Afganistán, Iraq, Líbano, Rwanda... los momentos de conflicto suelen dar paso a etapas de reconstrucción y de reconciliación, caóticas y esperanzadoras. Implicándose en operaciones como la coordinación de la reconstrucción del puente de Mostar, o el apoyo psicológico a los niños libaneses traumatizados por la guerra, la UNESCO participa en los esfuerzos de restauración de la paz.
Patrimonio cultural de Iraq: ¿víctima forzosa de la guerra? En todo el mundo, la destrucción accidental o deliberada del patrimonio cultural se ha convertido en un rasgo característico en las zonas de guerra, especialmente allí donde subsisten conflictos de carácter étnico o religioso.
Líbano: las secuelas de la guerra. Seguir viviendo después de los bombardeos y los traumas causados por la guerra es el problema con que tropiezan algunos niños libaneses. En situaciones así, el juego es uno de los medios más aptos para incitarles a expresar sus sufrimientos y angustias.
Cuando la inseguridad reina las aulas. Desde las escuelas primarias hasta las universidades, el sistema educativo de Iraq es víctima del temor que experimentan profesores y estudiantes por su seguridad personal.
Ruanda: las mujeres dan el ejemplo. Asoladas por el genocidio que enlutó el país en 1994, las mujeres rwandesas desempeñan en la actualidad un papel protagónico en la reconstrucción del país y en la muy dolorosa tarea de la reconciliación.
Para la fauna, las situaciones postconflicto pueden ser aún peores que el propio conflicto. Cuando estalla un conflicto, la preservación de la biodiversidad no suele percibirse como una prioridad. Para Guy Debonnet, especialista en patrimonio natural del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, es posible actuar para evitar daños irreversibles.
Para quien guste de estas lecturas, también puede suscribirse al servicio gratuito de la UNESCO en esta dirección.
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