Por PILAR BONET - Moscú - (El País.com, 31/01/2009)
El Gobierno ruso que dirige Vladímir Putin quiso tranquilizar ayer al país sobre los efectos de la crisis económica ante la avalancha de datos que empeoran las anteriores previsiones. El euro y el dólar batieron ayer récords históricos por segundo día consecutivo respecto al rublo -45,66 y 35,41 rublos, respectivamente- y rozaban el techo -46,8 y 36- fijado como límite en la devaluación paulatina practicada por las autoridades desde hace meses para amortiguar la pérdida de valor de la moneda nacional.
Los cuatro ministros responsables de la economía y el jefe del Banco Central comparecieron ante la Duma Estatal con sus últimas previsiones, incluida una brutal caída del crecimiento económico que en 2008 rozó el 6%. Los pronósticos oficiales para 2009 varían entre el estancamiento y un descenso del 0,2%, pero hay cálculos más pesimistas que hablan de una caída del 10% del PIB, según Ígor Yurgens, miembro de la directiva de la asociación de empresarios de Rusia. Estas estimaciones, según informa Financial Times desde Davos, proceden de expertos gubernamentales y no son aireadas en público porque se asocian a quiebras, paro masivo y más devaluación.
Desde noviembre, el rublo ha perdido más del 30% de su valor frente a una cesta de divisas formada por el euro y el dólar. El jefe del Banco Central, Serguéi Ignátev, dijo ayer que estaba dispuesto a intervenir en el mercado de divisas para mantener al rublo.
"La crisis durará tres años, de los cuales 2009 será el más difícil", dijo el vicejefe del Gobierno Ígor Shuválov, según el cual, Rusia tiene "reservas para realizar las prioridades del Gobierno", pero no puede permitirse "gastarlas en un año". "Durante todo 2009, la situación será dura, pero esto no significa que nos esperen cambios que no podamos controlar", continuó. "Dentro de algunos meses veremos tendencias positivas hacia la estabilización económica", concluye el alto funcionario.
La fuga de capitales puede alcanzar este año entre 100.000 y 110.000 millones de dólares (entre 78.000 y 85.000 millones de euros), dijo el ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, quien estimó en 130.000 millones de dólares (101.000 millones de euros) la fuga de capitales en 2008. "La situación en nuestra economía y en nuestro Gobierno depende de la coyuntura mundial de los precios del petróleo", dijo la ministra de Desarrollo Económico, Elvira Nabiulina. El Gobierno mantiene el pronóstico de un 13% de inflación para 2009, dada la devaluación del rublo y el peso de las importaciones.
Después de varios años de superávit gracias a los hidrocarburos, Rusia tendrá que recortar su presupuesto y afrontar un déficit del 6,1% del PIB, según Kudrin. Además, puede haber una nueva crisis en el sector bancario, debido a los créditos impagados, afirma Ignátev.
Tanto el presidente Dmitri Medvédev como Putin gozan de gran popularidad -un 75% y un 83% de la población, respectivamente, aprueban su gestión según encuestas del centro Yuri Levada- y los ciudadanos no parecen asociar sus figuras a la crisis. Sin embargo, ha aumentado el pesimismo sobre el desarrollo del país y la preocupación por el paro. La cifra de parados -5,8 millones registrados, o el 7,7% de la población activa- puede incrementarse hasta siete millones.
Las autoridades apuestan por la industria automovilística nacional, para lo cual han subido los aranceles a la importación, una medida que ha causado mucho malestar en las regiones del Este, donde el comercio de coches extranjeros es una parte importante de la economía. Vladivostok reaccionó con manifestaciones en diciembre, y para este domingo se han previsto otros mítines.
El Gobierno ruso que dirige Vladímir Putin quiso tranquilizar ayer al país sobre los efectos de la crisis económica ante la avalancha de datos que empeoran las anteriores previsiones. El euro y el dólar batieron ayer récords históricos por segundo día consecutivo respecto al rublo -45,66 y 35,41 rublos, respectivamente- y rozaban el techo -46,8 y 36- fijado como límite en la devaluación paulatina practicada por las autoridades desde hace meses para amortiguar la pérdida de valor de la moneda nacional.
Los cuatro ministros responsables de la economía y el jefe del Banco Central comparecieron ante la Duma Estatal con sus últimas previsiones, incluida una brutal caída del crecimiento económico que en 2008 rozó el 6%. Los pronósticos oficiales para 2009 varían entre el estancamiento y un descenso del 0,2%, pero hay cálculos más pesimistas que hablan de una caída del 10% del PIB, según Ígor Yurgens, miembro de la directiva de la asociación de empresarios de Rusia. Estas estimaciones, según informa Financial Times desde Davos, proceden de expertos gubernamentales y no son aireadas en público porque se asocian a quiebras, paro masivo y más devaluación.
Desde noviembre, el rublo ha perdido más del 30% de su valor frente a una cesta de divisas formada por el euro y el dólar. El jefe del Banco Central, Serguéi Ignátev, dijo ayer que estaba dispuesto a intervenir en el mercado de divisas para mantener al rublo.
"La crisis durará tres años, de los cuales 2009 será el más difícil", dijo el vicejefe del Gobierno Ígor Shuválov, según el cual, Rusia tiene "reservas para realizar las prioridades del Gobierno", pero no puede permitirse "gastarlas en un año". "Durante todo 2009, la situación será dura, pero esto no significa que nos esperen cambios que no podamos controlar", continuó. "Dentro de algunos meses veremos tendencias positivas hacia la estabilización económica", concluye el alto funcionario.
La fuga de capitales puede alcanzar este año entre 100.000 y 110.000 millones de dólares (entre 78.000 y 85.000 millones de euros), dijo el ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, quien estimó en 130.000 millones de dólares (101.000 millones de euros) la fuga de capitales en 2008. "La situación en nuestra economía y en nuestro Gobierno depende de la coyuntura mundial de los precios del petróleo", dijo la ministra de Desarrollo Económico, Elvira Nabiulina. El Gobierno mantiene el pronóstico de un 13% de inflación para 2009, dada la devaluación del rublo y el peso de las importaciones.
Después de varios años de superávit gracias a los hidrocarburos, Rusia tendrá que recortar su presupuesto y afrontar un déficit del 6,1% del PIB, según Kudrin. Además, puede haber una nueva crisis en el sector bancario, debido a los créditos impagados, afirma Ignátev.
Tanto el presidente Dmitri Medvédev como Putin gozan de gran popularidad -un 75% y un 83% de la población, respectivamente, aprueban su gestión según encuestas del centro Yuri Levada- y los ciudadanos no parecen asociar sus figuras a la crisis. Sin embargo, ha aumentado el pesimismo sobre el desarrollo del país y la preocupación por el paro. La cifra de parados -5,8 millones registrados, o el 7,7% de la población activa- puede incrementarse hasta siete millones.
Las autoridades apuestan por la industria automovilística nacional, para lo cual han subido los aranceles a la importación, una medida que ha causado mucho malestar en las regiones del Este, donde el comercio de coches extranjeros es una parte importante de la economía. Vladivostok reaccionó con manifestaciones en diciembre, y para este domingo se han previsto otros mítines.
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