martes, agosto 03, 2010

Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo

La doctrina de Marx suscita en todo el mundo civilizado la mayor hostilidad y el odio de toda la ciencia burguesa (tanto la oficial como la liberal), que ve en el marxismo algo así como una "secta perniciosa". Y no puede esperarse otra actitud, pues en una sociedad que tiene como base la lucha de clases no puede existir una ciencia social "imparcial". De uno u otro modo, toda la ciencia oficial y liberal defiende la esclavitud asalariada, mientras que el marxismo ha declarado una guerra implacable a esa esclavitud. Esperar que la ciencia sea imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, sería la misma absurda ingenuidad que esperar imparcialidad por parte de los fabricantes en lo que se refiere al problema de si deben aumentarse los salarios de los obreros disminuyendo los beneficios del capital.

Pero hay más. La historia de la filosofía y la historia de la ciencia social muestran con diáfana claridad que en el marxismo nada hay que se parezca al "sectarismo", en el sentido de que sea una doctrina fanática, petrificada, surgida al margen de la vía principal que ha seguido el desarrollo de la civilización mundial. Por el contrario, lo genial en Marx es, precisamente, que dio respuesta a los problemas que el pensamiento de avanzada de la humanidad había planteado ya. Su doctrina surgió como la continuación directa e inmediata de las doctrinas de los más grandes representantes de la filosofía, la economía política y el socialismo.

La doctrina de Marx es omnipotente porque es verdadera. Es completa y armónica, y brinda a los hombres una concepción integral del mundo, intransigente con toda superstición, con toda reacción y con toda defensa de la opresión burguesa. El marxismo es el heredero legítimo de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés.

Nos detendremos brevemente en estas tres fuentes del marxismo, que constituyen, a la vez, sus partes integrantes.

I

La filosofía del marxismo es el materialismo. A lo largo de toda la historia moderna de Europa, y en especial en Francia a fines del siglo XVIII, donde se desarrolló la batalla decisiva contra toda la escoria medieval, contra el feudalismo en las instituciones y en las ideas, el materialismo se mostró como la única filosofía consecuente, fiel a todo lo que enseñan las ciencias naturales, hostil a la superstición, a la mojigata hipocresía, etc. Por eso, los enemigos de la democracia empeñaron todos sus esfuerzos para tratar de "refutar", minar, difamar el materialismo y salieron en defensa de las diversas formas del idealismo filosófico, que se reduce siempre, de una u otra forma, a la defensa o al apoyo de la religión. Marx y Engels defendieron del modo más enérgico el materialismo filosófico y explicaron reiteradas veces el profundo error que significaba toda desviación de esa base.

En las obras de Engels Ludwig Feuerbach y Anti-D&uumlhring, que -al igual que el Manifiesto Comunista- son los libros de cabecera de todo obrero con conciencia de clase, es donde aparecen expuestas con mayor claridad y detalle sus opiniones. Pero Marx no se detuvo en el materialismo del siglo XVIII, sino que desarrolló la filosofía llevándola a un nivel superior. La enriqueció con los logros de la filosofía clásica alemana, en especial con el sistema de Hegel, el que, a su vez, había conducido al materialismo de Feuerbach. El principal de estos logros es ladialéctica, es decir, la doctrina del desarrollo en su forma más completa, profunda y libre de unilateralidad, la doctrina acerca de lo relativo del conocimiento humano, que nos da un reflejo de la materia en perpetuo desarrollo. Los novísimos descubrimientos de las ciencias naturales -el radio, los electrones, la trasformación de los elementos- son una admirable confirmación del materialismo dialéctico de Marx, quiéranlo o no las doctrinas de los filósofos burgueses, y sus "nuevos" retornos al viejo y decadente idealismo. Marx profundizó y desarrolló totalmente el materialismo filosófico, e hizo extensivo el conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad humana.

