domingo, octubre 26, 2008

Croacia se aleja de Europa

RAMÓN LOBO / AGENCIAS - Madrid / Zagreb - 25/10/2008

Croacia, aspirante a convertirse en el vigésimo octavo país miembro de la UE en 2011, tiene dos problemas estructurales graves: corrupción y crimen organizado. Ambos son herencia de las guerras balcánicas de los años noventa en las que logró la independencia. Aquel éxito político, que consumaba un viejo anhelo nacionalista, unido al crecimiento económico (turismo y ladrillo) han servido para cubrir las responsabilidades colectivas. En Croacia no se habla del pasado. Es tabú.

Los asesinatos el jueves de Ivo Pukanic y Niko Franic, director y responsable de marketing del semanario Nacional, respectivamente, a los que colocaron una bomba-lapa bajo el coche, y el de Ivana Hodak -hija de un célebre abogado relacionado con un caso de diamantes durante la guerra-, a comienzos de mes, pintan un cuadro negro cuando la Comisión se dispone a aprobar el 5 de noviembre el informe sobre los progresos de Croacia. A las deficiencias internas se suman la crisis financiera y económica mundial y las dificultades del Tratado de Lisboa. La fecha tentativa de 2011 está más en peligro que nunca.

El primer ministro croata, Ivo Sanader, que ha convertido la adhesión a la UE en el centro de su política nacional, trató ayer de mostrarse activo y vehemente ante sus ciudadanos y ante Bruselas. "No vamos a permitir que Croacia se convierta en Beirut", exclamó en rueda de prensa, según informa la BBC. Aunque Sanader renuncia, de momento, a decretar el estado de emergencia, anunció una serie de medidas urgentes, y poco precisas, para combatir el crimen organizado, el único elemento panyugoslavo que no ha roto las viejas fronteras y mantiene una estrecha colaboración balcánica.

Tras el asesinato a tiros de Hodak, Sanader propuso otras medidas extraordinarias y destituyó a los ministros de Interior y Justicia y al jefe de la Policía sin que esto pudiera evitar el jueves la muerte de los periodistas.

El relator del Parlamento Europeo sobre Croacia, el socialdemócrata austriaco Hannes Svoboda, es duro con Sanader: "Es el obstáculo más serio en el proceso de adhesión. [...] Creo que la negligencia del Gobierno frente a la corrupción y el crimen organizado debe terminar", publicó ayer el portal local javno.hr.

Hace dos semanas, el ministro croata de Exteriores, Gordan Jandrokovic, de 41 años, visitó España. En una entrevista con este periódico, se mostró quejoso con las preguntas relacionadas con el pasado: "Son agua pasada, ya superadas", aseguró. "Quiero destacar que Croacia está dirigida al futuro y es consciente del pasado, pero que está cansada de eso. Nos hemos enfrentado con lo que ha sucedido y el proceso de democratización ha avanzado. Croacia colabora con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia y ha entregado a todos los acusados. También se juzgan en los tribunales nacionales casos de crímenes de guerra", afirmó.

No es la opinión de Amnistía Internacional, que en su informe de septiembre sostiene que "los progresos en la persecución de los crímenes cometidos en la guerra de 1991-1995 son muy lentos" y que sólo 130.000 de los 300.000 serbios expulsados de Croacia han regresado a sus casas.

El ministro de Exteriores aseguró entonces que los asuntos pendientes en el proceso de adhesión eran la reforma de la justicia ("hemos logrado muchos avances") y la privatización de los astilleros. No habló de corrupción ni de crimen organizado.

"Yugoslavia fue una construcción artificial gobernada por el comunismo donde no había derechos humanos, sistema de partido ni economía de mercado. Cuando llegaron los procesos democráticos se desintegró por un proceso natural", y añadió: "Serbia ha librado cuatro guerras, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo, y al final ha pagado un precio muy grande por ello. El sureste de Europa está cansado del pasado y quiere dirigirse hacia el futuro. Es muy importante para todos los países que constituyen la región tener una perspectiva europea".

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