lunes, enero 26, 2009

Rusia: defensores indefensos

Por PILAR BONET - Moscú - (El País.com, 25/01/2009)

Los defensores de la sociedad civil en Rusia son muy vulnerables y están ellos mismos indefensos. Así lo indica el asesinato del abogado Stanislav Markélov, de 34 años, abatido de un tiro el 19 de enero a corta distancia del Kremlin. Junto con él pereció Anastasía Babúrova, de 25, una periodista que había asistido a la conferencia de prensa en la que el letrado informó de sus gestiones y recursos contra la liberación anticipada de Yuri Budánov, el ex coronel condenado a 10 años en 2003 por estrangular a Elsa Kungáyeva, una joven chechena que además fue violada y torturada.

Budánov salió de la cárcel el 15 de enero por decisión de los jueces, que antes se habían negado cuatro veces a rebajarle la pena. Markélov representaba a la familia de Kungáyeva y creía que aún era posible procesar al militar por cargos que los tribunales desecharon en su día o que no fueron bien elaborados. "El caso de Budánov es un símbolo. Si su liberación se reconoce como legal y no se le procesa en el futuro, esto será una prueba de la interferencia de los factores políticos en un proceso penal", dijo.

Varios sospechosos

Sobre el asesino no hay pistas, pero la lista de posibles instigadores del crimen va más allá de los círculos "ultranacionalistas", que apoyaron al coronel Budánov durante el juicio, y los neonazis y fascistas contra los que pleiteó el abogado. La lista podría incluir a los oficiales del OMON (cuerpo de intervención especial del ministerio del Interior) que se fugaron cuando Markélov consiguió en 2003 que se condenara a uno de sus subordinados por la desaparición de un checheno.

Las actividades del abogado también podrían haber molestado a especuladores del suelo en la región de Moscú. Cliente de Markélov era Mijaíl Béketov, director de un periódico de Jimki, al que le han amputado una pierna y varios dedos del pie tras la salvaje paliza que recibió en noviembre. Béketov se oponía a las obras ilegales y la tala de bosques en los alrededores de la capital. Markélov responsabilizó a los dirigentes regionales del atentado contra Béketov y solicitó transferir el caso a las autoridades federales.

También Ramzán Kadírov, el presidente de Chechenia, podría estar en la lista de sospechosos, pese a haber concedido una condecoración post mórtem al letrado por su papel en el caso Kungáyeva. Se da la circunstancia de que Markélov era el defensor de Mojmadsalaj Masáev, un checheno desaparecido en agosto de 2008 tras afirmar que pasó cuatro meses de denigrante reclusión en las cárceles secretas supuestamente mantenidas por Kadírov. Masáev preparaba una demanda ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Coincidiendo con el crimen de Moscú, en Viena fue asesinado Umar Israílov, un asilado político checheno que acusó a Kadírov de mantener cárceles secretas.

"Escalofríos" al ver la agenda telefónica

Bajo la nieve, varios centenares de personas, en su mayoría miembros de organizaciones no gubernamentales, despedían el viernes a Markélov en el cementerio moscovita de Ostánkino. Estaban desalentados y llenos de pensamientos sombríos.

"Cuando busco números de teléfono en la agenda de mi móvil, me dan escalofríos. Si marco la P, aparece Politkóvskaya (asesinada en octubre de 2006). Si marco la S, aparece Salij [Mojmadsalaj Masáev] y ahora, en la M, Markélov", observaba Svetlana Gánnushkina de Ayuda Cívica, organización dedicada a los inmigrantes.

"La violencia está en el aire y ha aumentado al igual que el cinismo de las autoridades y la indiferencia de la sociedad", afirmaba la periodista Lidia Gráfova.

Pésame de Yúshenko

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, repartió varios mensajes de felicitación y de pésame desde el 19 de enero, pero hasta el domingo ninguno de ellos fue para la familia de Markélov (su viuda y dos niños) ni para la de Anastasia, que procedía de Sebastopol (Crimea, Ucrania). Medvédev, un jurista que predica la superación del "nihilismo jurídico", tampoco se brindó a controlar en persona la investigación de los delitos.

Mientras el ministerio de Exteriores de Rusia advertía contra una utilización política del crimen, el presidente de Ucrania, Víctor Yúshenko, expresó sus condolencias a los padres de Babúrova: "Cumpliendo su deber profesional, fue una víctima inocente de salvajes delincuentes que deben ser descubiertos y castigados con máxima severidad".

Anastasia estudiaba periodismo en la Universidad de Moscú y trabajaba por libre para distintos periódicos, entre ellos Nóvaya Gazeta, donde pasó a ocupar el cuarto puesto en la lista de víctimas de la violencia (Anna Politkóvskaya incluida). Con motivo del atentado, el periódico llevaba un macabro título: "Entrevista del abogado asesinado Stanislav Markélov a la periodista asesinada Anastasia Babúrova".

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