El materialismo histórico de Marx es una enorme conquista del pensamiento científico. Al caos y la arbitrariedad que imperan hasta entonces en los puntos de vista sobre historia y política, sucedió una teoría científica asombrosamente completa y armónica, que muestra cómo, en virtud del desarrollo de las fuerzas productivas, de un sistema de vida social surge otro más elevado; cómo del feudalismo, por ejemplo, nace el capitalismo. Así como el conocimiento del hombre refleja la naturaleza (es decir, la materia en desarrollo), que existe independientemente de él, así el conocimiento social del hombre (es decir, las diversas concepciones y doctrinas filosóficas, religiosas, políticas, etc.), refleja el régimen económico de la sociedad. Las instituciones políticas son la superestructura que se alza sobre la base económica. Así vemos, por ejemplo, que las diversas formas políticas de los Estados europeos modernos sirven para reforzar la dominación de la burguesía sobre el proletariado. La filosofía de Marx es un materialismo filosófico acabado, que ha proporcionado a la humanidad, y sobre todo a la clase obrera, la poderosa arma del saber.


II


Después de haber comprendido que el régimen económico es la base sobre la cual se erige la superestructura política, Marx se entregó sobre todo al estudio atento de ese sistema económico. La obra principal de Marx, El Capital, está con sagrada al estudio del régimen económico de la sociedad moderna, es decir, la capitalista. La economía política clásica anterior a Marx surgió en Inglaterra, el país capitalista más desarrollado. Adam Smith y David Ricardo, en sus investigaciones del régimen económico, sentaron las bases de la teoría del valor por el trabajo Marx prosiguió su obra; demostró estrictamente esa teoría y la desarrolló consecuentemente; mostró que el valor de toda mercancía está determinado por la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en su producción.

Allí donde los economistas burgueses veían relaciones entre objetos (cambio de una mercancía por otra), Marx descubrió relaciones entre personas. El cambio de mercancías expresa el vínculo establecido a través del mercado entre los productores aislados. El dinero, al unir indisolublemente en un todo único la vida económica íntegra de los productores aislados, significa que este vínculo se hace cada vez más estrecho. El capital significa un desarrollo ulterior de este vínculo: la fuerza de trabajo del hombre se trasforma en mercancía. El obrero asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de la tierra, de las fábricas, de los instrumentos de trabajo. El obrero emplea una parte de la jornada de trabajo en cubrir el costo de su sustento y el de su familia (salario); durante la otra parte de la jornada trabaja gratis, creando para el capitalista la plusvalía, fuente de las ganancias, fuente de la riqueza de la clase capitalista.

La teoría de la plusvalía es la piedra angular de la teoría económica de Marx. El capital, creado por el trabajo del obrero, oprime al obrero, arruina a los pequeños propietarios y crea un ejército de desocupados. En la industria, el triunfo de la gran producción se advierte en seguida, pero también en la agricultura se observa ese mismo fenómeno, donde la superioridad de la gran agricultura capitalista es acrecentada, aumenta el empleo de maquinaria, y la economía campesina, atrapada por el capital monetario, languidece y se arruina bajo el peso de su técnica atrasada. En la agricultura la decadencia de la pequeña producción asume otras formas, pero es un hecho indiscutible.

Al azotar la pequeña producción, el capital lleva al aumento de la productividad del trabajo y a la creación de una situación de monopolio para los consorcios de los grandes capitalistas. La misma producción va adquiriendo cada vez más un carácter social -- cientos de miles y millones de obreros ligados entre sí en un organismo económico sistemático --, mientras que un puñado de capitalistas se apropia del producto de este trabajo colectivo. Se intensifican la anarquía de la producción, las crisis, la carrera desesperada en busca de mercados, y se vuelve más insegura la vida de las masas de la población. Al aumentar la dependencia de los obreros hacia el capital, el sistema capitalista crea la gran fuerza del trabajo conjunto. Marx sigue el desarrollo del capitalismo desde los primeros gérmenes de la economía mercantil, desde el simple trueque, hasta sus formas más elevadas, hasta la gran producción. Y la experiencia de todos los países capitalistas, viejos y nuevos, demuestra claramente, año tras año, a un número cada vez mayor de obreros, la veracidad de esta doctrina de Marx. El capitalismo ha triunfado en el mundo entero, pero este triunfo no es más que el preludio del triunfo del trabajo sobre el capital.


III


Cuando fue derrocado el feudalismo y surgió en el mundo la "libre" sociedad capitalista, en seguida se puso de manifiesto que esa libertad representaba un nuevo sistema de opresión y explotación del pueblo trabajador. Como reflejo de esa opresión y como protesta contra ella, aparecieron inmediatamente diversas doctrinas socialistas. Sin embargo, el socialismo primitivo era un socialismo utópico. Criticaba la sociedad capitalista, la condenaba, la maldecía, soñaba con su destrucción, imaginaba un régimen superior, y se esforzaba por hacer que los ricos se convencieran de la inmoralidad de la explotación.

Pero el socialismo utópico no podía indicar una solución real. No podía explicar la verdadera naturaleza de la esclavitud asalariada bajo el capitalismo, no podía descubrir las leyes del desarrollo capitalista, ni señalar qué fuerza social está en condiciones de convertirse en creadora de una nueva sociedad.

Entretanto, las tormentosas revoluciones que en toda Europa, y especialmente en Francia, acompañaron la caída del feudalismo, de la servidumbre, revelaban en forma cada vez más palpable que la base de todo desarrollo y su fuerza motriz era la lucha de clases.

Ni una sola victoria de la libertad política sobre la clase feudal se logró sin una desesperada resistencia. Ni un solo país capitalista se formó sobre una base más o menos libre o democrática, sin una lucha a muerte entre las diversas clases de la sociedad capitalista.

El genio de Marx consiste en haber sido el primero en deducir de ello la conclusión que enseña la historia del mundo y en aplicar consecuentemente esas lecciones. La conclusión a que llegó es la doctrina de la lucha de clases.

Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase. Los que abogan por reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo mientras no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de determinadas clases dominantes. Y para vencer la resistencia de esas clases, sólo hay un medio: encontrar en la misma sociedad que nos rodea, las fuerzas que pueden -y, por su situación social, deben- constituir la fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo, y educar y organizar a esas fuerzas para la lucha.

Sólo el materialismo filosófico de Marx señaló al proletariado la salida de la esclavitud espiritual en que se han consumido hasta hoy todas las clases oprimidas. Sólo la teoría económica de Marx explicó la situación real del proíetariado en el régimen general del capitalismo.

En el mundo entero, desde Norteamérica hasta el Japón y desde Suecia hasta el Africa del Sur, se multiplican organizaciones independientes del proletariado. Este se instruye y educa al librar su lucha de clase, se despoja de los prejuicios de la sociedad burguesa, está adquiriendo una cohesión cada vez mayor y aprendiendo a medir el alcance de sus éxitos, templa sus fuerzas y crece irresistiblemente.

domingo, agosto 01, 2010

"Me siento como un nazi"

Por VERÓNICA CALDERÓN (El Pais.com, 01/08/2010)

Es una ley racista, y claramente está dirigida contra los hispanos. Me siento como un nazi". Paul Dobson, un policía de Phoenix (Arizona) con 20 años de experiencia, mira a la cámara con seguridad. Por momentos, emocionado. "La gente no confiará más en nosotros". El vídeo fue difundido a través de una comunidad de Facebook, Cuéntame, dirigida a los hispanos en Estados Unidos. "Nuestro trabajo está en peligro. La Constitución dice que todas las personas tienen derecho a ser protegidas. Con esta ley ya no será así". Fue Dobson el que se ofreció a los responsables de la web: "Me gusta su proyecto y quiero colaborar en él. Soy un policía de Phoenix", les dijo a través de un correo, según recuerda Axel Caballero, uno de los administradores de esa página.

