viernes, septiembre 14, 2007

El error Kosovo

Por Javier Rupérez, Embajador de España (ABC, 13/09/07):

Desde el 23 de marzo hasta el 10 de junio de 1999, setenta y ocho días que parecieron interminables, la OTAN intervino militarmente en Kosovo. Era la primera vez que en toda su historia la Alianza desencadenaba una acción militar. Era también la primera vez que lo hacía en un espacio geográfico ajeno al originalmente descrito en el Tratado de Washington, circunscrito al territorio de los Estados miembros en el área del Atlántico Norte. La acción bélica emprendida no era estrictamente una acción defensiva, única contemplada en el Tratado, iba dirigida contra un Estado soberano miembro de las Naciones Unidas y se realizó sin autorización del Consejo de Seguridad. La acción militar, de una extraordinaria contundencia, tuvo un componente básicamente aéreo, registrando un total de 38.000 vuelos, de los cuales 10.484 fueron de bombardeo. Los objetivos eran primordialmente de orden militar y concentrados en las Fuerzas Armadas yugoeslavas pero a medida que la resistencia encontrada se revelaba mayor de la prevista, los bombardeos incluyeron infraestructuras civiles, que quedaron gravemente dañadas, y los eufemísticamente calificados como «daños colaterales» -víctimas civiles- hicieron desgraciadamente su no corta aparición. Entre ellos cabe recordar el bombardeo de la sede de la Embajada china en Belgrado, origen de un agrio y grave conflicto diplomático.

La conducción del conflicto no estuvo ausente de tensiones en el seno de la Alianza, cuyos componentes habían decidido actuar en las difíciles condiciones en que lo hacían, y a pesar de ellas, animados por la loable convicción de que las acciones de Slodoban Milosevic en el territorio, practicando una política brutal de limpieza étnica en contra de la mayoritaria población de origen albanés, conducían a una catástrofe humana que era necesario evitar a cualquier precio. La operación se saldó con un claro éxito militar y político para la OTAN. Los Gobiernos aliados supieron mantener la cohesión hasta el final del proceso y las disidencias existentes en las opiniones públicas respectivas o en la oposición de Rusia a la intervención no alcanzaron nunca nivel significativo. La OTAN sabía hacer la guerra y sabía hacerla bien.

Antes, durante y después del conflicto los portavoces de la Alianza y de sus miembros se esforzaron en recalcar que la acción bélica tenía como finalidad la de impedir el aniquilamiento de un grupo humano, apoyando el retorno a la estabilidad en los Balcanes, nunca la de favorecer la independencia de Kosovo. En realidad la garantía de la integridad territorial de Yugoeslavia -tal como había quedado después de las independencias de las restantes Repúblicas de la antigua Federación- constituía la mejor prenda, en realidad la única, de los aliados frente a Belgrado: la seguridad de que la guerra no se había hecho para alterar sus fronteras.

El mismo día en que la OTAN da por finalizadas las operaciones militares, el 11 de junio de 1999, el Consejo de Seguridad recupera su capacidad de actuación para recordar en la Resolución 1244, que la solución política a la crisis de Kosovo debe tener en cuenta, entre otros extremos, el respeto «a los principios de soberanía e integridad territorial de la República Federal de Yugoeslavia». La misma Resolución había reafirmado el respeto de «todos los Estados miembros a la soberanía y a la integridad territorial de la República Federal de Yugoeslavia… en los términos del Acta Final de Helsinki». En ese sentido el Consejo se hace eco de la declaración sobre Kosovo que pocas semanas antes, el 6 de mayo, habían firmado los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros del G-8 (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón). Según unos y otros, pues, el futuro de Kosovo debía canalizarse a través de una «autonomía substancial» en el marco de la Federación Yugoeslava -hoy, tras la independencia de Montenegro, reducida a Serbia-.

Lo que en este momento está proponiendo la ONU para el territorio a través del dictamen elaborado por el ex presidente de Finlandia Martti Ahtisaari desemboca pura y simplemente en la independencia kosovar, desoyendo las reiteradas llamadas que el mismo Consejo de Seguridad había realizado en sentido contrario. Y forzoso es constatar que, salvo vigorosa reacción de la comunidad internacional, Kosovo será independiente en plazo no demasiado lejano. No era ese el objetivo por el que lucharon los aviones de la OTAN. No era ese el objetivo que el Consejo de Seguridad se había marcado tras la «intervención humanitaria».

