de los que terminaban el bachillerato, debe añadirse al respecto que son sólo un 4% de biólogos y farmacólogos y un 5% de los químicos, físicos y matemáticos de Israel…, siendo así que constituyen el 20% de la población. Estas cifras indican que Israel no está valorando y aprovechando su potencial y recursos humanos. En el periódico Haaretz del mes pasado, en un artículo titulado “La mayoría de los árabes israelíes no forman parte integrante de la mano de obra asalariada”, el periodista Yoav Stern señaló que, a diferencia del resto del mundo, un aumento en el nivel educativo en Israel no garantiza mejores oportunidades de empleo. La razón de esta brecha existente en el empleo sigue sin dilucidarse plenamente: ¿obedece a la discriminación, a los hábitos y normas culturales o una combinación de los dos factores?

La existencia de actitudes abiertamente racistas entre judíos y árabes en Israel no ha de sorprender a nadie. El índice sobre las relaciones árabes-judías del 2004 señala que “el 48,2% de los árabes y el 57,8% de los judíos consideran que es imposible confiar en la mayoría de los miembros del otro pueblo (…) y casi el 39,8% de los judíos piensa que la mayoría de los árabes no son inteligentes, son culturalmente atrasados y no son respetuosos de la ley”. La teoría del prejuicio, que dice que el racismo y los estereotipos son el producto de la falta de información o de la información errónea sobre un grupo, supone que la discriminación debería estar menos extendida en la educación superior y las empresas prósperas a medida que se gana en conocimiento y experiencia. La falacia de esta teoría puede verse en los propios informes de empresarios potenciales en Israel, incluyendo el propio Gobierno israelí.

La discriminación sigue siendo un factor en la situación del empleo entre árabes formados. Los empresarios dicen que contratar a ciudadanos árabes como asalariados presenta un riesgo de seguridad o puede afectar la productividad debido a una deficiente o mala comunicación o a brechas culturales entre diversos grupos de asalariados. Aunque estas excusas son aceptadas como legítimas en la sociedad israelí en su conjunto, siguen testimoniando grandes generalizaciones, que dan lugar a estereotipos, discriminación y prejuicios.

Aunque el Gobierno ha manifestado sus intenciones de diversificar el sector público, sus esfuerzos han distado mucho de ser perfectos. Yaser Awad dice en su artículo “Pisoteando sus propias leyes” que “la proporción de árabes entre las 55.000 personas que trabajan en compañías propiedad del Gobierno es sólo del 1%”. “El número de directores árabes de empresas propiedad del Gobierno es de 54 de 557, o un 9,7%… Y ello más de un decenio después de que el Gobierno aprobara leyes que exigen una adecuada representación de árabes en instituciones del Estado”, explica.

Las políticas negligentes del Gobierno en materia de inversión y desarrollo en regiones de Israel predominantemente pobladas por árabes impiden y atrofian un mayor crecimiento económico. “Sólo cuatro pueblos árabes comparados con cerca de 500 pueblos judíos han obtenido un estatus de prioridad nacional”, declaró el presidente del Tribunal Supremo, Aharon Barak, en febrero. Esto implica que la asignación económica del Gobierno destinada a la inversión en comunidades árabes es significativamente inferior que la relativa a muchas comunidades judías, por más que la necesidad de desarrollo de pueblos y localidades árabes es igual, si no mayor. Al no invertir o promocionar el desarrollo en estas áreas, el Gobierno desatiende los potenciales conocimientos y capacitación allí existentes. Discriminar a la población árabe formada equivale a pasar por alto un importante y significativo recurso de capital humano y socava toda la economía israelí.

Otra explicación de esta persistente brecha en el empleo podría referirse a las obligaciones culturales de las comunidades árabes en Israel. Los hábitos y normas culturales en el seno de la sociedad árabe en Israel señalan que los hijos vuelvan a sus pueblos y aldeas de origen tras asistir a la universidad. Tal es especialmente el caso de las mujeres árabes, para quienes el matrimonio es el paso siguiente después de la universidad. La mayoría de las empresas de alta tecnología están situadas en la parte central del país y en las grandes ciudades, mientras que la mayoría de los ciudadanos árabes de Israel residen en pequeños pueblos en áreas periféricas. La vuelta a casa después de la universidad aumenta las dificultades de los licenciados para encontrar empleo en la industria, pese a poseer los requisitos correspondientes. Esta situación fuerza a muchos a buscar trabajo en negocios o empresas familiares o en la docencia. Las mujeres, especialmente, que valoran el matrimonio y la familia, eligen trabajar en la profesión de la enseñanza porque es tal vez la ocupación más conducente y orientada a la formación de una familia y la crianza de los hijos (cuestión a la que se enfrentan muchas mujeres en todo el mundo y que no es sólo atributo de ciudadanos árabes en Israel).

Dada la tendencia de los licenciados árabes a volver a sus localidades de origen, el inadecuado sistema de transporte público que enlaza las áreas de residencia con las áreas de empleo viene a ahondar aún más la brecha física y geográfica que media entre los árabes licenciados y las mayores oportunidades de empleo. Aun así, muchos ciudadanos árabes de Israel sostienen que no son queridos ni bienvenidos a la hora de residir en grandes ciudades judías.

Los ciudadanos árabes de Israel empiezan a comprender que para poder sacar provecho de vivir en Israel hay normas culturales que es menester cambiar. Padres de licenciados son ellos mismos licenciados y reconocen que las mejores oportunidades para sus hijos se encuentran en las ciudades. La tradición de volver a casa al pueblo tras la licenciatura está cambiando y a algunos licenciados se les autoriza a permanecer en las ciudades. Dice al respecto un estudiante universitario de Nazaret: “Antes las familias presionaban a sus hijos para que volvieran a casa. A las chicas no se les permitía vivir solas o quedarse donde estudiaban. Ahora las cosas mejoran y los padres muestran una mentalidad más abierta. Las chicas se quedan donde estudian”. Si la cultura árabe comienza a cambiar en proporción significativa, ¿revelará y pondrá ello de relieve el auténtico racismo de la cultura empresarial israelí? ¿O también se abrirán y cambiarán las mentalidades y actitudes judías? ¿Cabe efectivamente un encuentro de las mentes abiertas a fin de propiciar un crecimiento amplio y general de la economía israelí en cuyo marco nos centremos en lo que todos podemos ganar - los unos de los otros- en lugar de quedarnos detenidos en cuánto hemos perdido o podríamos perder los unos por culpa de los otros?

Irak: la experiencia mexicana

Por Carlos Fuentes, escritor mexicano (EL PAÍS, 21/05/07):

La analogía consiste en encontrar similitudes entre cosas diferentes. México en 1862 no es Irak en 2007, pero la analogía se impone como lección y advertencia. En México, la guerra civil entre liberales y conservadores culminó en la victoria de aquéllos y la inconformidad de éstos. La razón histórica favoreció a los liberales. El desplome de la cúpula protectora de España nos dejó desamparados, en busca de fórmulas políticas imitativas y formales cuya desorientación nos condujeron a las oscilaciones entre la anarquía y la dictadura. Crear un orden jurídico y social post-santanista, post-1848, fue la intención de Juárez y el liberalismo. Restaurar el orden colonial perdido y mantener los privilegios coloniales en el orden independiente, la consigna de los conservadores. La razón asistió a los liberales, la sinrazón a los conservadores, quienes, derrotados, acudirían al expediente de pedir la intervención extranjera y, al cabo, la ocupación de México por el ejército paneuropeo de Napoleón III y del trono por el débil y envidioso (de su hermano Francisco José de Austria) Maximiliano de Habsburgo. (Los Habsburgo han gobernado a México más tiempo que el PRI: de 1521 a 1700 y de 1864 a 1867).

El triunfo de Juárez y el liberalismo consolidó tanto la realidad como la voluntad de la integridad nacional de México. No nos garantizó la ecuación independencia con democracia ni con justicia. Buscarla en sus distintas dimensiones: democracia (Madero), justicia (Zapata), legalidad (Carranza), desarrollo (Obregón, Calles), desarrollo y justicia (Cárdenas), fue el propósito de los gobiernos y movimientos revolucionarios entre 1911 y 1940. Obtener, así fuera parcialmente, estas metas costó por lo menos diez años de sangre y treinta de consolidación.

Fue un proceso confuso, tan confuso como puede serlo una revolución cuando se combate a sí misma, y por ello, al cabo, un conflicto de México consigo mismo. Nada peor puede sucederle a un país que lucha por conocerse que la intervención extranjera que, por definición, desconoce el terreno foráneo que pisa. Las intervenciones de los EE UU en los asuntos internos de México fueron fatales para ambas partes, pero sobre todo para los EE UU. El desconocimiento del régimen democrático de Madero por la conspiración del embajador norteamericano Henry Lane Wilson con Victoriano Huerta y los militares de casta, interrumpió brutalmente el proceso democrático en México (como el derrocamiento de Salvador Allende por Nixon y Pinochet interrumpió el de Chile). La ceguera del presidente William Howard Taft no le dio visión a su sucesor, Woodrow Wilson, quien intervino fatalmente en México en dos ocasiones. En 1913, los marines ocuparon Veracruz y el hecho, lejos de dañar al dictador Huerta, lo fortaleció con el regalo de la unidad frente a una invasión extranjera. (El mismo error del embajador Spruille Braden contra Perón en 1945: la consigna Braden o Perón unió a los argentinos con Perón). En 1913, Huerta aprovechó la invasión de Veracruz para reclutar tropa en defensa de la patria, pero, en realidad, para combatir a Villa y a Zapata. De nuevo, en 1917, “dejó Carranza pasar americanos” buscando infructuosamente a Villa, único extranjero en invadir territorio norteamericano desde que los ingleses quemaron la Casa Blanca en 1812. Como dice el corrido, los gringos “se regresaron corriendo a su país”: la Gran Guerra concentraba el ánimo bélico de Wilson.

