lunes, enero 02, 2012

Asia, el continente emergente en el mundo

Por Henry Kamen, historiador británico. Su último libro es Poder y gloria. Los héroes de la España imperial, Espasa, 2010 (EL MUNDO, 02/01/12):

Cada rincón del mundo tiene sus problemas, y en términos económicos el gran problema del año 2011 ha sido la crisis de deuda europea, que ha alarmado incluso a los Estados Unidos y ha sido en parte responsable del colapso de los gobiernos de Grecia, Italia y España. El suceso más notable del año fue, por supuesto, la Primavera Árabe, que derrocó una por una las dictaduras en todo el mundo musulmán, y aún no ha llegado a su culminación. Pero desde una perspectiva verdaderamente global, resulta difícil no concluir que el pasado año ha sido el año de Asia. Ha sido un tiempo en Asia de éxito y desastre, del triunfo humano y la miseria humana. Ha sido también un período que ha costado miles de vidas y probablemente ha salvado a miles más. Para Occidente, Asia parece estar muy lejos. Pero que se lo digan a las madres y padres de Estados Unidos, que hasta este mes han perdido más de 6.000 de sus hijos e hijas en fútiles guerras en Irak y en Afganistán. Eso es motivo para recordar la dura mano de Asia.

Un acto de 2011 que tal vez haya salvado vidas fue el asesinato de Osama Bin Laden en Pakistán en mayo. Un hombre que se dedicó a eliminar a la raza humana era inevitable que fuera eliminado, tarde o temprano, por la raza humana. Es muy posible que la pérdida de su líder espiritual iniciara el declive de Al Qaeda como una fuerza espiritual. El año también trajo la desaparición de un tirano asiático, el dictador norcoreano Kim Jong Il, cuya muerte la semana pasada provocó aclamaciones en las calles de Corea del Sur.

¿Por qué seres humanos como Bin Laden intentan masacrar a sus semejantes cuando las fuerzas de la naturaleza son perfectamente capaces de hacer el trabajo? Asia, una vez más, ha sido el centro de desastres épicos y pérdidas humanas. Japón fue la principal víctima. El terremoto de marzo y el tsunami que azotó la región a lo largo de la costa del Pacífico fue el cuarto mayor terremoto registrado a nivel mundial y el más grande en la historia de Japón. El subsiguiente tsunami provocó 15.839 muertos y 3.642 desaparecidos. La recuperación llevará mucho tiempo, gracias a la principal consecuencia del tsunami: explosión, fugas radiactivas y fallos de equipos en la planta de energía nuclear de Fukushima Daiichi, una catástrofe nuclear sólo superada por la de 1986 en Chernobyl. Juntos, el terremoto, tsunami y las explosiones fueron la mayor emergencia nacional a la que Japón se ha enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial. La economía de la zona fue destruida: los pescadores se han visto afectados y 160.000 de ellos permanecen desempleados. Y ¡recientemente se ha sugerido que las consecuencias nucleares de Fukushima podrían haber también ocasionado la muerte de 14.000 personas en los Estados Unidos! Inundaciones, incendios, huracanes, maremotos: Asia en 2011 no ha carecido de ninguno de ellos. Tailandia en octubre sufrió su peor inundación en más de medio siglo. Australia tuvo desastrosas inundaciones. Y en Mindanao los tifones e inundaciones en las últimas pocas semanas dejaron más de mil muertos, ciudades y campos en ruinas y la población sin comida y refugio.

Los logros asiáticos también emergen como una gigantesca sombra sobre el futuro. Cuando a un candidato republicano para las elecciones presidenciales de este año en Estados Unidos le preguntaron qué era lo que su país más temía, respondió sin dudarlo: «China». Un profesor de Princeton acaba de publicar A Contest for Supremacy: China, America and the Struggle for Mastery in Asia (2011), testimonio elocuente de la creciente sensación de incompetencia que los estadounidenses sienten al comparar los dos países. China es la nueva potencia mundial que amenaza con apropiarse del futuro de la humanidad. En 2010 superó a Japón para convertirse en la segunda economía más grande del mundo después de Estados Unidos. No cabe la menor duda de su futuro potencial. De muchas maneras indirectas, y no tan solo a través de la inversión de capital, empieza a controlar una parte esencial de la economía mundial. Los economistas opinan unánimemente que para 2020 será la economía líder del mundo.

