Por Arnaud Montebourg, diputado por Saône-et-Loire y portavoz de Ségolène Royal. Este texto ha sido recopilado en París por Octavi Martí a partir de declaraciones de Montebourg (EL PAÍS, 15/04/07):
Francia necesita la VI República que le propone Ségolène Royal porque necesita modernizar y reajustar su sistema político. Que éste está enfermo lo vemos a través de los síntomas, a través de esa fiebre que es el aumento del populismo y también de la desconfianza respecto a la clase política. La V República creada por el general De Gaulle es autoritaria, unilateral, antidemocrática y bonapartista. En ella un hombre solo, el presidente, aislado de la sociedad y del pueblo que le ha elegido, toma todas las decisiones rodeado de un núcleo de cortesanos designado por él. Conviene no olvidar nunca que en la V República el presidente firma el nombramiento de 6.000 altos cargos, desde el primer ministro hasta el administrador general de la Comédie-Française pasando por el director del Office Interprofessionel des Plantes à Parfum Aromatiques et Médicinales. Nuestro sistema es autoritario, pues concentra en manos de una sola persona un gran poder; pero también es impotente porque, cuando le falta el respaldo popular, no puede acometer las reformas imprescindibles.
La VI República será capaz de construir compromisos sólidos y duraderos porque estará libre de la tentación autoritaria, porque será un sistema que contemplará los referendos de iniciativa popular, porque fomentará que la ciudadanía controle la acción de sus representantes, porque pondrá fin a los famosos “dominios reservados” del presidente de la República, es decir, las cuestiones de política exterior y de defensa. Esos “dominios reservados” pasarán a ser compartidos con el Gobierno y a estar bajo control de la Asamblea Nacional.
Continuar leyendo.
Francia necesita la VI República que le propone Ségolène Royal porque necesita modernizar y reajustar su sistema político. Que éste está enfermo lo vemos a través de los síntomas, a través de esa fiebre que es el aumento del populismo y también de la desconfianza respecto a la clase política. La V República creada por el general De Gaulle es autoritaria, unilateral, antidemocrática y bonapartista. En ella un hombre solo, el presidente, aislado de la sociedad y del pueblo que le ha elegido, toma todas las decisiones rodeado de un núcleo de cortesanos designado por él. Conviene no olvidar nunca que en la V República el presidente firma el nombramiento de 6.000 altos cargos, desde el primer ministro hasta el administrador general de la Comédie-Française pasando por el director del Office Interprofessionel des Plantes à Parfum Aromatiques et Médicinales. Nuestro sistema es autoritario, pues concentra en manos de una sola persona un gran poder; pero también es impotente porque, cuando le falta el respaldo popular, no puede acometer las reformas imprescindibles.
La VI República será capaz de construir compromisos sólidos y duraderos porque estará libre de la tentación autoritaria, porque será un sistema que contemplará los referendos de iniciativa popular, porque fomentará que la ciudadanía controle la acción de sus representantes, porque pondrá fin a los famosos “dominios reservados” del presidente de la República, es decir, las cuestiones de política exterior y de defensa. Esos “dominios reservados” pasarán a ser compartidos con el Gobierno y a estar bajo control de la Asamblea Nacional.
Continuar leyendo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario