martes, enero 13, 2009

El terrorismo se recicla en Grecia

Por MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ-VALLEJO - Madrid - (El País.com, 12/01/2009)

El fantasma del terrorismo reaparece en Grecia. El atentado contra un policía en el barrio de Exarjia, en Atenas, el pasado 5 de enero, ha alimentado el temor a una espiral de violencia atizada, además, por los enfrentamientos callejeros entre manifestantes y fuerzas del orden, que parece haberse convertido en una cansina costumbre.

Aunque los esporádicos golpes terroristas en Grecia siempre han tenido un perfil bajo -nada que ver con los atentados de ETA o Al Qaeda-, esta nueva oleada de violencia de contornos difusos y propósitos aún menos claros se suma al fragor de la batalla campal con que concluyó, el viernes en Atenas, la primera concentración de estudiantes y profesores de 2009.

Al estado de shock que se instaló en la sociedad griega a finales del pasado año, se añaden el nerviosismo de la policía por el atentado de Exarjia y la acción un tanto titubeante del Gobierno, que esta misma semana vivía una redistribución de carteras "con aroma a elecciones", como titulaba el pasado miércoles el diario To Vima.

Nadie sabe qué está pasando exactamente en Grecia, y el nuevo año ha traído más motivos de intranquilidad. Y hablar de terrorismo, en un ambiente de temor acuciado por la inestabilidad social y la crisis económica, no contribuye a instaurar la confianza, máxime cuando salen a la palestra nombres que muchos creían confinados en un rincón de la memoria. Fantasmas.

El arma utilizada para atentar contra el policía antidisturbios Diamandís Mantsunis, de 21 años, en Exarjia -el barrio maldito de Atenas, foco de los acontecimientos más sangrientos del último mes-, fue un subfusil MP-5, pero no uno cualquiera, sino el mismo que empuñó un miembro de la organización terrorista Epanastatikós Agonas (Lucha Revolucionaria) para atacar, en abril de 2007, la comisaría de Nea Ionía, un suburbio residencial de Atenas.

Ítem más, Lucha Revolucionaria parece ser la heredera directa del grupo terrorista 17 de Noviembre, el protagonista estelar del terror en las últimas décadas y que fue desarticulado oficialmente en 2002. Lucha Revolucionaria tomó el relevo en 2003 y hoy vuelve a presentar sus credenciales dando un paso al frente que también es un punto de inflexión: si los sucesos acaecidos en las calles en diciembre podían definirse como simples intentos de guerrilla urbana, desde el 5 de enero ya se habla de terrorismo sin ambages.

Tal vez por eso, la actuación policial tras la manifestación del viernes -convocada por estudiantes y profesores de todos los niveles educativos y seguida pacíficamente por miles de ellos hasta que un grupo de 60 encapuchados la reventó- fue, como subrayaban los medios griegos, "más enérgica y contundente". También, y a diferencia de diciembre, el viernes la policía efectuó decenas de detenciones.

Entre los escenarios que contempla la policía griega ?en la picota social y mediática por la muerte, el 6 de diciembre, del joven Alexandros Grigoropulos, de 15 años, a consecuencia del disparo de uno de sus efectivos? figura uno que tampoco sirve para apaciguar los ánimos.

Esta nueva generación de terroristas tendría acceso a un arsenal de "armas antiguas", según fuentes de la lucha antiterrorista, y estaría dispuesta a usarlas "sin dudar". El nuevo brazo del terrorismo, pues, no ha de recurrir a los cócteles molotov de aficionado que se preparaban profusamente en los campus ocupados durante las revueltas de finales de año. Al contrario, la policía tiene constancia de arsenales reciclados que han pasado del grupo 17 de Noviembre a Lucha Revolucionaria. No sólo se trata del subfusil ametrallador MP-5, sino también de la granada de la marca Arges que fue usada en el atentado de Exarjia y es muy parecida a las 20 que se encontraron en poder del grupo 17 de Noviembre poco antes de su desarticulación.

Una de las preguntas en el aire es cómo llegaron esas armas a manos de los terroristas, pero no conviene olvidar la situación geográfica de Grecia, a horcajadas en los Balcanes y en medio de una de las principales rutas de tráfico ilegal -de armas, drogas y personas- desde Oriente.

Según las mismas fuentes policiales, "la nueva generación de terroristas tiene acceso al hasta ahora desconocido arsenal de Lucha Revolucionaria". En dicho arsenal también se cuenta una gran cantidad de explosivos y una partida de granadas anticarro RPG-7, una de las cuales se utilizó para atentar contra la Embajada de Estados Unidos -blanco habitual de los ataques terroristas durante los años ochenta y noventa- en enero de 2007 y fue adquirida en Albania.

Parece ser que Lucha Revolucionaria dispone también de muchos MP-5 y Kaláshnikov, y de un número aún mayor de granadas. Es probable que, según las mismas fuentes, citadas por los diarios To Vima y Ta Nea, se provea de material bélico en los mismos dealers que el grupo 17 de Noviembre y otros de características similares, como Lucha Popular Revolucionaria (ELA, en sus siglas en griego), especialista en ataques con explosivos y en teoría ya desarticulado.

El río revuelto que amenaza con desbordarse en Grecia es un buen banco de pesca para los violentos, sean éstos los antisistema que sistemáticamente revientan las manifestaciones de estudiantes y profesores, sean terroristas de nuevo cuño aupados sobre un abundante stock de armas. En el otro bando, mientras, otro joven, el policía antidisturbios Diamandís Mantsunis, se debate entre la vida y la muerte conectado a un respirador mecánico.

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