Acaso peor que las invasiones armadas fueron las guerras políticas libradas por los EE UU contra las reformas revolucionarias en México. En particular, la aplicación de los artículos 27 (reforma agraria y propiedad del subsuelo) y 123 (organización del trabajo) fueron combatidos con saña tanto por los intereses del capital norteamericano como por las presidencias de Warren Harding y Calvin Coolidge. Con particular encono, el senador Albert B. Fall sentó a México en el banquillo internacional de los acusados. El ex embajador Lane Wilson volvió a la carga proponiendo la división de México en el paralelo 22 para crear un “Estado colchón” neutral (o sea, sometido a los EE UU). El reconocimiento diplomático a cambio de “la protección contra la confiscación”, otorgándole al extranjero más derechos que al propio mexicano. El envío por Harding de tropas a la frontera para proteger “vida y propiedad” norteamericanas. El rechazo a la aplicación retroactiva del artículo 27. Las campañas de prensa y las presiones diplomáticas, así como la amenaza del uso de la fuerza: sólo la admirable coincidencia de las presidencias de Franklin D. Roosevelt en los EE UU y de Lázaro Cárdenas en México puso a prueba tanto la voluntad soberana de México como la voluntad negociadora de los EE UU.

La nacionalización del petróleo en 1938 provocó la ruptura de relaciones con Holanda e Inglaterra. Roosevelt resistió las clarinadas bélicas en los EE UU y decidió negociar con Cárdenas. A partir de ese momento, ha habido inevitables fricciones entre los dos países fronterizos. Pero ha privado el ánimo conciliador y diplomático. Los EE UU han convivido durante siete décadas con gobiernos mexicanos autoritarios, sin plantear la exigencia democrática que hoy esgrimen en Irak. Salimos ganando los dos. Washington no compró pleito en la política interna de México y los mexicanos, by trial and error, llegamos a nuestro propio, aunque frágil, equilibrio democrático. Los problemas están allí, pero pueden resolverse: migración laboral, crimen, seguridad, no son ya problemas que México crea a los EE UU, sino problemas que ambos creamos y ambos podemos resolver.

Evoco esta difícil relación para ilustrar los graves errores de la actual Administración norteamericana en Irak. Guerra ilegal: Sadam Husein no tenía armas de destrucción masiva. Guerra mentirosa: derrocar a Sadam no era la razón de la guerra y en Oriente Medio hay más de un tirano. Guerra contraproducente: Sadam y Osama Bin Laden eran enemigos, no aliados. La ocupación norteamericana dio a Al Qaeda la entrada a Irak que Sadam le negó. Guerra perdida: el triunfalismo inicial de Bush (disfrazado de Snoopy sobre un portaaviones) ha cedido la plaza a la derrota final de Bush.

Bush no sólo invadió sin causa. Agravió. Creó menos seguridad. Resucitó la plétora de inquinas religiosas y nacionalistas en Mesopotamia. Hoy, Irak es un campo de batalla incontrolable por la fuerza de ocupación norteamericana. Suníes, chiíes y kurdos combaten por la supremacía. La balcanización religiosa y regional impide todo intento de unidad nacional. La oposición a la guerra, mayoritaria en el mundo desde su inicio, hoy se manifiesta en los propios USA. La corona de laureles se convirtió en corona de espinas.

La lección de México consiste en dejar a los iraquíes que diriman sus pleitos seculares entre sí. Bush se resiste a abandonar Irak antes del fin de su mandato. No quiere admitir la derrota. Quiere seguir sacrificando vidas norteamericanas e iraquíes. Quiere pasarle la papa caliente a su sucesor. Quiere aplazar el día en que los propios iraquíes, sin tropas de ocupación extranjeras, como México en 1867, como México en 1917, resuelva sus propios problemas -acaso con más sangre, pero al cabo con más certeza-. Sólo los mexicanos, sólo los iraquíes, conocíamos y conocemos las profundas raíces históricas, culturales, políticas y religiosas de nuestros propios conflictos. Nadie puede resolverlos en nuestro nombre, a partir de la ignorancia y de la fuerza -o de la ignorancia de la fuerza-.

Que salgan los EE UU de Irak. El caos que siga no será mayor que el caos existente, pero tendrá una virtud: que del caos saldrá algún día una nación más viable que la actual.

Porque la ocupación norteamericana impide la formación nacional de Irak.

Porque la ocupación norteamericana no es más que el capítulo final de la larga historia de la herencia colonial en Oriente Medio. Irak marca el ocaso final de una política insostenible.

Que Irak se ocupe de Irak.

La internacionalización del genocido

por Fidel Castro Ruz, comandante en Jefe (CubaDebate, 04/04/2007)

La reunión de Camp David acaba de concluir. Todos escuchamos con interés la conferencia de prensa de los Presidentes de los Estados Unidos y Brasil, así como las noticias en torno a la reunión y las opiniones vertidas.

Enfrentado Bush a las demandas de su visitante brasileño sobre tarifas arancelarias y subsidios, que protegen y apoyan la producción norteamericana de etanol, no hizo en Camp David la más mínima concesión.

El presidente Lula atribuyó a esto el encarecimiento del maíz, que de acuerdo con sus palabras se había elevado en más de un 85 por ciento.

Ya antes, el periódico The Washington Post publicó el artículo de la máxima autoridad de Brasil, donde expuso la idea de convertir los alimentos en combustible.

No es mi intención lastimar a Brasil, ni mezclarme en asuntos relacionados con la política interna de ese gran país. Fue precisamente en Río de Janeiro, sede de la Reunión Internacional sobre el Medio Ambiente, hace exactamente 15 años, donde denuncié con vehemencia, en un discurso de 7 minutos los peligros medioambientales que amenazaban la existencia de nuestra especie. En aquella reunión estaba presente Bush padre como presidente de Estados Unidos, que en gesto de cortesía aplaudió aquellas palabras, igual que todos los demás presidentes.

Nadie en Camp David ha respondido a la cuestión fundamental. ¿Dónde y quiénes van a suministrar los más de 500 millones de toneladas de maíz y otros cereales que Estados Unidos, Europa y los países ricos necesitan para producir la cantidad de galones de etanol que las grandes empresas norteamericanas y de otros países exigen como contrapartida de sus cuantiosas inversiones? ¿Dónde y quiénes van a producir la soya, las semillas de girasol y colza, cuyos aceites esenciales esos mismos países ricos van a convertir en combustible?

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domingo, mayo 20, 2007

Elecciones contra la corrupción

Por Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción (EL PERIÓDICO, 19/05/07):

El informe del Parlamento Europeo sobre la corrupción urbanística en España contiene un dato que ejemplifica una realidad mucho más amplia: en un municipio, los representantes europeos se reunieron con el alcalde y los promotores inmobiliarios, “uno de los cuales es hermano del concejal de urbanismo”. La gestión del urbanismo se ha situado siempre como piedra angular en el debate sobre la corrupción. El Informe de Transparencia Internacional sobre la corrupción en el 2006 lo confirma: “La calificación del suelo urbano es el origen de los mayores casos de corrupción. España es el país de la OCDE donde el precio de la vivienda ha subido más en los últimos años”.

Este diagnóstico ha sido confirmado por el citado informe del Parlamento Europeo, en el que constata el “enladrillado del litoral” mediterráneo y “el descomunal enriquecimiento de una pequeña minoría a costa de la mayoría”. Denuncia a “los implacables ayuntamientos que han aprobado a sabiendas la construcción en suelo no calificado oficialmente para tal fin”, y advierte de que “las presiones a favor de la ejecución de grandes proyectos urbanísticos suelen proceder de la comunidad empresarial, que es la que más se beneficia de esta lucrativa actividad”.

EN ESTE MARCO, la tipología de la corrupción municipal es muy amplia y ha generado ya una jurisprudencia consolidada, como el otorgamiento de licencias urbanísticas a una sociedad inmobiliaria formada por un alcalde y concejales, la concesión de licencias de edificación en suelo no edificable o de otras que vulneraban las normas vigentes de volumen de edificabilidad, pese a constar informes técnicos desfavorables, licencias que luego fueron compensadas por la venta a los concejales de pisos en el edificio ilegalmente construido.

La actividad urbanística, por tanto, se ha revelado como un potencial instrumento de enriquecimiento de los ediles en cuanto están dotados de capacidad de decidir en asuntos de gran trascendencia económica y social, con un amplio grado de discrecionalidad y escasos controles. Basta considerar lo que significa decidir sobre el suelo, su calificación, su enajenación, además de las licencias urbanísticas, todas ellas decisiones públicas de gran riesgo en cuanto confluyen con intereses particulares. Y que, además, deben garantizar prioritariamente derechos fundamentales, como el derecho a una “vivienda digna y adecuada”, a un “medioambiente adecuado para el desarrollo de la persona” y a una “calidad de vida”. Derechos que obligan a los ayuntamientos a que esa actividad esté siempre presidida por el interés general y la participación ciudadana en la planificación y ejecución urbanística y, desde luego, en las plusvalías que genere el suelo. Son condiciones básicas para evitar el urbanismo basura presente en tantas ciudades.

Todo este proceso de corrupción ha sido favorecido por causas estructurales que precisan de una reforma sustancial. Por ejemplo, las incompatibilidades previstas para alcaldes y concejales han sido siempre, manifiestamente insuficientes. No es aceptable que la ordenación, gestión, ejecución y disciplina urbanística, la competencia más importante de los municipios, no genere ningún tipo de incompatibilidad formal y expresa para los concejales y alcaldes, a la vista de los valores económicos que mueve la actividad inmobiliaria y la alta discrecionalidad de la actuación administrativa en materia de urbanismo. Con la legislación vigente, como se comprueba a diario, una persona puede simultanear el cargo de alcalde o concejal con una actividad económica de promoción inmobiliaria y de construcción en el propio municipio.

Ante esa vergonzosa regulación, el Gobierno ha aprovechado la tramitación del proyecto de ley del suelo para introducir mejoras en el ámbito de la Administración local, precisando algo más las causas de incompatibilidad, limitando las actividades privadas empresariales tras el cese en el cargo público y extendiendo a los cargos municipales electos un régimen de incompatibilidades más estricto. Veremos si las medidas adoptadas son realmente eficaces, porque continúa sin regularse un sistema de vigilancia y control del cumplimiento de las obligaciones impuestas.

Igualmente, en los últimos años se han eliminado controles internos en el funcionamiento de la Administración local, como la llamada “advertencia de ilegalidad”, que correspondía a los secretarios, respecto de los acuerdos municipales. Y se restringió el efecto paralizador de los expedientes cuando los interventores señalaban “reparos” de orden económico-legal, que permitías parar expedientes en los que podía mediar corrupción.