Los economistas casi siempre se equivocan, pero en este caso pueden tener razón. El crecimiento chino ha sido extraordinario, desde 1980 hasta 2010, su economía creció 18 veces más, un promedio anual del 10 por ciento. China ha sido la segunda mayor economía mundial desde 2002 en términos de producción, y según las previsiones del FMI superará a los Estados Unidos en 2016. Otros argumentan que ya lo ha hecho. Mao Zedong se jactó en 1949: «El pueblo chino se ha puesto en pie», y China lo ha hecho de manera notable. Ahora hace más coches que los Estados Unidos y Japón juntos, y es el mayor productor mundial de muchos otros artículos. La semana pasada fue más allá al poner fin a su dependencia de los satélites GPS de Estados Unidos, con el inicio del funcionamiento de su propio satélite Beidou, que cubrirá la mayor parte del Asia de la zona del Pacífico para el próximo año y, luego el mundo en 2020.

Y mientras hablamos de China, no podemos olvidar la otra gran economía asiática: India. Desde 1980 hasta 2010 el PIB de India aumentó seis veces más, un promedio anual del 6%. Desde mediados de los años 2000, el promedio de crecimiento ha aumentado el 8 por ciento, y en 2011 India puede probablemente haber pasado a Japón en ser la tercera economía más grande en términos de producción. Las cifras, por supuesto, deben equilibrarse con muchos otros factores que siguen impidiendo la modernización de China y la India.

Por último, a pesar de la potencial inestabilidad política de casi todos los países asiáticos, podemos considerar algunos signos favorables. En primer lugar, parece que los movimientos de protesta contra la corrupción en la India han logrado más éxito que cualquier protesta durante el movimiento de indignados en Europa o en Estados Unidos. Los partidarios de la huelga de hambre contra la corrupción llevada a cabo por el activista Anna Hazare han dominado la atención de la prensa en la India en los últimos meses, y un Gobierno que recuerda cómo Gandhi logró el éxito ha tenido miedo de tomar duras medidas contra él. Esta semana Hazare amenazó con iniciar un movimiento de desobediencia civil.

En segundo lugar, uno saluda con alivio el fuerte papel de la mujer en la política asiática. Desde la primera ministra australiana Julia Gillard a la presidenta del Partido del Congreso de India Sonia Gandhi, las mujeres durante el 2011 han tomado el liderazgo en Asia. Hubo, por supuesto, importantes figuras femeninas en años pasados, como Bandaranaike de Sri Lanka, Benazir Bhutto de Pakistán y Corazón Aquino de Filipinas, pero los nuevos jugadores también son sumamente significativos. Gillard ha desempeñado un papel importante en redefinir la manera en que su Partido Laborista considera temas como la inmigración y la política exterior. Sonia Gandhi, nacida en Italia y esposa del antiguo primer ministro Rajiv Gandhi, se convirtió en la mujer más poderosa de la India por motivos dinásticos, y ha dedicado considerable energía a la promoción de la mujer en la política. Y en esta lista no podía dejar de figurar, una persona a quien dediqué un artículo el mes pasado: Aung San Suu Kyi, premiada con el Premio Nobel y la principal esperanza para la democracia en Birmania.

Puede parecer sorprendente para algunos que las sociedades dominadas por los hombres de Asia son capaces de producir mujeres líderes. El hecho es que las mujeres son en alguna medida extensiones del poder masculino. Shaikh Hasina, primera ministra de Bangladesh, tomó el relevo de su padre asesinado. Park Geun-hye, hija del presidente de Corea del Sur entre 1961 y 1979, es uno de los dos candidatos probables para suceder al actual presidente. Otra recién llegada al liderazgo político es Yingluck Shinawatra, primera ministra de Tailandia. Debe su éxito a su hermano, un exiliado antiguo primer ministro que controla el partido político más fuerte del país. Tailandia, víctima de las recientes catastróficas inundaciones, fue el único país en el sudeste asiático a experimentar un cambio de liderazgo en 2011 cuando ella y su partido ganaron una victoria decisiva en las elecciones de julio.

Los hombres traen la guerra, las mujeres traen la paz. Las mujeres líderes de Asia ofrecen nuevas esperanzas para un continente que tal vez pronto lidere el mundo.
 
Fuente: Bitácora Almendrón. Tribuna Libre © Miguel Moliné Escalona  

No hay comentarios.: