A. Gramsci
La Internacional Comunista
Primera Edición: En L'Ordine Nuovo, 24 de mayo de 1919 Digitalización:AritzEsta Edición: Marxists Internet Archive, año
La Internacional Comunista ha nacido de y con la revolución proletaria y con ella se desarrolla. Ya tres grandes Estados proletarios, las Repúblicas soviéticas de Rusia, Ucrania y Hungría, constituyen su base real histórica.
En una carta a Sorge del 12 de septiembre de 1874, Federico Engels escribía a propósito de la I Intrenacional en vías de disolución: "La Internacional ha dominado diez años de historia europea y puede contemplar su obra con orgullo. Pero ha sobrevivido en su forma anticuada. Creo que la próxima Intrenacional será, una vez que los trabajo de Marx hayan hecho su labor durante unos cuantos años, directamente comunista e instaurará nuestros principios".
La II Internacional no justificó la fe de Engels. Sin embargo, después de la guerra y tras la experiencia positiva de Rusia, han sido trazados netamente los contornos de la Internacional revolucionaria, de la Internacional de las realizaciones comunistas.
la Internacional tiene por base la aceptación de estas tesis fundamentales, elaboradas de acuerdo con el programa de la Liga Espartaco de Alemania y del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia:
1) La época actual es la época de la descomposición y el fracaso de todo el sistema mundial capitalista, lo que significará el fracaso de la civilización europea si el capitalismo no es suprimido con todos sus antagonismos irremediables.
2) La tarea del proletariado en la hora actual consiste en la conquista del poder del Estado. Esta conquista significa: supresión del aparato gubernativo de la burguesía y organización de un aparato gubernativo proletario.
3) Este nuevo gobierno es la dictadura del proletariado industrial y de los campesinos pobres, que debe ser el instrumento de la supresión sistemática de las clases explotadoras y de su expropiación. El tipo de Estado proletario no es la falsa democracia burguesa, forma hipócrita de la dominación oligárquica financiera, sino la democracia proletaria, que realizará la libertad de las masas trabajadoras; no el parlamentarismo, sino el autogobierno de las masas a través de sus propios órganos electivos; no la burocracia de carrera, sino órganos administrativos creados por las propias masas, con participación real de las masas en la administración del país y en la tarea socialista de construcción. La forma concreta del Estado proletario es el poder de los Consejos y de las organizaciones similares.
4) La dictadura del proletariado es la orden de expropiación inmediata del capital y de la supresión del derecho de la propiedad privada sobre los medios de producción, que deben ser transformados en propiedad de toda la nación. La socialización de la gran industria y de sus centros organizadores, la banca; la confiscación de la tierra de los propietarios latifundistas y la socialización de la producción agrícola capitalista (entendiendo por socialización la supresión de la propiedad privada, el paso de la propiedad al Estado proletario y el establecimiento de la administración socialista a cargo de la clase obrera); el monopolio del gran comercio; la socialización de los grandes palacios en las ciudades y de los castillos en el campo; la introducción de la administración obrera y la concentración de las funciones económicas en manos de los órganos de la dictadura proletaria; he ahí la tarea del gobierno proletario.
5) A fin de asegurar la defensa de la revolución socialista contra los enemigos del interior y el exterior, y para socorrer a otras fracciones nacionales del proletariado en lucha, es necesario desarmar totalmente a la burguesía y a sus agentes y armar a todo el proletariado sin excepción.
6) La actual situación mundial exige el máximo contacto entre las diferentes fracciones del proletariado revolucionario, exige incluso el bloque total de los países en que la revolución socialista es ya victoriosa.
7) El método principal de lucha es la acción de las masas del proletariado hasta el conflicto abierto contra los poderes del Estado capitalista.
La totalidad del movimiento proletario y socialista mundial se orienta decididamente hacia la Internacional Comunista. Los obreros y los campesinos perciben, aunque sea confusa y vagamente, que las repúblicas soviéticas de Rusia, Ucrania y Hungría son las células de una nueva sociedad que cristaliza todas las aspiraciones y esperanzas de los oprimidos del mundo. La idea de la defensa de las revoluciones proletarias contra los asaltos del capitalismo mundial debe servir para estimular los fermentos revolucionarios de las masas: en este terreno es necesario concertar una acción enérgica y simultánea de los partidos socialistas de Inglaterra, Francia e Italia que imponga el cese de cualquier ofensiva contra la República de los Soviets. La victoria del capitalismo occidental sobre el proletariado ruso significaría arrojar a Europa durante dos decenios en brazos de la más feroz y despiadada reacción. Para impedirlo, para lograr reforzar la Internacional Comunista, la única que puede dar al mundo la paz en el trabajo y la justicia, ningún sacrificio debe parecernos demasiado grande.
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