Dobson es uno de los policías que han plantado cara a la gobernadora de Arizona, la republicana Jan Brewer, que afirma que "la gran mayoría" de los inmigrantes que llegan a su Estado son usados como mulas por los narcotraficantes; y al sheriff de Maricopa, Joe Arpaio, que se jacta de humillar a sus presos, condenados generalmente por delitos menores.

Dobson no es el único policía de Arizona contrario a la nueva ley. Los agentes Martín Escobar y David Salgado dieron un paso más, al presentar dos de las seis demandas interpuestas por ciudadanos individuales en contra de la ley de inmigración, que permite a la policía pedir la documentación a cualquiera que despierte "una sospecha razonable". El argumento de estos agentes coincide con el del Gobierno de Barak Obama, que ha logrado la suspensión judicial de cuatro artículos de la ley, uno de ellos el de la "sospecha razonable". Pero la gobernadora de Arizona ha apelado contra la suspensión, de modo que la batalla legal sigue viva.

El agente Escobar, de 45 años, es de Sonora (México) y cruzó la frontera cuando tenía cinco. Ahora vive en Tucson. "Tengo que hacer mi trabajo y tengo un deber. Soy policía desde hace 15 años, pero no me siento bien aplicando esta ley. Y, además, dificultará nuestro trabajo", explica.

Cerca del 30% de la población de Arizona es hispana. Ese Estado ocupa el cuarto lugar en habitantes hispanos, detrás de Nuevo México, California y Tejas. En Estados Unidos viven más de 42 millones de personas de origen hispano y se estima que 11 millones son inmigrantes ilegales. "Es una ley dirigida contra un grupo, y no resolverá el problema de la inmigración ilegal", subraya Escobar. "Hay muchos problemas que atender, como el tráfico de drogas o la violencia doméstica. Esta ley no los resolverá". Este agente recuerda que Arizona recibe cada año a 24 millones de turistas mexicanos -todos legales-, según datos de la oficina de turismo. ¿Cómo decidir quién es "razonablemente sospechoso"? Un vídeo utilizado por la policía sostiene que "la raza no es motivo para una detención", pero no aclara nada más.

El agente David Salgado, por su parte, nació en El Paso (Tejas) en 1958. Sus padres también nacieron en EE UU. "Detendrán a personas que son la cuarta o quinta generación nacida en Estados Unidos", asegura. Lo que califica de "ley racista" provocará que muchas personas teman llamar a la policía. Y asegura que ha disminuido la confianza entre los ciudadanos de origen hispano y la policía: "Antes me saludaban por la calle. Ahora no me quieren ni mirar a los ojos".

La ley "solo pone barreras y rompe las relaciones que habíamos creado con la comunidad", añade Escobar. Y Dobson lo explica con un ejemplo. "Si una inmigrante sufre violencia doméstica, dudará en llamarnos". Las llamadas para denunciar violencia doméstica son muy frecuentes. "Y si no habla bien inglés, estoy obligado a pedirle su documentación, y estaría obligado a denunciarle. Se lo van a pensar dos veces antes de llamarnos. Ya no confiarán en nosotros".

En el vídeo citado, Dobson afirma que para muchos, en Arizona, la policía dejará de ser un protector para convertirse en un enemigo. Tan seguro estaba de su causa que no pidió a los responsables de la web que cambiaran su nombre ni escondieran su rostro. Según recuerda Axel Caballero, él "pensaba que no se metería en problemas".

Se equivocó. El Departamento de Policía de Arizona le abrió un expediente porque los agentes tienen prohibido hablar con la prensa. Su defensa alega que Facebook no es un medio tradicional y que sus declaraciones fueron a título personal. "Dijo que era una decisión individual, no en representación del Departamento de Policía de Arizona", recuerda Caballero. Dobson no habla con periodistas, pero le contó a Caballero en un correo que el vídeo ha provocado que sus compañeros le miren con recelo. "Cara a cara, mis colegas han sido muy amables, tanto que me ha sorprendido. Pero sé que a mis espaldas no hablan tan bien de mí".