En realidad el informe Ahtisaari, seguramente de manera involuntaria, endosa la política contra la que se produjo la acción militar aliada, sólo que cambiando los elementos de la ecuación: allí donde antes se luchó para que los albaneses no fueran desplazados por los serbios hoy se da razón a la predominancia albanesa, incluso a costa de la desaparición de los pocos serbios que todavía pueblan el territorio. Y la razón ofrecida no es otra que la constatación de un fracaso: es difícil, dicen, imaginar la coexistencia entre serbios y albaneses. Eso ya se sabía antes de comenzar la guerra, concebida como un elemento de fuerza en la solución del conflicto. Que desde entonces hayan transcurrido ocho años de intensiva presencia internacional en el territorio -ONU, OTAN, UE- para concluir que la única solución consiste en violar algunos de los más elementales principios de la vida internacional, tal y como los recoge la Carta de las Naciones Unidas, es ciertamente descorazonador.

En esta historia de Kosovo nadie es por completo inocente. Fue siempre absurdo y potencialmente sangriento el fervor nacionalista depositado por los serbios en el antiguo campo de batallas perdidas, torpe y criminal el tratamiento de la población albanesa, insuficiente la actitud de la Serbia post-Milosevic para encarar la gravedad del problema. Como también poseen importante cuota de culpa los albaneses, que han dilapidado la razón que les da el número en la práctica de una política tantas veces reflejada en la de los serbios -grupos terroristas armados, exclusión absoluta del diferente, satanización del contrario-. Y equivocadas las razones de la Federación Rusa -el único miembro permanente del Consejo de Seguridad opuesto al plan Ahtisaari- al tomar partido por los serbios: no está en juego la parroquial solidaridad nacional-cultural-religiosa, sino la posibilidad de hacer posible unos Balcanes post-yugoeslavos cimentados en la convivencia democrática y respetuosa de los diversos en raza, religión o cultura. Sin por ello olvidar a los países occidentales, a lo que parece embarcados sin remedio en una política guiada por el deseo de castigar a los serbios.

Pero un Kosovo independiente no sólo vulnera el principio de derecho internacional que reclama respeto a la integridad territorial de los Estados. Concede alas, desde la cúspide de la comunidad internacional, a todos los irredentismos separatistas que quieren abolirlo. Apuesta por una sociedad sin matices, compuesta exclusivamente por los de un mismo color, una misma lengua, una misma raza o una misma religión. Crea inevitablemente una nueva inestabilidad regional, que acabará por afectar de manera grave a todos los vecinos. Y constituye claramente un gigantesco paso atrás en todos los esfuerzos de la humanidad para construir comunidades de ciudadanos diferentes y libres, capaces de convivir pacíficamente a pesar de sus diferencias.

Por razones torcidas, Rusia ha impuesto su voluntad en el Consejo de Seguridad y obtenido un aplazamiento en la decisión de Naciones Unidas. Sería imprescindible el aprovechamiento del tiempo ganado para replantear toda la cuestión de Kosovo en términos acordes con las necesidades y las sensibilidades del tiempo presente. Ahtisaari no es la solución.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Respecto a la exYugoslavia la propaganda masiva de los medios occidentales y sus gobiernos, hace que hasta “los proserbios” no se arriesguen a decir las cosas como son por no parecer “negacionistas”, y se forma una espiral donde a los “lobos” albaneses, croatas, eslovenos y bosnio-musulmanes se les disfraza de “corderos”, y a los “lobos” serbios se les vende como “secuaces del demonio”. Simplemente es MENTIRA, así de llano.
Por contradecir algunas cosas del artículo de Rupérez, y si el lector quiere desligarse de la corriente de manipulación informativa de Carlos Taibo, Hermann Tertsch y el fanatismo neofascista de Jiménez Losantos (inspirado en esas fuentes), a continuación encontrará otras fuentes (naturalmente satanizadas por estos dictadores de la desinformación), y pistas que le pueden dar otras perspectivas sobre lo que se nos ha vendido y también sirven para evaluar el nivel de conocimientos e interpretación del “analista” de turno. Disculpen que está escrito de forma rápida y no exhaustiva, pero los que no somos “manipuladores profesionales” no tenemos mucho tiempo para esto :