EN DEFINITIVA, se trata de garantizar que los ayuntamientos se ajusten a los principios democráticos de objetividad y servicio al interés general con radical exclusión de la arbitrariedad. Es decir, no puede ser, como decía la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a Jesús Gil, que un “alcalde actúe, contrate y comprometa fondos municipales sin más regla que su propia voluntad, haciendo superflua la presencia de los demás órganos integrantes del ayuntamiento, tanto técnicos como políticos”.

Ante esta realidad, las próximas elecciones deberían ser el punto de partida de un gran compromiso cívico de ayuntamientos y ciudadanos para crear una cultura de rechazo de la corrupción.

Cuenta atrás para la guerra de Irán

Por Alain Gresh, editor de Le Monde Diplomatique (EL PERIÓDICO, 20/05/07):

En silencio, como a hurtadillas y alejada de las cámaras, la guerra con Irán ya ha empezado. Hay muchas fuentes que confirman que Estados Unidos, empeñado en la desestabilización de la República Islámica, ha aumentado sus ayudas a una serie de movimientos armados entre las minorías étnicas azerí, baluchi, árabe y kurda, que conforman casi el 40% de la población iraní. ABC News informaba el mes de abril de que Estados Unidos había ayudado en secreto al grupo baluchi Jund al-Islam (Soldados del Islam), responsable de un reciente atentado en el que murieron unos 20 miembros de la Guardia Revolucionaria. Según un informe de la American Foundation, comandos norteamericanos están operando dentro de Irán desde el 2004.

El presidente George Bush calificó a Irán, junto con Corea del Norte e Irak, de eje del mal en su discurso sobre el estado de la Unión de enero del 2002. Después, en junio del 2003, dijo que Estados Unidos y sus aliados deberían dejar claro que “no tolerarían” la construcción de un arma nuclear en Irán.

PUEDE SER interesante recuperar el contexto en que dichas afirmaciones fueron hechas. El presidente Mohamed Jatami había invocado insistentemente un “diálogo entre civilizaciones”. Teherán apoyó activamente a EEUU en Afganistán, ofreciendo muchos contactos que Washington utilizó para facilitar la defenestración del régimen talibán. Durante una reunión celebrada en Ginebra el 2 de mayo del 2003 entre Javad Zaraf, embajador iraní, y Zalmay Khalilzad, enviado especial de Bush a Afganistán, el Gobierno de Teherán presentó una propuesta a la Casa Blanca acerca de negociaciones generales sobre armas de destrucción masiva, terrorismo y seguridad y cooperación económica. La República Islámica dijo estar dispuesta a apoyar la iniciativa de paz árabe elaborada en la cumbre de Beirut del 2002 y ayudar a transformar el Hizbulá libanés en un partido político. Teherán firmó el Protocolo Adicional al Tratado de No Proliferación de 18 de diciembre del 2003, que refuerza considerablemente los poderes de supervisión de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), pero que solo unos pocos países han ratificado.

La Administración norteamericana ha dejado a un lado todas esas propuestas, ya que su único objetivo ahora es derrocar a los ayatolás. Con el fin de crear las condiciones para una intervención militar, esgrime constantemente la carta de “la amenaza nuclear”. Año tras año, las administraciones de EEUU han generado informes alarmistas, que siempre han resultado ser falsos. En enero de 1995 el director de la Agencia Norteamericana de Control Armamentístico y Desarme dijo que Irán podría tener la bomba en el 2003, mientras que el secretario de Defensa, William Perry, predijo que ya tendría la bomba en el 2000. Unas previsiones que fueron repetidas por el israelí Shimon Peres un año después. En cambio, el mes pasado, a pesar de los avances de Irán en el enriquecimiento de uranio, la AIEA consideró que faltan entre cuatro y seis años para que Teherán tenga la capacidad de producir la bomba.

¿Cuál es la verdad? Ya en la década de los 60, mucho antes de la revolución islámica, Irán había intentado desarrollar energía nuclear como preparación para la era pospetróleo. Los progresos tecnológicos han facilitado el paso de aplicaciones civiles a militares, una vez dominados los procesos. ¿Han decidido hacerlo así los líderes de Teherán? No hay indicios que apunten a ello.

¿Existe el riesgo de que puedan hacerlo? Evidentemente, existe por razones obvias.

Durante la guerra Irán-Irak de 1980-1988, el régimen de Sadam Husein, violando todos los tratados internacionales, utilizó armas químicas contra Irán, pero no hubo protestas por parte de EEUU contra esas armas de destrucción masiva, que tuvieron un efecto traumático sobre el pueblo iraní. Hay tropas norteamericanas en Irak y Afganistán, e Irán está rodeado por una red de bases militares extranjeras. Dos de sus países vecinos, Pakistán e Israel, tienen armas nucleares. Ningún líder político iraní podría dejar de darse cuenta de esta situación.

POR LO TANTO, ¿cómo debe prevenirse que Teherán adquiera armas nucleares, un paso que desencadenaría una nueva carrera armamentista en una región en situación ya altamente volátil, y asestaría un golpe mortal al Tratado de No Proliferación? Contrariamente a lo que se suele suponer, el principal obstáculo no es el propósito de Teherán de enriquecer uranio. Irán tiene todo el derecho a hacer eso, según el Tratado de Proliferación Nuclear, pero siempre ha afirmado que estaba dispuesto a imponer restricciones voluntarias a ese derecho y aceptar el aumento de las inspecciones de la AIEA para prevenir cualquier posible utilización del uranio enriquecido para usos militares.

La gran preocupación de la República Islámica está en otra parte. Lo prueba el acuerdo firmado el 14 noviembre del 2004 entre Francia, Gran Bretaña y Alemania, por el que Irán aceptaba suspender temporalmente el enriquecimiento de uranio, al entender que un acuerdo a largo plazo “garantizaba compromisos firmes en temas de seguridad”. Washington se negó a esos compromisos e Irán volvió a su programa de enriquecimiento.

La UE decidió no seguir una línea independiente, sino seguir la iniciativa de Washington. Las nuevas propuestas elaboradas por los cinco miembros del Consejo de Seguridad y Alemania en junio del 2006 no contenían ninguna garantía de no intervención en asuntos iranís. En la respuesta de Teherán a las propuestas, entregada en agosto, una vez más “se sugería que las partes occidentales dispuestas a participar en el equipo de negociación anunciaran, en nombre propio y en el de otros países europeos, que aparcaban cualquier política de intimidación, presión y sanciones contra Irán”. Solo si se adoptaba este compromiso, se reanudarían las negociaciones.

Y si ese compromiso no se adopta, la escalada será inevitable. La elección de Mahmud Ahmadineyad como presidente en junio del 2005 no ha facilitado el diálogo, visto su gusto por las declaraciones provocativas, sobre todo acerca del Holocausto e Israel. Pero Irán es un país grande, rico en historia y mucho más grande que su presidente. Hay mucha tensión dentro del Gobierno, y Ahmadineyad ha soportado serios reveses tanto en las elecciones locales como en las de la Asamblea de Expertos, en diciembre del 2006. Hay retos de mucha entidad, económicos y sociales, y enérgicas demandas de más libertad, sobre todo de mujeres y gente joven. Los iranís no aceptan ser controlados, y la única carta del régimen para ganar su lealtad es la del nacionalismo, negándose a aceptar el tipo de interferencia militar sufrida en el siglo XX.

A pesar del desastre en Irak, no existen indicios de que Bush haya abandonado la idea de atacar Irán. Forma parte de su visión de una “tercera guerra mundial” contra el “fascismo islámico”, una guerra ideológica cuyo final solo puede ser una victoria total. La demonización de Irán, agravada por la actitud de su presidente, forma parte de esta estrategia y puede culminar en una nueva aventura militar, lo que sería un desastre no solo para Irán y el mundo árabe, sino también para las relaciones occidentales, especialmente europeas, con Oriente Próximo.

viernes, mayo 18, 2007

Referéndum y lucha de poder en Rumanía

Por Daniel Reboredo, historiador (EL CORREO DIGITAL, 18/05/07):

Cincuenta años después de que todo empezase, la integración de los países europeos en el proyecto de la Unión se ha convertido en un sistema complejo, sin precedentes en la Historia y sin ejemplos similares en otras partes del mundo contemporáneo. Los viejos y los nuevos Estados-nación del continente se han sumado a ella, algunos se han quedado a la espera de formar parte de la misma y sólo unos pocos siguen queriendo permanecer fuera, aunque no sabemos por cuánto tiempo. La mejor prueba del éxito la constituyen las sucesivas rondas de profundización y ampliación. La UE está muy viva y ofreciendo resultados, a pesar de muchas previsiones negativas y a despecho de todo tipo de escenarios catastróficos, ya que, a diferencia de los imperios del pasado, se asienta sobre sistemas democráticos y sobre el principio de libre asociación. En el Consejo Europeo celebrado en Luxemburgo los días 12 y 13 de diciembre de 1997, se planteó la posibilidad de admitir en la UE a algunos países del antiguo bloque socialista que habían solicitado su incorporación al proyecto europeo. En una primera fase (1 de mayo de 2004) se sumaron al mismo Polonia, República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Chipre y Malta y en una reciente segunda fase, 1 de enero de 2007, se han incorporado Rumanía y Bulgaria.

El primero de estos países, Rumanía (tierra de romanos y república semipresidencialista democrática y multipartidista), eufórico por su incorporación a la UE (’Hora de la alegría’), vive en estos momentos la incertidumbre del vacío de poder que han generado los enfrentamientos entre su clase política. La inestabilidad permanente en la que ha vivido el país desde la caída del régimen comunista (personalista) de Nicolae Ceaucescu llegó a ser insostenible el pasado mes de abril. Después de la crisis económica que provocó una rebelión en Timisoara y más tarde en Bucarest en diciembre de 1989, fue ejecutado el dictador junto a su esposa, y se estableció un Frente de Salvación Nacional presidido por Ion Iliescu, que ganó las sucesivas elecciones hasta 1996, año en el que asumió la presidencia el democristiano Emil Constantinescu.

En 2000 volvió Iliescu y, cuatro años más tarde, Traian Basescu, al frente de una coalición de centroderecha, fue elegido presidente (51,2% de los sufragios) y hombre fuerte de la política rumana. El tercer presidente del país, tras la caída del comunismo, tomó posesión del cargo en diciembre de 2004 y en su discurso inaugural en el Parlamento prometió hacer de Rumanía un «país diferente» en los años siguientes. Capitán de barco, inspector de Navegación Civil, subsecretario de Estado y jefe del Departamento de Tráfico Marítimo en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes y después ministro del mismo en los gobiernos de Petre Roman, alcalde de Bucarest en 2000 y 2003 y presidente de la república rumana, Basescu, aparecía ante sus conciudadanos como proeuropeo, proatlantista y comprometido con las reformas económicas de mercado.

Su política populista; las acusaciones de injerencia en la política interior del país y de manipulación y abuso de las instituciones del Estado; el malestar proveniente de sus críticas a la clase política, al Parlamento y al Gobierno, a los que acusa de corrupción e incompetencia; la condena, previo informe, del régimen comunista y de algunos políticos en activo como Ion Iliescu (colaboracionistas); y, fundamentalmente, su enfrentamiento con el primer ministro Colin Popescu Tariceanu y con sus antiguos aliados liberales que pactaron con los socialdemócratas su suspensión y eliminación de la vida política, generaron una situación de inestabilidad tal que el Parlamento rumano acordó, el pasado 19 de abril, suspender al presidente en sus funciones (acusándole de violar la Constitución) y convocar un referéndum para el 19 de mayo, mañana, tal y como establece la Carta Magna rumana. Referéndum que se realiza para determinar la continuidad del destituido Basescu y que sólo será válido si acude a votar más del 50% del censo electoral, es decir, unos nueve millones de rumanos. El electorado deberá responder con un sí o un no a la pregunta ‘¿Está de acuerdo con la destitución del presidente Traian Basescu?’.

El ’suspendido’ presidente tiene a su favor que sigue siendo el político más popular y respetado de Rumanía debido a su discurso directo y a las reformas que ha realizado para luchar contra la corrupción, el crimen organizado y en pro de la independencia de la Justicia, y de ahí que todo apunta a que será confirmado en su cargo, recuperando las funciones inherentes al mismo y que desempeña provisionalmente el presidente del Senado, Nicolae Vacaroiu. La última modificación legislativa relacionada con el referéndum y con el deseo de la oposición socialdemócrata de expulsar a Basescu se produjo a principios de mes, cuando el Tribunal Constitucional del país modificó la ley para que se pudiera destituir al jefe de Estado sólo con la mayoría de los votantes que acudan a las urnas.

En otra coyuntura, la preocupante situación política que atraviesa Rumanía no tendría más relevancia que la propiamente interna, pero en estos momentos la inestabilidad que genera afecta directamente a la UE y a la crisis que por otros motivos padece. Rumanía aún no ha superado la herencia comunista en sus relaciones políticas y sociales. La época de transición en la que se encuentra sigue caracterizándose por la difícil convivencia de dos tendencias opuestas, que son la nostálgica de los favorecidos por el antiguo régimen y la de los que se consideran víctimas sufrientes del mismo y reclaman justicia o venganza. El país vive una época muy confusa. La rivalidad entre los políticos, que ha culminado en el caos actual, hace imposible el diálogo y la democracia. Esta peligrosa e irresponsable actitud añade una preocupación más a una UE que sigue controlando el cumplimiento, por parte de los sucesivos gobiernos del país, de las condiciones que se puso a Rumanía para su precipitado ingreso.

Intentar reconciliar la democracia con la creciente interdependencia internacional constituye un problema que va más allá de las fronteras de Europa. Hoy en día los descendientes de los que inventaron la soberanía y el Estado-nación deben diseñar nuevas formas de democracia supranacional a fin de estar a la altura del tipo de integración que ya se ha conseguido en algunas políticas. La Unión es un claro ejemplo en este sentido, pero para asentar proyectos tan complejos como éste, los países miembros deben consolidar cada vez más sus democracias y superar situaciones como la rumana. La apuesta de ampliarse hacia el Este fue de tal envergadura que la UE tuvo que idear una reforma institucional para poder funcionar con 27 miembros, reforma recogida en un Tratado constitucional ahora en cuarentena por la negativa francesa y holandesa a ratificar el texto. La actual presidencia alemana de la UE quiere recuperar este tema y superar el mencionado rechazo al texto constitucional, tal y como han manifestado Ángela Merkel y su ministro de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier. La inconsistencia política rumana y la rebeldía integrista polaca deben cortarse de raíz para que sus negativos efectos no afecten a un complejísimo y dificultoso proceso, el europeo, que por primera vez ha superado las diferencias socioculturales, económicas y políticas particulares, priorizando la voluntad de convivencia y la conciencia de un pasado común.

jueves, mayo 17, 2007

¿Guerra contra el narcotráfico?

Por Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México desde 2000 a 2003 y profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Nueva York (EL PAÍS, 14/05/07):

Como resultado de su experiencia en Vietnam, Colin Powell elaboró en vísperas de la Guerra del Golfo la doctrina que lleva su nombre. Tres tesis en particular se volvieron celebres y adquirieron carácter de dogma durante un decenio en el seno de las Fuerzas Armadas norteamericanas. A propósito de una posible intervención militar en otro país, Powell argumentaba que, en primer lugar, EE UU necesitaba poseer un claro rasero para definir el éxito; en segundo término, debía involucrarse sólo si contaba con una fuerza militar aplastante; y en tercer lugar, antes de entrar, era preciso saber cómo salir.

La Doctrina Powell se aplicó en aquella guerra, y, por lo menos para su país, las cosas salieron bien. El éxito consistió en sacar a Irak de Kuwait; Washington entró con medio millón de efectivos, y en cuanto se logró el objetivo deseado se marcharon, sin abusar de su victoria y buscar la caída de Sadam o la captura de Bagdad. En 2003, Donald Rumsfeld archivó la Doctrina Powell; hasta la fecha, no se sabe en qué consistiría un ya imposible triunfo estadounidense y los 150.000 soldados nunca bastaron; y hoy Washington no encuentra cómo extraerse de la debacle.

Este precedente reviste alguna pertinencia para la guerra contra el narcotráfico declarada por el presidente Calderón, de México, al tomar posesión de su cargo. En el año 2006 tuvieron lugar en México un poco más de dos mil ejecuciones; el país, y muchos observadores extranjeros, tuvieron la impresión -probablemente acertada- de que el ex presidente Vicente Fox había perdido las riendas de la seguridad y el orden, por estas razones, y por otras de índole político, Calderón resolvió hacer de la lucha contra el narco y la inseguridad la piedra de toque de su Administración. Sacó a las Fuerzas Armadas de sus cuarteles, lanzó un gran número de operativos conjuntos de ejército, marina y policía federal, y le declaró la guerra al crimen organizado.

Al 3 de mayo de este año, se habían producido 758 ejecuciones en México, un ritmo muy superior al de 2006. Se dice, con razón, que los muertos de Fox fueron por pasividad, complicidad o incompetencia; mientras que los de Calderón constituyen el precio a pagar por una guerra pospuesta durante demasiado tiempo. Un problema estriba, sin embargo, en que los altos funcionarios encargados de la guerra bajo Calderón son… los mismos que asumieron responsabilidades casi idénticas bajo Fox: el procurador general de la República, el secretario de Seguridad Pública, el secretario de la Defensa.

Otro problema reside en una paradoja: el recurso a la retórica de la guerra es útil y eficaz, pero también entraña el respeto a las reglas de la guerra. Desafortunadamente, la aplicación en México de la Doctrina Powell brilla por su ausencia. ¿Cuándo se ganará la guerra contra el narco y la violencia? ¿Cuál es el rasero del éxito? ¿Existe una fuerza aplastante? ¿Cuál es la estrategia de salida? Cuando se retire la tropa de las zonas “ocupadas” como Michoacán, Nuevo León, Sinaloa, Guerrero, Tamaulipas y Tijuana, y vuelvan las policías estatales y municipales ¿quién volverá realmente? ¿la ley y el orden, o el narco?

El dilema de los anteriores presidentes mexicanos -Ernesto Zedillo y Vicente Fox- y que hoy confronta Calderón con la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico, no es privativo de México. Muchos países del continente se han visto obligados a lidiar con la carencia de opciones para combatir a los carteles; los ha desgarrado el carácter contradictorio de la injerencia militar en lo que es a final de cuentas un asunto civil. En algunos casos el dilema es antiguo: Perú y Colombia se debaten desde hace años sobre el balance idóneo de ejército, policía nacional y ayuda extranjera para derrotar o contener al crimen organizado. El ejemplo más reciente es el brasileño.

Brasil se encuentra en una situación análoga a la mexicana en esta terrible materia. Habiendo sido un país de consumo relativamente bajo, de producción limitada o circunscrita a ciertos estupefacientes, y a diferencia de México, de tráfico reducido, hoy es un gran productor, un punto intermedio en rutas a Europa, y sobre todo, un creciente mercado de consumo. Al igual que México, sus policías han resultado ser impotentes y/o cómplices del narco. Las favelas y las cárceles de São Paulo, de Río de Janeiro y de otras grandes ciudades, o están en manos de narcos, o en las de policías locales: más o menos lo mismo. Hace unas semanas, el gobernador del Estado de Río, Sergio Cabral Filho, le solicitó al presidente Lula la intervención del ejército. Pero Lula se resiste: esto ha llevado al Gobierno brasileño a estudiar alternativas, una de ellas dolorosa para un país verdaderamente federalista y que también se ha propuesto para México: la creación -existente en ciernes- de una policía nacional, de preferencia única, preventiva e investigativa, con efectivos suficientes para transformarse en una fuerza eficaz, al estilo de la Policía Nacional de Carabineros en Chile.

Suelen esgrimirse varios argumentos contra la intervención militar. El primero es clásico: se sabe cuándo sale la tropa de los cuarteles, pero no cuándo regresa. En Brasil, donde las Fuerzas Armadas han pasado tanto por periodos de institucionalidad como de involucramiento directo en la vida política (la más reciente entre 1964 y 1985), no se trata de un asunto menor.

Otro argumento, quizá superficial pero no descartable, es el económico: resulta más caro mantener a la tropa fuera de los cuarteles, que adentro. Asimismo, como el uso del ejército no puede representar una solución definitiva, pero a la vez puede producir el espejismo de la inmediatez, se convierte en un pretexto para postergar una solución permanente, a saber una policía nacional eficaz y bien dotada. En México se inició la creación de una tal policía en 1998; no ha progresado -hoy apenas cuenta con ocho mil efectivos-.