Los peligrosos sueños de gloria del soldado Manning

Por DAVID ALANDETE - Washington - (El Pais.com, 01/08/2010)

En pleno desierto iraquí, en una base militar a 60 kilómetros de Bagdad, el soldado Bradley Manning, de 22 años, sentía la amargura y la soledad del aislamiento. Pasaba turnos de 14 horas, siete días a la semana, frente a una pantalla, analizando información sobre el enemigo para incluirla en las bases de datos clasificadas del Ejército estadounidense.

En aquellas interminables jornadas, rodeado por otros soldados, un calor de 43 grados y tormentas de arena, en una batalla que no sentía como suya, descubrió en su interior el desapego que sentía hacia su país y sus guerras. No tenía una relación especialmente cercana con su padre, que fue soldado como él y vivía en Oklahoma. Ni con su madre, que se había mudado tiempo atrás a Gales. Fue educado en el catolicismo, pero en su placa del Ejército lucía la palabra "humanista".

En aquellas estancias militares se sentía un don nadie y soñaba con cambiar el mundo. De ser Manning, un soldado más, a ser Manning, el héroe que dejaría en evidencia el cinismo occidental.

En noviembre de 2009, vio clara su oportunidad. Como analista de inteligencia, categoría 35F, usaba unos ordenadores conectados a dos redes ultrasecretas del Pentágono: SIPRNet y JWCIS. Los documentos que por allí transitaban mostrarían los abusos bélicos de su país. Por motivos de seguridad, no tenían puertos USB. Pero por un error del Ejército, sí disponían de reproductores y grabadores de CD. Manning orquestó entonces una operación de película. Y le funcionó. Rotuló un CD virgen: "Lady Gaga". Entró a su puesto. Se sentó ante la pantalla. E inició un largo playback de la canción Telephone, de la mencionada cantante. Como en una película de espionaje, actuaba como un doble agente: fingía escuchar música mientras descargaba documentos críticos para la seguridad nacional.

Ya tenía el material. El siguiente paso era darle una salida, hacer de aquellos documentos el pasaporte a una vida de gloria y heroísmo para el soldado Bradley Manning.

En una serie de conversaciones que el soldado tuvo entre el 21 y el 25 de mayo con el pirata informático estadounidense Adrián Lamo, de 29 años -famoso por haberse infiltrado en 2002 en redes como la del diario The New York Times y por haberse entregado finalmente al FBI- Manning le dijo que le había entregado todos esos documentos al portal de documentos clasificados Wikileaks.

"Era información muy vulnerable. Y, bueno, se la mandé a Wikileaks. Dios sabe lo que sucederá a partir de ahora. Espero que haya una gran discusión mundial, debates, reformas. Si no es así, estamos condenados como especie", le dijo, según las transcripciones de esas conversaciones que obran en poder de Lamo. Este le preguntó qué haría si el Pentágono le descubría: "Intentaría contar mi versión de los hechos antes de que lo manipularan todo para retratarme como Nidal Hasan [el acusado del asesinato de 13 soldados en Fort Hood]".

Era una premonición certera. Detenido en Irak y trasladado a Kuwait en mayo, en confinamiento desde entonces y enviado el pasado viernes a Virginia, en Estados Unidos, a Manning se le acusa de haber robado documentos secretos entre el 19 de noviembre y el 27 de mayo, entre ellos dos vídeos que muestran matanzas de civiles en Irak y Afganistán. Se le investiga por la revelación de 260.000 mensajes cifrados del Departamento de Estado. Y ahora, fuentes del Pentágono dicen tener pruebas más que suficientes que le relacionan con la filtración de los 92.000 documentos clasificados sobre la guerra de Afganistán.

Fue Lamo quien delató a Manning. "Fue una cuestión de conciencia", asegura a EL PAÍS en entrevista telefónica. "Me pareció que lo que estaba haciendo era terriblemente irresponsable. Estaba poniendo la seguridad nacional y las vidas de mucha gente en peligro". Ahora Lamo está colaborando con el Ejército norteamericano y, seguramente, deberá testificar en contra del soldado.