Cuando el historiador Reboredo, en su artículo “Serbia y el Polvorín kosovar” dice que los serbios han “creado una mitología que sitúa a Kosovo como el origen de Serbia” me sorprendo de que a la historia rigurosa (pasada y presente) la denomine “mitología”, o sea, algo así como si fuera “Los caballeros de la tabla redonda” o “La Canción de Roldan”. Se pretende sugerir que la identidad serbia de Kosovo se acabó en la época medieval, para deslegitimar la pretensión serbia. En las fuentes citadas en este texto encontraran información; he aquí una reseña: en el siglo XIII la iglesia autocéfala serbia estableció su sede en Pech (Kosovo-Metohija). Desde el siglo VII los serbios llegaron a los Balcanes y poblaron la despoblada zona de Kosovo. La capital del reino serbio fue establecida en Skoplje (junto a Kosovo) hacia el siglo XIV, donde fue coronado emperador Esteban Dusan en 1346, siendo la región el núcleo metropolitano de la Serbia medieval. A pesar de diferentes cambios de gobierno, de ofensivas turcas que provocaban emigraciones de serbios al norte, y la subordinación de Pech al Patriarcado de Ohrid (1459), Kosovo mantuvo su carácter serbio, y en 1557 Pech volvió a ser la sede del patriarca de la Iglesia serbia, "siendo gran foco de la vida nacional"; en 1766 el patriarca de Constantinopla abolió dicho patriarcado, que fue recuperado en 1804, hasta hoy, con algún contratiempo. Las instituciones religiosas tuvieron importancia capital en los Balcanes, como aglutinantes de la vida cultural y política, ya que eran utilizadas por los poderes terrenales como medio de establecer su dominación sobre los pueblos y de destruir su nacionalidad. La Iglesia serbia estuvo en permanente lucha con las iglesias vecinas, utilizadas por el Imperio Otomano (entre otros) como forma de gobierno. (mayormente tomado de Breve Historia de Yugoslavia, Darby y otros, Colección Austral)

Reboredo también habla de “decenios de represión serbia”: pueden echar una ojeada a estas referencias (artículos y listados de artículos de la prensa de los 80s) en que pueden ver ustedes mismos quien ha sufrido represión en Kosovo durante los últimos “decenios” ...y siglos. Digno es de mencionar el comentario en 1986 de Fadil Hoxha, pariente del dictador comunista de Albania, que fue líder comunista de Kosovo de que había que usar a las mujeres serbias para satisfacer a los potenciales violadores albaneses. Los “decenios de represión serbia” a los albaneses incluían que los niños serbios recibían clases obligatorias de albanés entre el 7º y 12º grado, que los albanokosovares recibían sus libros escolares de Albania, y que no pagaban agua ni luz; además las “décadas de opresión” incluían la permisividad para el apego a su código tribal-tradicional en lugar de a las leyes de Yugoslavia, así como el fomento por parte de Tito de la inmigración ilegal a Kosovo desde Albania (uno de los deseos de los serbios en la última campaña era expulsar al 30% de extranjeros albaneses de Kosovo, es decir, inmigrantes ilegales sin pasaporte yugoslavo).

(Si el vinculo no enlaza pongan el titulo en google)
Kosovo-Getting Worse? (http://www.hackworth.com/Kosova.html)
Serbia”. “Serbian Kosovo and Metohija” (de William Dorich),
Kosovo – What is the problem ? en la web de Srpska Mreza (www.srpska-mreza.com), 1 pag.
Why Serbia lifted Kosovo’s autonomy? incluye el artículo de David Binder, New York Times, 1-10-1987, 4 pag.
Articles written when Kosovo was not famous (http://members.tripod.com/~sarant_2/ksm.html)
Archive: Kosovo in the 1980’s (http://emperors-clothes.com/articles/benworks/1980news.html)
Violence Against Christian Serbs and Their Holy Places (http://www.savekosovo.org/default.asp?p=3&leader=0&sp=49)

Respecto al “histórico líder pacifista Ibrahim Rugova” se trata normalmente de contraponer a la “ambición serbia” un “Gandhi de los Balcanes” desvirtuando totalmente el caracter de un político totalmente inoperante que no hizo nada por la coexistencia pacífica de los pueblos de Kosovo, de hecho su mediocridad fue tal que no hizo nada ni por sus propios partidarios. Pueden ver el artículo “MUERE RUGOVA, UN FALSO PALOMO DE LA PAZ” (22.1.2006.) Aleksandar Vuksanovic, www.semanarioserbio.com