Por último, en Brasil, se subraya la lógica falta de preparación del ejército para una labor policiaca. Los militares brasileños -y hasta donde se sabe, los mexicanos también- reconocen que no son aptos para el trabajo de patrullaje, retenes, investigaciones, interrogatorios, detenciones. Por ello, consideran que el riesgo de errores, de excesos, y sobre todo de enajenación de la población civil ante las casi seguras violaciones a los derechos humanos, puede transformar la buena imagen que en general posee el ejército. Al grado que, en Brasil, las autoridades aceptan en privado que una de las razones por las cuales se envió un contingente militar de mantenimiento de la paz a Haití fue para que adquiriera la experiencia y sensibilidad necesarias para actuar en zonas urbanas hostiles.

La guerra contra el crimen organizado ¿es realmente una guerra? En caso de serlo ¿se puede ganar? De ser factible la victoria ¿el costo es pagable? Nadie alberga respuestas definitivas a estas interrogantes. Pero las sociedades -y los gobiernos que las conducen- deben discutirlas, para no ir a la guerra, justamente, sin fusil.

La otra Polonia

Por Adam Michnik, ex líder de Solidaridad, editor general de Gazeta Wyborcza. © Project Syndicate. Trad. Claudia Martínez (LA VANGUARDIA, 15/05/07):

Recientemente, el Parlamento Europeo condenó el intento del Gobierno polaco de despojar a Bronislaw Geremek de su mandato parlamentario. Geremek, líder de Solidaridad, ex preso político y ministro de Asuntos Exteriores responsable del ingreso de Polonia en la OTAN, se negó a firmar otra declaración más de que no había sido agente de la policía secreta comunista.

Los parlamentarios de la UE calificaron las acciones del Gobierno polaco de caza de brujas y Geremek declaró que la ley de depuración de Polonia era una amenaza a las libertades civiles. En respuesta, el primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, acusó a Geremek de “perjudicar a su madre patria”. Los comunistas emplearon las mismas frases cuando Geremek criticó su desgobierno. La Corte Constitucional del Polonia del 11 de mayo terminó con gran parte de la ley de depuración y protegió la posición de Geremek en el Parlamento de la UE - al menos por ahora-. Pero la ley de depuración es solamente un ejemplo entre varios de un esfuerzo sistemático del Gobierno actual de Polonia por socavar las instituciones y el tejido democrático del país.

¿Qué sucede en Polonia, el país donde empezó la caída del comunismo?

Cada revolución tiene dos fases. Primero viene una lucha por la libertad, luego una lucha por el poder. La primera hace que se eleve el espíritu humano y extrae lo mejor de la gente. La segunda desata lo peor: envidia, intriga, ambición, sospecha y una necesidad de venganza. La revolución de Solidaridad en Polonia siguió un curso inusual. Solidaridad, sumergida por la fuerza cuando se declaró la ley marcial en diciembre de 1981, sobrevivió a siete años de represión y luego regresó en 1989 subida a la ola de la perestroika de Gorbachov. Durante las negociaciones de la Mesa Redonda se llegó a un acuerdo entre el ala reformista del Gobierno comunista y Solidaridad. Esto abrió el camino al desmantelamiento pacífico de la dictadura comunista en todo el bloque soviético.

Solidaridad apoyó más el acuerdo que la venganza y abrazó la idea de una Polonia para todos y no de un Estado dividido entre ganadores omnipotentes y perdedores oprimidos. Desde 1989, cambiaron los gobiernos, pero el Estado se mantuvo estable; incluso los poscomunistas aprobaron las reglas de la democracia parlamentaria y una economía de mercado.

Sin embargo, no todos aceptaron este camino. Hoy, Polonia está gobernada por una coalición de revanchistas post-Solidaridad, poscomunistas generadores de problemas, los herederos de los chauvinistas pre Segunda Guerra Mundial, grupos xenófobos y antisemitas y el contexto de Radio Maryja, los voceros del fundamentalismo etnoclerical.

Se nota preocupación: se socava la autoridad de los tribunales, se ataca la independencia del Tribunal Constitucional, se corrompe el servicio civil y los fiscales están politizados. La vida social se regula represivamente. ¿Por qué? Toda revolución exitosa crea ganadores y perdedores. La revolución de Polonia trajo derechos civiles de la mano de una mayor criminalidad, una economía de mercado junto con empresas fallidas y un alto desempleo, y la formación de una clase media dinámica junto con una mayor desigualdad de ingresos. Abrió a Polonia las puertas de Europa, pero también suscitó miedo a los extranjeros.

Los veteranos de Solidaridad creían que tras la muerte de la dictadura vendría su propio reinado. Pero los comunistas culpables no fueron castigados y los activistas virtuosos de Solidaridad no fueron recompensados. Los perdedores se negaron a admitir que el logro de la libertad era el mayor éxito de Polonia en 300 años. Para ellos, Polonia seguía siendo un país gobernado por el aparato de seguridad comunista. Una Polonia de estas características requería una revolución moral en la que se castigaran los delitos, se recompensara la virtud y se redimiera la injusticia.

Los medios elegidos por los perdedores después de ganar en el 2005 fue una gran purga. Se espera que la depuración, según las primeras estimaciones, afecte a 700.000 personas. Es más, era la obligación de cada una de las 700.000 personas que fueron objeto de la depuración declarar que no colaboraron con los servicios secretos. Quienes se negaran a hacerlo serían despedidos y se les prohibiría trabajar en su profesión durante diez años. El objetivo de la revolución pacífica de Polonia era la libertad, la soberanía y la reforma económica, no una caza de agentes sospechosos o reales de la policía secreta. Si se hubiera organizado una cacería de agentes en 1990, ni las reformas económicas ni el establecimiento de un Estado gobernado por el derecho habrían sido posibles. Polonia no estaría ni en la OTAN ni en la UE.

Hoy, dos Polonias están enfrentadas entre sí. Una Polonia de sospecha, miedo y venganza está luchando contra una Polonia de esperanza, coraje y diálogo. Esta segunda Polonia - de apertura y tolerancia, de Juan Pablo II y Czeslaw Milosz, de mis amigos de la resistencia y de la cárcel- debe prevalecer. Creo que los polacos una vez más defenderán su derecho a ser tratados con dignidad. La decisión del Tribunal Constitucional brinda la esperanza de que la segunda fase de la revolución polaca no consumirá ni a su padre, la voluntad de libertad, ni a su hijo, el Estado democrático.

La ofensiva conservadora

Por Álvaro Delgado-Gal (ABC, 17/05/07):

Una semana antes de ganar las elecciones, Sarkozy pronunció en Bercy un discurso muy jaleado por la prensa, incluida la adversa. Tardé unos días en bajar el discurso de internet y, lápiz en mano, recorrerlo de cabo a cabo. Dios premia en ocasiones a los rezagados: mientras incumplía mi compromiso con Sarkozy, leí un libro que Mondadori había publicado en el 2004 y que lleva por título Senza Radici. En Senza Radici, el todavía cardenal Ratzinger y Marcello Pera, presidente a la sazón del Senado italiano, hablan el uno con el otro y concurren en diagnosticar que Europa está presa de una misteriosa, ominosa enfermedad, tan rara y tan destructiva como la que mortalmente aflige a las doncellas en cuyo cuello ha clavado Drácula sus colmillos. Esa enfermedad es el relativismo. Volví a la alocución de Sarkozy y me encontré, miren ustedes por dónde, con el mismo mensaje. Según Sarkozy, el 68 ha inoculado en su país un morbo que liquida la moral y suprime la solidaridad y el sentido del deber. El discurso del presidente, apoyado en la repetición anafórica, y muy eficaz retóricamente, alude al episodio sesentayochista con insistencia casi maniática. El 68 le sirve, literalmente, para hacer vudú, un vudú dirigido contra la izquierda hedonista, el multiculturalismo -que Sarkozy prefiere llamar «comunitarismo»-, y el abuso irresponsable y egoísta del Estado benefactor. Pero el concepto central es, de nuevo, el relativismo. Cito literalmente: «…el 68 nos había impuesto el relativismo intelectual y moral». A esto, en astronomía, se le llama «alineamiento de planetas». Un laico atribulado, un tomista que después sería Papa, y un político que presidirá la quinta República durante cinco años, denuncian el mismo fenómeno y proponen remedios necesariamente distintos, aunque emparentados por la naturaleza común del mal que se pretende combatir. Mi pregunta es la siguiente: ¿nos enfrentamos a un ectoplasma suscitado por el pensamiento conservador, o es verdad que nuestras sociedades están sufriendo un proceso degenerativo y potencialmente letal?

En mi opinión, la alarma de los conservadores no es gratuita, y la invocación del relativismo como causa del desarreglo, no está tampoco mal traída. Empecemos por estudiar qué clase de bicho es el relativismo. La filosofía relativista alega, en esencia, que la verdad o falsedad de las cosas está indiciada a la perspectiva desde la cual se las contempla. Los méritos de este argumento se me han antojado siempre dudosos, por decirlo suavemente. En efecto, sólo tiene sentido que me dirija a otro para convencerle de algo, si se cumplen dos requisitos. El primero, es que piense que ese algo responde a la verdad. En segundo lugar habré de entender que el otro, precisamente porque no comparte mis convicciones, ocupa una perspectiva distinta a la que ocupo yo. Aceptadas estas premisas, el tinglado relativista se viene abajo. ¿Por qué? Conforme a la doctrina relativista, las verdades que yo inste deberán estar indiciadas a mi perspectiva. Pero el que me escucha sólo puede concebir verdades indiciadas a su perspectiva. Por tanto, para que la verdad viajara eficazmente de una perspectiva a otra, debería cambiar de índice a medio camino, lo que no se sabe qué significa ni tiene pies ni cabeza. El problema se plantea, en fin, más en el campo de la pragmática, que de la lógica estricta. El problema es que no se comprende a santo de qué los relativistas insisten en la tarea, inexplicable desde su propio punto de vista, de ponerse a convencer de nada a nadie.