¿Qué llevó a Manning a ponerse en las manos de alguien que le acabaría delatando? Como reputado hacker, que logró infiltrarse en redes muy protegidas, Lamo era un modelo para muchos piratas informáticos, fácil de localizar, además, en la Red. "Manning buscaba respeto y aprobación", explica Lamo. "Vio que había artículos y vídeos sobre mí y creyó que contactándome encontraría una forma de reafirmarse, de confirmar que lo que estaba haciendo era correcto. Me contacta mucha gente como él y yo nunca les he delatado. Pero en esta ocasión vi que esto se le podía ir fácilmente de las manos. Por eso informé al Ejército".

Esta semana, tanto el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, el de EE UU, Barack Obama, como el jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano, Mike Mullen, han asegurado que la filtración de los documentos de Afganistán provocará, probablemente, las muertes de soldados y colaboradores afganos. Mullen ha ido más lejos. Ha dicho que Wikileaks y sus gestores "pueden tener ya las manos manchadas por la sangre de algún joven soldado o de alguna familia afgana".

El viernes, fuentes del Pentágono confirmaron que, además, el Ejército está tratando de averiguar si, durante un permiso en enero, durante el cual viajó a Boston, Manning le entregó los CD con material clasificado a amigos suyos, que los podrían haber puesto también al servicio de Wikileaks.

En sus conversaciones con Lamo, Manning queda retratado como una persona infeliz y atormentada. "He estado aislado demasiado tiempo", dice. "Tomo pastillas como un loco". "Siento que abusan de mí como de una mula de carga". "Quiero que la gente vea la verdad". "Ya no creo que haya gente buena y mala. Hay una serie de países que actúan siempre a favor de su propio interés".

En esas conversaciones, facilitadas por el hacker Lamo, hay un momento en el que este le pregunta: "¿Hay algo que no haya sido publicado?". Manning responde: "Tendría que preguntarle a Assange".

Julian Assange es el fundador de Wikileaks, un periodista australiano que ha publicado en esa red los documentos de Afganistán. Lamo asegura que el soldado le reveló en sus conversaciones que Assange sabía que estaba infiltrándose en las redes del Pentágono y que le dio acceso prioritario a los servidores de Wikileaks.

"Yo creo que Assange guió a Manning, le dijo qué tipo de documentos serían valiosos. Wikileaks manipuló a Manning", asegura Lamo. La única prueba con la que cuenta Lamo son esas conversaciones y el hecho de que, al menos dos documentos que el soldado robó -el vídeo de un ataque con helicópteros en Bagdad, en 2007, en el que fallecieron 12 civiles, y dos cables de la Embajada de Estados Unidos en Islandia- han sido publicados en Wikileaks.

Este diario intentó contrastar las acusaciones con el fundador de Wikileaks, que ni las confirmó ni las desmintió. La única respuesta a dos correos electrónicos y una llamada telefónica fue emitida por un portavoz: "Por motivos de política y legislación, Wikileaks no habla sobre fuentes".

El Pentágono espera poder ampliar pronto sus cargos contra el soldado Manning, para incluir las filtraciones de Afganistán. Puede que este soñara con que su país le saludara un día como un héroe por su decencia moral. El viernes, sin embargo, llegó a la base militar de Quantico esposado, en régimen de aislamiento, enfrentado a la posibilidad de que se le juzgue por alta traición.

Princesas y dictadores

Por Monika Zgustova es escritora; su última novela es Jardín de invierno, Destino (EL PAÍS, 31/07/10):

Al visitar Uzbekistán, hace un par de meses, pude comprobar que el país es multicultural y multilingüe: además de uzbekos y rusos, en él conviven otras dos minorías étnicas, la tayika y la kirguiza, con sus lenguas de familias farsi y turca, además de otras minorías. Algo parecido sucede en los que hoy son sus Estados vecinos: Kirguizistán, Tayikistán, Kazajistán y Turkmenistán que, además de Uzbekistán, antes de la Revolución de Octubre de 1917 formaban una región dominada por diversos señores feudales o kanes bajo dominio de los zares.