Un tip que se puede usar para sondear la seriedad del “analista” de turno es cuando habla de la “supresión de la autonomía kosovar” en 1989 o la “agitación virulenta del nacionalismo serbio” en el discurso de Milosevic en Kosovo Polje en 1989, cuando dijo aquello de “nadie volverá a levantar la mano contra un serbio”” (Pere Vilanova, ¿Catedrático?, La Vanguardia, 27/07/07). En el caso de la autonomía, no se suprimió, se revisó esencialmente eliminando las competencias en seguridad y poder judicial, que eran precisamente los instrumentos del desgobierno albanés en la provincia, así como los subsidios : se pensó que era hora de que los albaneses trabajaran y pagaran sus impuestos, como todo el mundo.
Y en el caso del discurso “ultranacionalista y encendido de Milosevic”, se trata de una vergonzosa manipulación digna de Goebbels, una y otra vez repetida, que debe tener contentos a los tergiversadores pronazis y pro mafias albanesas Carlos Taibo y Hermann Tertsch, y a su admirador, el ignorante en asuntos balcánicos y neofascista Losantos.
Lean al respecto y hasta el final (lo recomiendo) el espectacular artículo de Francisco Gil-White "DE QUE MANERA LOS MEDIOS ESCRIBEN SOBRE S. MILOSEVIC" (http://www.semanarioserbio.com/modules.php?name=News&file=article&sid=2489).

Leyendo información variada podrán observar que el “ultranacionalismo serbio” se queda pequeño con el islamismo del reclutador de las SS en la Segunda Guerra Mundial Alia Izetbegovic (presidente de Bosnia en la época), o el nazi Tudjman (presidente de Croacia) que resucitó en los 90 el estado ustacha de la segunda guerra mundial, amen de publicar su libro “revisionista” acerca de dicho estado nazi. Sobre el ELK albanokosovar, pueden ver que es un grupo mafio-terrorista de inspiración marxista-leninista deseoso de crear una Gran Albania étnicamente pura.

Hay que rebuscar mucho para encontrar discursos similares en el nacionalismo serbio, a pesar de que nos han vendido lo contrario.

Abundante información “alternativa” se puede encontrar en numerosas webs de serbios en el mundo (www.suc.org, www.serbianna.com, www.sane-boston.org, http://antiwar.com/malic/, www.semanarioserbio.com), hay un sinnúmero de artículos en www.emperorsclothes.com, o por ejemplo en libros que se pueden leer gratuitamente en la web como el impresionante por sus datos esclarecedores del checo Rajko Dolecek “I Accuse” o

El cuento de la “Gran Serbia” sorprende a los propios serbios ya que eso es algo trasnochado que a nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido, sin embargo la “Gran Croacia” deseada explícitamente por Tudjman (recomiendo leer el asombroso artículo Hiding Genocide, del Defense & Foreign Affairs Strategic Policy, 1992, http://128.121.186.47/ISSA/reports/Balkan/Genocide.htm), o la Bosnia islámica buscada por Izetbegovic (imprescindible relato en “Some Call it Peace-Waiting for War in the Balkans” de Yossef Bodansky, Director del Comité del Congreso USA sobre terrorismo y Guerra no convencional, que da pelos y señales sobre la intervención islámica en Bosnia), o la Gran Albania sí son explícitos objetivos de ambos líderes. Lo malo para losserbios es que están regados por casi todas las repúblicas, y querer mantenerse en un estado seguro para ellos no es desear “la Gran Serbia” sino no querer quedar en manos de estados nazis e islamistas....no es mucho pedir.

Y lean siempre a Michel Collon (Ojo con los Media, El Juego de la Mentira) y numerosos artículos en la web. Los Taibo y Tertsch le critican muchísimo tachándole de marxista, por eso hay que leerlo porque denuncia el sistema propagandísticos al servicio el poder en el que estamos inmersos todos, y del que son artífices los manipuladores periodísticos antes mencionados. También es brillante el académico serbio-americano William Dorich (facilmente accesible en la web)que tiene artículos excepcionales sobre la historia de Kosovo y la historia serbia en general.

Lo que me pregunto y no logro concluir es si a Milosevic se le dejó otra opción de reaccionar. A toro pasado se ve claramente que debería haber sido más hábil y haber negociado provisoriamente al bloque OTAN, pero me parece que la tenaza Germano-Croata-Eslovena ya estaba armada mucho antes, con lo que cuando quiso reaccionar ya estaba encarrilado en la dirección contraria a occidente que le arrinconó.

Ah, por cierto, me extraña mucho que tan expertos analistas siempre se refieran a la etnia de los “romanis” de los Balcanes. ¿Saben que simplemente son gitanos? O sea, es “gitanos” en las lenguas locales. Espero que sí.

No he mencionado asuntos como el de las “violaciones masivas” (siempre de serbios) o “fosas comunes”, pero en las fuentes anteriores (pej. en el I Accuse de Dolecek) encontraran bastantes ejemplos de manipulaciones, muchas de ellas impresionantes; pueden ver el informe Rapes in Yugoslavia, del North American News Analysis Group en la Asamblea de California en 1993 (http://www.srpska-mreza.com/mediaWar/rapes-fiction.html).