El relativismo, ininteresante filosóficamente, obra sin embargo efectos portentosos en el plano de la experiencia social. En una sociedad en que se ha decidido que no existe la verdad objetiva, se abren dos horizontes de acción: o el de la violencia, inevitable cuando a cada cual le da por imponer una verdad que no es confrontable con las ajenas, o el de la tolerancia absoluta. Lo último se suele conocer como «pluralismo». Se entiende que son pluralistas aquellas sociedades en que no se acepta ninguna verdad transversal pero en las que tampoco se critica ni ataca a nadie por el hecho de cultivar su propia, intransmisible verdad. ¿Qué régimen político conviene mejor a este equilibrio de verdades dispersas y como replegadas sobre sí mismas?

Un candidato obvio, es la democracia. La democracia a que me refiero, es la liberal reducida al absurdo. En la democracia liberal clásica, teníamos la ley y el parlamento, y las cartas de derechos que se querían proteger y desarrollar mediante la ley y el parlamento. En la democracia liberal reducida al absurdo, se identifica el derecho con la arbitrariedad del individuo, y la ley con un artificio cuyo única función es impedir que la gente se haga daño. Es evidente que una sociedad así no es viable, salvo en la fantasía de los anarquistas o de quienes depositan en la mano invisible de Adam Smith esperanzas poco realistas. No está claro, no obstante, que no estemos caminando, lentamente, hacia un escenario moral próximo al de la democracia reducida al absurdo. Con algunas circunstancias agravantes, por cierto. En la democracia imaginaria que les he pintado, no existirían, por ejemplo, los inspectores de Hacienda. El motivo es obvio: no se le puede pedir a Mengano que sacrifique parte de sus recursos con el argumento de que así lo exigen la justicia, la solidaridad, el interés general, o cualquier otra causa mayúscula. Las causas mayúsculas son patrimonio del moralista, no del relativista que ha descubierto, o cree haber descubierto, que los niños no vienen de París y que la lírica edificante es el refugio de los borrachos o de los bribones. Sucede sin embargo, ¡oh sorpresa!, que las democracias de verdad son enormemente impositivas. En ellas se redistribuye la renta apelando a la justicia, la solidaridad, y el interés general. En nombre de estos principios, los políticos compran el voto y los electores se rascan recíprocamente el bolsillo. Ocurre como si asistiéramos a una enorme conspiración de todos contra todos, montada sobre argumentos que, simultáneamente, el ethos dominante nos invita a no tomar en serio.

De manera que sí, estoy de acuerdo con la tesis conservadora de que nuestra sociedad ha perdido el oremus, y se dedica a hacer eses sobre un suelo deslizante. Y también estoy de acuerdo en que a nuestra sociedad le aguarda, tal como está, un futuro problemático. Segunda pregunta: ¿qué tiene que ver todo esto con los soixanthuitards? Mucho, mientras pongamos cuidado en no confundir las magnitudes. Como es bien sabido, el mayo anarcoide estalló, mes arriba, mes abajo, en todo Occidente. ¿Por qué ocurrió esto? Ratzinger nos diría que la muerte de Dios, anunciada por Nietzsche, es una de la causas. Y Pera invocaría el relativismo epistémico de Kuhn y compañía. Son argumentos de peso. Pero yo no echaría en saco roto un comentario que al desgaire hace Naipaul en The Killings in Trinidad, un ensayo sobre un episodio sangriento protagonizado por un imitador alienado de los panteras negras -y blanco, para más señas- , y unas cuantas descerebradas inglesas que jugaron a perderse en un rincón remoto del Caribe. Naipaul se refiere, despectivamente, al ludismo de las clases medias -middle-class playfulness-: tras decenios de prosperidad, paz y libertad, las masas democráticas han perdido el sentido de la realidad. El análisis teológico no está reñido con el zoológico.

La censura de los gobiernos aumenta en internet, según informe

Por la Agencia EFE en Londres. 17 de Mayo de 2007

Veintiséis de un total de cuarenta y un países de distintas partes del mundo estudiados bloquean o filtran los contenidos de internet, según un informe mundial publicado hoy por la alianza universitaria "OpenNet Initiative".

"El estudio muestra que la censura de internet está creciendo en todo el mundo", señala John Palfrey, director ejecutivo del Centro Berkman de Internet y profesor de Derecho en la Universidad de Harvard (EEUU).

"El filtro y la vigilancia por internet pueden erosionar gravemente las libertades civiles y la privacidad y asfixiar las comunicaciones globales", agrega el experto.

Según el informe, cada vez se suman nuevos países a esas prácticas de censura y éstas se caracterizan además por una sofisticación creciente.

Irán, China y Arabia Saudí no sólo filtran material de distinto tipo sino que bloquean también numeros contenidos.

Corea del Sur es un caso interesante pues apenas practica la censura pero la aplica a fondo cuando se trata de Corea del Norte, señala el informe.

Entre los países que se dedican substancialmente al "filtrado político" de informaciones en la red están Birmania, China, Irán, Siria, Túnez y Vietnam.

Arabia Saudí, Irán, Túnez y Yemen llevan a cabo también una importante censura relacionada con las normas y los hábitos sociales.

Birmania, China, Irán, Pakistán y Corea del Sur son los países, entre los estudiados, que más bloquean las noticias relacionadas con la seguridad nacional.

Los objetivos principales de sus gobiernos son portales de extremistas, separatistas o relacionados con disputas fronterizas.

Por el contrario no se detectó censura de internet en otros países, entre ellos Venezuela, Nepal, Malasia, Zimbabue, Israel, Afganistán y Egipto, así como Cisjordania y Gaza, en algunos de los cuales los investigadores pensaban encontrar algún tipo de filtrado.

Los autores del estudio citan entre los motivos principales para censurar informaciones la política - se filtran o bloquean las informaciones de los grupos de oposición, las normas sociales - también los contenidos considerados ofensivos, y la seguridad nacional: se censuran los portales de grupos radicales o separatistas.

La "OpenNet Iniciative", autora del estudio, es fruto de la colaboración de las universidades inglesas de Cambridge y Oxford, la estadounidense de Harvard y la canadiense de Toronto.


martes, mayo 15, 2007

Felicitaciones a los Maestros en su día.

Para todos aquellos que nos guían, nos apoyan, nos motivan, e incluso nos regañan:

¡¡¡Muy Feliz Día del Maestro!!!

Con Cariño

Teresita Rincón

viernes, mayo 11, 2007

LOS ASESINOS DE COLON

Me he quedado muda, confundida, enojada, preocupada. Al leer el "juramento de los caballeros de colón", que acaba de publicar el Licenciado Salvador López, he entrado en "shock".
Si no lo has leído, te invito a que lo hagas. Aquí repito el párrafo más horrorizante que en mi vida he leído jamás.

Dice:
"Prometo y declaro que haré, cuando la oportunidad se me presente, guerra sin cuartel, secreta y abiertamente, contra todos los herejes, Protestantes, Masones, tal como se me ordene hacer, extirparlos de la faz de la Tierra, y que no tendré en cuenta ni la edad, sexo o condición, y colgaré, quemaré, destruiré, herviré, desollaré vivos a estos infames herejes. Abriré los estómagos, los vientres de sus mujeres, y con las cabezas de sus infantes daré contra las paredes a fin de aniquilar a esa execrable raza. Que cuando esto no pueda hacerse abiertamente, emplearé secretamente la copa de veneno, la estrangulación, el acero, el puñal o la bala de plomo sin tener en consideración, el honor, rango, dignidad ó autoridad de las personas, cualquiera que sea su condición en la vida pública y privada, tal como sea ordenado en cualquier tiempo por los Agentes del Papa o el Superior de la Hermandad del Santo Padre, de la Sociedad de Jesús ”.

¿Qué pasa? ¿Cómo permite la Iglesia católica que una "hermandad" que es "su brazo derecho" tenga éste tipo de juramentos? ¿O es acaso, que lo ignoran? No lo creo.

Luego, me dí a la tarea de entrar a la página de los caballeros de colón, para encontrarme sólo cosas y escritos de fé, de esperanza, de amor, de altruísmo, etc.

Uno se sus párrafos dice:
La Cultura de la Vida
"La Protección de la Vida Humana"
"Los Caballeros de Colón son inequívocamente y orgullosamente provida. De acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica, la Orden defiende la vida humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. La construcción de una nueva Cultura de la Vida donde toda vida humana es acogida, respetada y protegida por la ley es una de las más altas prioridades de la Orden".

Por otro lado tenemos el debate del aborto, al cual entró la jerarquía de la Iglesia católica de México, y por supuesto también la del Vaticato, incluyendo al Propio Papa Benedicto XVI.

¿Cómo es que por un lado defienden tanto la vida "desde la concepción", y por otro lado se hacen "cómplices" del asesinato de humanos asi como de no-natos, en el caso de que los miembros de "los caballeros de colón llegan a realizar sus bestiales actos?

¿Cómo puede una agrupación tan radical tener una actuación tan abierta y libre no solo en México sino en cualquier país donde se encuentre?

¿Qué hace en México la Secretaría de Gobernación?; ¿Cómo vigila la Segob, la organización interna de éstos grupos "radicales"? ¿Los vigila tan de cerca como lo hace con, por ejemplo, los partidos políticos?

¿Quién lo dijo?

¿Recuerda quién dijo las siguientes frases?:

a) "la democracia es una falacia inventada por los masones" y "la Iglesia Católica debe prevalecer sobre otras confesiones, y estar incluso por encima del poder del Estado".

b) "Abrid los ojos, americanos, no os dejéis seducir de nuestros enemigos; ellos no son católicos sino por política: su dios es el dinero, las conminaciones sólo tienen por objeto la opresión".

c) "La unión de los pueblos del Continente Americano solamente podrá lograrse por medio de la religión. Esto hará posible un fuerte vínculo capaz de construir la Nueva Edad Media, la Edad Media Americana".

d) "La política nacional debe encaminarse al integral mejoramiento de la raza".

e) "Proclamamos el carácter sagrado de la fe católica y su preminencia sobre todos los valores culturales e históricos que han constituido y conservan a la nación".

f) "México es una patria, la integra un pueblo generoso y de subida calidad; son sus orígenes ilustres y nació por la Voluntad Divina en el regazo de la Vírgen María de Guadalupe".

g) "Para la población católica de México, que constituye la enorme mayoría de la nación, el matrimonio tiene un carácter religioso y sagrado, que en sí mismo y en sus consecuencias esenciales, es de la jurisdicción exclusiva de la iglesia."

h) "Queremos que las mujeres de México conserven su femineidad incomparable, el recato y la gracia, el espíritu de sacrificio y de fe; anhelamos que sean cultas y enérgicas, patriotas y dignas".

i) "Repugnamos por igual al hombre afeminado y a la mujer hombruna, asqueroso y ordinario producto de una coeducación disolvente".

j) "El gobierno está limitado por la moral, los derechos humanos esenciales, los de las entidades infrasoberanas y los de la iglesia".

k) "El sindicato... debe subordinarse en todo lo concerniente a la moral, a los principios del catolicismo y a las direcciones de la iglesia".

l) "La extrema derecha está, sin duda, al servicio de un capitalismo trasnochado y radicalmente injusto que no se resigna a moderar sus ganancias; al servicio de una casta que, aunque a veces se diga cristiana, está dispuesta a combatir al cristianismo con tal de conservar sus privilegios".