En 1924, según la conocida fórmula divide y vencerás, Stalin cortó la región en pedazos y así estableció distintas repúblicas soviéticas. El dictador soviético tenía prisa porque temía que la unión de esos pueblos bajo la bandera panturca le impidiera realizar sus planes imperialistas. Stalin dibujó unas chapuceras líneas fronterizas que atraviesan montañas, ríos y etnias de manera tosca y arbitraria. De modo que el tijeretazo también dividió, entre Kirguizistán, Uzbekistán y Tayikistán, el fértil valle de Fergana, uno de los mayores productores de algodón del mundo, donde a mediados de junio de este año se produjeron en su zona kirguiza los sangrientos disturbios que generaron cerca de un millón de uzbekos refugiados. Si Stalin logró que los grupos étnicos no se unieran contra él, aseguró asimismo un hervidero de rivalidad y animadversión étnica.

De ese modo, debido a la política soviética de mezclar nacionalidades y trasladarlas de una punta del imperio a otra, Kazajistán encabeza la diversidad étnica en Asia Central: desde kazajos y rusos hasta ucranios, uzbekos y tártaros, el país -autoritario que presenta graves irregularidades en las elecciones, como todos los demás de la zona- cuenta con 131 nacionalidades.

En muchos países de la región, esos odios han sido hasta ahora latentes, porque los regímenes autocráticos y dictatoriales, herederos del modelo soviético, los han vigilado muy estrechamente. En cambio en Tayikistán esas rivalidades y enormes desigualdades entre etnias y clases sociales generaron un sangriento enfrentamiento que duró media década y se cobró casi 100.000 muertos. Los grupos descontentos, que iniciaron la guerra civil en 1992, eran reformistas democratizadores. En la actualidad, el presidente tayiko, Emomali Rahmon, manipula las elecciones de manera corrupta, y lo mismo sucede en los demás países del Asia central pos-soviética.

En cuanto a Turkmenistán, según el World Press Freedom Index de Reporteros sin Fronteras, ocupa el tercer lugar mundial de restricciones de la libertad de prensa. Además de eso, el anterior presidente Niazov prohibió el pelo largo, la ópera y la música reproducida. Ahora, bajo el presidente Berdimushamedov, el ambiente se está relajando tímidamente, aunque los derechos humanos siguen en un nivel muy bajo.

También en Kirguizistán, que hace poco se ha quitado el chaleco de fuerza que le imponían los dictadores para emprender un camino lento hacia una cierta apertura con la aprobación de su primera constitución democrática, las tensiones étnicas han explotado atizadas precisamente por los dictadores depuestos.

Se cumplen 20 años de la desaparición de la Unión Soviética. En junio de 1990, Kirguizistán fue uno de los países más pobres que quedaron en las ruinas del antiguo imperio. Desde entonces, dos autócratas lo han gobernado: el corrupto Akaev, a quien la Revolución de los Tulipanes de 2005 arrebató el poder y Moscú le ofreció un puesto en la universidad; y el no menos corrupto Bakiev, puesto en el poder por Bush junior y desechado el pasado mes de abril por una revuelta popular, que encontró refugio bajo las alas del dictador bielorruso, Lukashenko. Y digamos de paso que, hace unas semanas, el hijo de Bakiev, Maxim, fue detenido en el aeropuerto de Londres al aterrizar allí en su avión privado y pedir asilo político. Roza Otunbaeva, que gobierna ahora la transición hacia la democracia de Kirguizistán, culpa del reciente genocidio contra los uzbekos a este último. En la ciudad de Osh, que cuenta con una importante minoría uzbeka, el ex gobernante, que provenía de allí, organizó con la ayuda de sus parientes y conocidos, o sea en el más puro estilo de la Asia Central, una revuelta para desestabilizar el nuevo Gobierno. YouTube presenta una conversación telefónica en la cual el hijo de Bakiev, Maxim, clama: “¡Destronemos al Gobierno organizando turbulencias en el sur!”.

