(AméricaEconomía.com) En la actualidad, la influencia que ejerce la multinacional McDonald's en la economía global es indiscutible. Opera en más de 31.800 restaurantes en 120 países, alimenta a 54 millones de consumidores todos los días, figura como uno de los mayores propietarios de bienes raíces en el mundo y en 2005 obtuvo ingresos por US$ 21.460 millones. Pero la cadena de restoranes de comida rápida no sólo es hoy uno de los iconos de la globalización por haber modificado la cultura y los hábitos alimenticios en los países donde opera. También se ha transformado en un punto de referencia para aplicar la teoría de la paridad del poder de compra.
Como prueba de ello aparece el famoso índice "Big Mac", creado por el semanario The Economist en 1986 para comparar cuánto poder adquisitivo hay en los distintos países donde funciona la cadena de comida rápida y qué fortaleza tienen determinadas monedas locales frente al dólar.
Al indicador del semanario británico, se acaba de sumar una investigación de la agencia de noticias Reuters, que calcula el número de horas que un trabajador de bajos ingresos necesita para poder comprarse un sándwich Big Mac.
En América Latina las cifras son reveladoras. Mientras en Brasil una persona de bajos ingresos debe trabajar durante dos horas y 56 minutos para lograr su objetivo, en Argentina, en cambio, basta una hora y 40 minutos para conseguirlo. En México, en tanto, son necesarias dos horas y 33 minutos de trabajo para comprar un Big Mac y en Chile, una de las economías más sólidas de la región, tan sólo 43 minutos.
A la hora de comparar los resultados entre los países del primer mundo y los que se encuentran en vías de desarrollo, las diferencias resultan abismantes, según el índice Reuters. Por ejemplo, en Estados Unidos una persona de bajos ingresos debe trabajar 30 minutos para comprar un Big Mac, en Japón, 22 minutos; en Francia, 25 minutos; y en Australia, el país con los mejores resultados, sólo 16 minutos.
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