Y para terminar:

m) “¡Deja de desafiar a los dirigentes del PAN o te mueres!”

Espero sus comentarios.

Juramento de los Caballeros de Colón

"Yo . . . En presencia del Todopoderoso Dios, de la bienaventurada Virgen María, del bienaventurado San Juan Bautista, de los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, de todos los Santos, sagradas huestes del cielo, y de tí, mi Santísimo Padre, el Superior General de la Sociedad de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, en el Pontificado de Pablo III, y continuada hasta el presente, por el vientre de la Virgen María, la matriz de Dios y el cayado de Jesucristo, declaro y juro que Su Santidad, el Papa, es Vicerregente de Cristo y que es única y verdadera cabeza de la Iglesia Católica o Universal en toda la Tierra; y que en virtud de las llaves para atar y desatar dadas a Su Santidad por mi Salvador Jesucristo, tiene poder para deponer Reyes herejes. Príncipes, Estados, Comunidades y Gobiernos y destruirlos sin perjuicio alguno. Por tanto, con todas mis fuerzas defenderé esta doctrina y los derechos y costumbres de Su Santidad, contra todos los usurpadores heréticos o autoridades protestantes, especialmente de la Iglesia Luterana de Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega y ahora de la pretendida autoridad e Iglesia de Inglaterra y Escocia, y de las ramas de la misma, establecidas en Irlanda y en el Continente Americano y de todos los adherentes a quienes se considera como herejes y usurpadores, enemigos de la Santa Madre Iglesia de Roma”.

“ Renuncio y desconozco cualquier alianza, como un deber, con cualquier Rey hereje, Príncipe o Estado, llámese protestante o Liberal y la obediencia a cualquiera de sus Leyes, Magistrados u Oficiales”.

“Declaro, además, que las doctrinas de Inglaterra y Escocia, de los Calvinistas, Hugonotes, y otros de nombres protestantes o Masones son condenables, y todos los que no las abandonen”.

“ Declaro, igualmente, que ayudaré, asistiré, y aconsejaré a todos y cualquiera de los agentes de Su Santidad, en cualquier lugar donde esté, ya sea en Suiza, Alemania, Holanda, Irlanda o América, o cualquier otro reino o territorio a donde vaya y haré todo lo que pueda para extirpar las doctrinas heréticas, protestantes o masónicas y para destruir a todos los pretendidos poderes legales y de cualquier clase que sean”.

“ Prometo y declaro, no obstante que me es permitido pretender cualquier religión herética con el fin de propagar los intereses de la Madre Iglesia, guardar el secreto y no revelar todos los consejos de los Agentes, según sus instrucciones y a no divulgarlos directa ni indirectamente por palabras o escritura o de cualquier otro modo, sino a ejecutar lo que se ha propuesto y encomendado, y a lo que se me ordene por medio de ti, mi Santísimo Padre, o por cualquiera de esta Sagrada Orden”.

“ Declaro, además, y prometo que no tendré opinión, ni voluntad propia ni reserva mental alguna; que como un cadáver obedeceré incondicionalmente cada una de las órdenes que reciba de mis superiores en la Milicia del Papa y de Jesucristo”.

“ Que iré a cualquier parte del mundo a donde se me envíe, a las regiones frígidas del Norte, a los espesos montes de la India, a los centros de la civilización de Europa o a las silvestres cabañas de los bárbaros salvajes de la América, sin murmuración o queja; y seré sumiso a todo lo comunicado”.

“ Prometo y declaro que haré, cuando la oportunidad se me presente, guerra sin cuartel, secreta y abiertamente, contra todos los herejes, Protestantes, Masones, tal como se me ordene hacer, extirparlos de la faz de la Tierra, y que no tendré en cuenta ni la edad, sexo o condición, y colgaré, quemaré, destruiré, herviré, desollaré vivos a estos infames herejes. Abriré los estómagos, los vientres de sus mujeres, y con las cabezas de sus infantes daré contra las paredes a fin de aniquilar a esa execrable raza. Que cuando esto no pueda hacerse abiertamente, emplearé secretamente la copa de veneno, la estrangulación, el acero, el puñal o la bala de plomo sin tener en consideración, el honor, rango, dignidad ó autoridad de las personas, cualquiera que sea su condición en la vida pública y privada, tal como sea ordenado en cualquier tiempo por los Agentes del Papa o el Superior de la Hermandad del Santo Padre, de la Sociedad de Jesús ”.

“ Para todo lo cual consagro mi vida, alma y todos los poderes corporales, y con la daga que recibo ahora suscribiré mi nombre con mi sangre en testimonio de ello, y si manifestare falsedad o debilidad en mi determinación, pueden mis hermanos y mis soldados compañeros de la Milicia del Papa, cortar mis manos y mis pies y mi cuello de oreja a oreja. Protesto abrir mi vientre y quemar azufre en él y aplicarme todos los castigos que se puedan sobre la Tierra, y que mi alma sea torturada por los demonios del Infierno para siempre”.

“ Que daré mi voto siempre por uno de los Caballeros de Colón con preferencia a un protestante, especialmente a un masón y que haré que todo mi partido haga lo mismo; que si dos católicos están luchando, me convenceré quién defiende más la Santa Madre Iglesia, y daré mi voto por él”.

“ No trataré ni emplearé a un protestante si está en mis facultades tratar o emplear a un católico. Colocaré a una señorita católica en familias protestantes, para que semanariamente rinda informes de los movimientos familiares de los herejes”.

“ Que me proveeré de armas y municiones a fin de estar listo cuando se me dé la orden o me sea ordenado defender la Iglesia, ya como un individuo o en la Milicia del Papa”.

“ Todo lo cual yo juro por la bendita Trinidad y el bendito Sacramento que estoy para recibir, ejecutar y cumplir este Juramento”.

Tomado del semanario "Iconoclasta" publicado en Guadalajara, Jalico, México.

jueves, mayo 10, 2007

Dios contra Darwin

YOLANDA MONGE - Petersburg (Kentucky) - 10/05/2007

Se diría que se está ante otro reino mágico de Disney. Pero los libros que se venden en la tienda no tienen en sus aventuras al pato Donald o al perro Pluto. En su gran mayoría son libros de texto que aseguran que la Tierra se creó en seis días y tiene sólo entre 6.000 y 10.000 años de antigüedad. El hombre apareció en el día sexto y, en el séptimo, Dios descansó. Por supuesto, los humanos no evolucionaron. Fueron creados a imagen y semejanza del Señor.

La estructura y la tecnología refieren a un parque temático. Y los inmensos dinosaurios que pueblan el edificio hacen pensar en un museo de historia natural. Pero... ¿no son esos Adán y Eva? Y... ¿no juega esa cándida niña con un Tyrannosaurus rex, que satisfecho masca una rama de árbol? Hasta la fecha, estos animalitos de 8.000 kilos, una docena de metros de altura y mandíbulas inmensas... eran carnívoros.

No en el Museo del Creacionismo. Aquí los Tyrannosaurus rex conviven en plácida armonía con los seres humanos y el mundo se explica a través del Génesis, el primer libro de la Biblia que relata la creación de la Tierra. Todo bajo la línea argumental de las siete letras C de la Historia: creación, corrupción, catástrofe, confusión, Cristo, cruz y consumación. Finalmente, una C más: Creacionismo. Museo del Creacionismo. Un Arca de Noé de 12 metros de alto. Un espectacular planetario que explica cómo Dios creó las nebulosas. Una colección de fósiles (¿verdaderos?). Medio centenar de vídeos, en uno de los cuales se explica la devastación de Nueva Orleans por el huracán Katrina, el sida, la homosexualidad, el tsunami asiático y la prostitución como el castigo al hombre por alejarse de la religión. 27 millones de dólares (20 millones de euros) invertidos en Petersburg, un pueblo de Kentucky, pero a una distancia mínima del aeropuerto de Cincinnati (Ohio), lugar del que dos terceras partes de la población de Estados Unidos viven a menos de 400 kilómetros y cinco horas de coche.

Lo tenían todo pensado sus creadores. Nada se ha dejado al azar. El ambicioso proyecto espera recibir a más de un cuarto de millón de visitantes durante el primer año, que pagarán una media de 20 dólares (15 euros) por entrada. De hecho, antes incluso de su inauguración el próximo 28 de mayo, la cafetería está siendo ampliada. Para Ken Ham, fundador y presidente de Answers in Genesis (Respuestas en el Génesis, AIG, en sus siglas en inglés), el museo representará un paso muy significativo para la cristiandad. "Nadie antes ha construido un lugar donde se puede experimentar la historia de la Biblia mezclada con la ciencia", pontifica Ham, alto, con una barba que le asemeja a los profetas del Viejo Testamento.

Cierto. Pero ¿quizá esto sea porque la Biblia no menciona a los dinosaurios? Aunque esta obviedad carece de argumentación para los fundadores del museo que, una vez más, echan mano de la Biblia para explicarlo todo. "El libro de Dios habla de forma general de animales en la tierra creados por Dios a la misma vez que Adán y Eva...". Y punto. El lema a la entrada del recinto lo explica todo: "Prepárense para creer".

Todos los empleados del museo rubrican sin temblarles el pulso la creencia de que la vida fue creada en seis días y rechazan la evidencia científica de que se necesitaron millones de años de evolución de la materia para que los seres vivos fueran como lo son ahora. Es Dios contra Darwin. Creación frente a Evolución. Fe frente a razón. Y contra la fe nada se puede. "¿Qué es el dinosaurio?", cuestiona en alto Mark Looy, cofundador del proyecto. "El símbolo de los evolucionistas", se responde. "Pues bien, nosotros echamos abajo ese símbolo al afirmar que el dinosaurio convivió con el hombre, al demostrar que la Biblia presenta la verdadera historia del mundo. Usamos dinosaurios y personas a la vez para probar la creación".

Cierto. Al menos para tres candidatos del Partido Republicano que aspiran a la Casa Blanca en 2008. Sam Brownback, Mike Huckabee y Tom Tancredo. Los tres levantaron la mano cuando, durante el debate de la semana pasada, se preguntó quién de los diez políticos que estaban en el escenario y aspiran a dirigir la nación más poderosa del planeta no creían en la evolución.

Y cierto al menos para una parte importante de la población. En Estados Unidos, el 45% de las personas cree que Dios creó a los humanos tal y como son hoy hace sólo 10.000 años (o menos) y que el hombre no comparte ningún ancestro común con el mono. Sólo el 26% de la población cree en el principio fundamental de la evolución: que la vida desciende de un solo antepasado. Otra encuesta señala que el 65% de los estadounidenses quiere que el creacionismo se enseñe en las escuelas a la vez que el evolucionismo. Los libros ya existen y Answers in Genesis los vende a 19,99 dólares (14,77 euros) en el Museo del Creacionismo.

miércoles, mayo 09, 2007

Zedillo es candidato para dirigir Banco Mundial

Nueva York, 9 May (Notimex).- Mientras el apoyo al presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, continúa desmoronándose, Estados Unidos ha comenzado a buscar a su inminente reemplazo, indicaron aquí fuentes financieras.

La posición oficial de la Casa Blanca sigue siendo de apoyo a Wolfowitz, pero de acuerdo con una de las fuentes, su relevo es "cuestión de días… cuando mucho, una semana".

Entre los principales candidatos a sucederle, están un ex-subsecretario del Tesoro, Peter McPherson, el actual jefe del banco central israelí, Stanley Fischer, y el ex líder de la política comercial estadounidense, Robert Zoellick.

Y entre posibles aspirantes no-estadounidenses estarían el ex-presidente de México, Ernesto Zedillo y el ex-ministro de finanzas afgano, Ashraf Ghani, según las fuentes.

El ex-secretario de Estado, Colin Powell, es mencionado por algunos, pero las críticas que hizo a la Casa Blanca por el manejo de inteligencia previo a la invasión iraquí, -orquestada entre otros por Wolfowitz- lo habrían descalificado.

Un panel de siete de los 24 miembros de la junta directiva del Banco, consideró ésta semana que Wolfowitz entró en conflicto de interés cuando instruyó a subalternos a promover y subirle el sueldo de su pareja, empleada del banco.

Le dio hasta la noche del miércoles para responder, y el pleno de la junta se reunirá en los próximos días para decidir si le pide su renuncia, lo despide, o encuentra una salida decorosa al peor escándalo en la historia de la institución.

Wolfowitz se ha disculpado por el incidente, que asegura, no fue producto de mala fe o premeditado, y ha señalado que se mantendrá en el puesto.

Gran parte de su mandato en el Banco Mundial lo ha encabezado con cruzadas contra la corrupción y conflictos de interés en países en desarrollo, como el que parece haber incurrido.

El ex economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michael Mussa, opina que "la mejor manera de ayudar al futuro del Banco, es renunciando".

"Cuando llegas a éste punto, lo que menos es importa ya es como llegaste hasta ahí", indicó.

El puesto máximo del Banco Mundial es ocupado de forma tradicional por un estadunidense, mientras que los europeos eligen al del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En años recientes ha habido reclamos de decenas de países miembros de ambas instituciones, para que se abra el juego a candidatos de otras regiones del mundo, pero es incierto si la Casa Blanca tomara ésta oportunidad para hacerlo.

McPherson y Zoellick son los candidatos favoritos del Departamento del Tesoro, de acuerdo con una funcionaria de la firma UBS Securties en Nueva York.

Ciudadanía antes que teocracia

Por Abdennur Prado, presidente de Junta Islámica Catalana y autor de El islam en democracia (EL PAÍS, 06/05/07):

El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha visto cómo el Tribunal Constitucional de Turquía anulaba la designación de su candidato a la presidencia del país, una decisión presentada como la enésima muestra de la tensión entre laicismo y religión. Pero no nos confundamos: en realidad, el AKP es un partido cercano a las democracias cristianas europeas, en cuyo programa no figura la idea de crear un Estado islámico, sino la de avanzar desde un laicismo excluyente de lo religioso hacia una laicidad más inclusiva.

Para encontrar un islamismo refractario al laicismo hay que fijarse en aquellos movimientos que en el mundo islámico reivindican la aplicación de la Sharia (ley islámica) como solución a los males que padecen sus países. Tras el fracaso del panarabismo y la deriva de los regímenes laicos hacia el totalitarismo, el aumento del componente religioso en la política de muchos países del Tercer Mundo se presenta como una lucha por la liberación cultural, la representación política y un desarrollo más equitativo.

El problema es que cuando estos grupos hablan de aplicar la Sharia, suelen remitirse a la jurisprudencia del periodo clásico del islam, codificada en un contexto patriarcal y autoritario. En la práctica, esto conduce a la implementación de la pena de muerte, castigos corporales, y toda una serie de leyes discriminatorias hacia la mujer, los homosexuales y las minorías religiosas. Los promotores de esta concepción anacrónica de la Sharia viven obsesionados con “relislamizar la sociedad”, inmiscuyéndose en todos los ámbitos, ahogando el pensamiento crítico y condenando a sus países al subdesarrollo. Para muchos musulmanes, esta política conduce a la destrucción del islam, transformado en una religión de Estado. La única salida pasa por superar la tentación de construir un Estado islámico, y aceptar que las leyes deben basarse en valores universales y no en la imposición de ninguna religión. Sin libertad de conciencia no hay progreso. Esto es más conforme al islam, tal y como muchos lo entendemos.

La problemática de la Sharia nos remite a la tensión entre lo global y lo local, en la cual la religión juega un papel cada vez más grande. Desde esta perspectiva, podemos realizar una comparación entre el discurso islamista y el de la Conferencia Episcopal Española (CEE). En ambos casos nos encontramos con un repliegue identitario, que defiende la supremacía de una religión como algo esencial para la supervivencia nacional. Así, el cardenal de Toledo, Antonio Cañizares, afirma que “una España unida sería una España más católica” porque el país “tiene su origen en la fe, en la unidad católica”. Lo mismo sostiene el arzobispo de Madrid, Rouco Varela: “Muchos apuestan por una España no católica, pero en el fondo el alma de España vibra a través de la historia de su conciencia, de su cultura, de todas las épocas gloriosas de su Historia… España será católica o dejará de existir como tal”.

No nos equivoquemos a la hora de identificar los problemas. En la España de principios del siglo XXI nadie, ningún colectivo medianamente representativo, invoca la Sharia, ni los castigos corporales, pero, en cambio, sí hay fuerzas poderosas que defienden que todos los ciudadanos sean gobernados según la moral católica. Si alguien tiene dudas, que lea la instrucción pastoral Orientaciones morales ante la situación actual de España, del 23 de noviembre de 2006, donde la Conferencia Episcopal defiende “la unidad histórica, espiritual y cultural de España”, afirmando el derecho de los ciudadanos a ser gobernados según este criterio religioso (la pastoral dice: “De acuerdo con un denominador común de la moral socialmente vigente fundada en la recta razón y en la experiencia histórica de cada pueblo”). La Conferencia Episcopal rechaza algunas leyes aprobadas por el Parlamento -divorcio, aborto, matrimonios homosexuales- con el argumento de que constituyen “una desobediencia a los designios divinos” y son contrarias al “patrimonio espiritual y moral históricamente acumulado”.

El carácter arcaico de este discurso salta a la vista. A principios del siglo XXI parece claro que las narrativas tradicionales de formación de las identidades nacionales no nos sirven como instrumento para lograr la cohesión social, sino todo lo contrario. Y esto es tan válido para Irán como para España. No olvidemos que si nuestro país ha sido durante siglos mayoritariamente católico, no lo ha sido libremente, sino a través de la expulsión de judíos y de musulmanes, la persecución de cristianos unitarios, y a leyes tan aberrantes como “los estatutos de limpieza de sangre” (que no sé si forman parte del “patrimonio espiritual” reivindicado por la Conferencia Episcopal).

En un sistema democrático, ninguno de los campos en los cuales existen identidades diversas puede erigirse en un elemento válido para definir la identidad colectiva. Esto es aplicable a la raza, la religión y la ideología. Un país que sitúa lo étnico como un fundamento de su cohesión, es un Estado racista. Un país que sitúa por encima una ideología es un Estado totalitario. Un país que sitúa una religión como fundamento es un Estado teocrático. Esto conduce a la exclusión de quienes no profesan dicha religión, creando una fractura en el seno de la sociedad.

Frente a estos modelos, la secularización ha generado el concepto de ciudadanía, basado en valores de corte universal, como son la propia democracia, los derechos humanos, la libertad de conciencia, la justicia social y la igualdad de género. Estos son los principios éticos y jurídicos a través de los cuales es posible lograr la cohesión social, con independencia de la religión, la etnia o la ideología de cada ciudadano. Esta secularización no debe verse como antirreligiosa, sino como posibilitadora de la convivencia interreligiosa, en un plano de igualdad. Y, sobre todo, esta secularización es valiosa en la medida en que sitúa al individuo como objeto de derecho, por encima de todo atavismo colectivo.

Si realmente queremos una España socialmente cohesionada, ayudaría mucho que la Conferencia Episcopal se emancipara de un modelo de Estado-nación basado en el catolicismo. Como musulmán español, me atrevo a afirmar que con ello saldrá ganando el propio cristianismo. Como saldrá ganando el islam el día en que los mal llamados Estados islámicos superen el modelo identitario basado en la supremacía del islam. Sólo entonces podremos unirnos en la construcción de una sociedad civil a escala planetaria, capaz de hacer frente a los abusos de la globalización neoliberal.