La Asia Central pos-soviética, pues, es digna heredera del legado estalinista, además de estar regida por clanes familiares, como hacían los kanes medievales. Durante mi viaje a Uzbekistán percibí que el presidente, Islam Karímov, bajo una cierta apariencia de prosperidad, tiene en jaque a todo ese país exportador de algodón que en la antigüedad fue el núcleo de la ruta de la seda. Su hija Gulnara, en igual medida glamurosa y oscura, llamada la princesa de los uzbekos, fue señalada en 2009 por la revista suiza Bilan como una de las 10 mujeres con mayor fortuna en Suiza; sin duda esa fortuna le viene de su presidencia de Uzdunrobita, la telefonía móvil uzbeka, un regalo de su padre que asimismo recientemente la proclamó embajadora uzbeka ante las Naciones Unidas y embajadora en España.

En 2005 la Unión Europea impuso a Uzbekistán un embargo de venta de armas por la sangrienta represión de las protestas pacíficas a favor de la liberación de presos islamistas en la ciudad de Andijan, causando centenares de muertos. No obstante, según subrayó el periodista Rafael Poch, el régimen uzbeko sabe que si satisface las exigencias occidentales -disponer de bases militares entre Rusia y China, derecho de paso para suministros necesarios en el conflicto afgano, y acceso a recursos energéticos-, nunca tendrá nada que temer; el Bundeswehr, por ejemplo, entrena a oficiales uzbekos en Alemania. También España tiene sus intereses en Uzbekistán: la empresa Talgo debe construir el AVE entre las principales ciudades, Tashkent, Samarkanda y Bujara. Quizá a eso se deba la programada visita de los reyes de España a Uzbekistán.

Tres grandes potencias mundiales tienen intereses en Asia Central: Estados Unidos, Rusia y China. Junto con la cuenca del Caspio y la región del Golfo, Asia Central concentra el grueso de las reservas energéticas mundiales. Desde hace décadas, estrategas americanos han puesto de manifiesto su prioridad de hacerse con el control de Asia Central. Ese objetivo estratégico se considera como la recompensa de Washington por su victoria en la guerra fría. Estados Unidos y Rusia pusieron sus bases militares cerca de Bishkek, la capital de Kirguizistán. Los americanos usan su transit center, como llaman a esa base aérea, para apoyar a sus tropas en Afganistán. Rusia no ha dejado de considerar a toda Asia Central, que formó parte de su imperio tanto bajo los zares como bajo el poder soviético, como una especie de satélite. Y China la tiene en su punto de mira como una importante fuente de energía. Por todo eso, a nadie le interesa que esa región se suma en problemas étnicos y, pase lo que pase, entre todos mantienen bien tapada esa olla de grillos, favoreciendo regímenes autoritarios si es necesario.

Además, en Uzbekistán pude observar la creciente influencia de Turquía. Los turcos van extendiendo por toda la región de Asia Central un poderoso dominio económico. La Unión Europea, con su negativa a aceptar a Turquía como país miembro, también se niega a extender su influencia, tanto estratégica como económica, a esa parte del mundo que otros juzgan de gran importancia.

Desgraciadamente, la paz en gran parte de Asia Central va de la mano con la dictadura, y es que esos países están dominados por clanes familiares que no permitirán que la democracia les arranque de las manos el poder absoluto que poseen, atizando como hemos visto en Kirguizistán el odio étnico si eso sirve a sus fines. Por eso, el proceso democrático que se abre en ese país es hoy una puerta a la esperanza.

Fuente: Bitácora Almendrón. Tribuna Libre © Miguel Moliné Escalona