NOTAS ADICIONALES:
El nacionalismo serbio no es el primer nacionalismo que se manifiesta, surge solo después de la muerte de Tito como reacción a los otros nacionalismos, y se desarrolla en paralelo con el nacionalismo de todos los demás. Hay una responsabilidad serbia en el proceso de desintegración yugoslavo, consistente en haber alimentado el descrédito de la propia idea yugoslava al denunciar las desventajas que el sistema titoísta había impuesto al pueblo serbio respecto de otros.....................[a finales de los años 80] en el caso de eslovenos, croatas y albaneses (y sólo más tarde, musulmanes), se habían perfilado y consolidado estrategias rupturistas muy sólidas, meditadas, consensuadas, consultadas en el exterior, con apoyos y garantías internacionales. (El espejismo yugoslavo, J. Palau, Ed. del Bronce, p48)
En los 18 volúmenes de suplementos de la Enciclopedia Espasa-Calpe entre 1945 y 1984 sobre el "ultra-nacionalismo excluyente serbio" podemos encontrar:........NADA. No encontramos NADA DE NADA. Sin embargo existen abundantes entradas acerca de expresiones violentas de nacionalismo albanés, croata y musulmán

LOS ALBANESES, EL PUEBLO MÁS ANTIGUO DE LOS BALCANES
Los eslavos ocuparon la región de los Balcanes conocida como Iliria hacia el 650 dc. De la antigua población iliria, los albaneses son las únicas reliquias que han sobrevivido hasta hoy. Quedaron sin eslavizar los albaneses que ocupan la región de Albania y alguna zona limítrofe, el resto de los habitantes fueron asimilados por la población eslava, incluidos los que hubiera en la mayor parte de Kosovo, Montenegro, Macedonia. La expansión de albaneses hacia el norte y el este (Kosovo y Macedonia) comenzó de manera significativa 11 siglos después de la llegada de los eslavos. (Breve Historia de Yugoslavia, Darby y otros, Colección Austral, p20-23, 119)

FECHAS PRINCIPALES DE LAS EXPULSIONES DE SERBIOS
1691: con la retirada austríaca después de una ofensiva los serbios quedaron a merced de las represalias turcas, y el patriarca Arsenije III organizó una gran emigración de 30.000-40.000 familias hacia el norte. Habían abandonado la zona de Pech, Prizren y el norte de Macedonia; es este el momento en que musulmanes de Albania se desplegaron hacia el norte y el este ocupando las tierras que habían sido eslavas durante 11 siglos. Bajo el poder turco, aquellos que adoptaban la fe islámica gozaban de privilegios, entre ellos los relativos a la propiedad de la tierra, etc. Y los albaneses, en su mayoría, se habían hecho musulmanes, lo que les ponía en posición más favorable respecto a los serbios que no se vendieron al invasor.
1878-1918: los aliados eslavos vencieron a los turcos en 1878, y se firmó el tratado de Berlín, por el que Serbia y Montenegro recuperaron parte de sus territorios. Ante la previsible perdida de territorios en los Balcanes, los turcos alentaron la colonización musulmana en las zonas que aún les quedaban. En este período los albaneses consiguieron la mayoría demográfica en Kosovo, animados continuamente por los turcos, emigrando 150.000 serbios. En la 1ª Guerra Mundial murieron 1,2 millones de serbios y las guerrillas albanesas aprovecharon la ocasión para hostigar a los serbios.
1941: En el periodo de entreguerras, la población serbia y albanesa se había equilibrado, pero la alianza albano-italiana ocupó Kosovo y la parte oeste de Macedonia, teniendo que huir alrededor de 300.000 serbios. Un millón de serbios murieron en la 2ª Guerra Mundial.
1945-1990: Tito, con su política de basar el fortalecimiento de Yugoslavia en el debilitamiento de Serbia, prohibió el retorno a Kosovo y Macedonia de los serbios expulsados en la guerra, al mismo tiempo permitió la inmigración de 500.000 albaneses desde Albania, mientras observaba pasivamente como el régimen opresivo hacia los serbios, por la creciente población albanesa, provocaba la emigración serbia. Hasta 1990 unos 300.000 serbios tuvieron que abandonar Kosovo. Del 35% de serbios según el censo de 1948 se llega al 10% estimado en 1991.
(datos obtenidos de Breve Historia de Yugoslavia, Darby, Austral; Puentes rotos sobre el Drina, J.Villanueva, p28-29; Cuaderno nº30 Albania-Kosovo, Rev. Solidaridad,...p27)