ELPAÍS.com 24/02/2009
Nicolás Sarkozy en Francia está pasando muy mal momento. La crisis económica se le viene encima y ya ha comenzado a manifestarse el malestar en las antiguas colonias en las Antillas, y a nivel de sindicatos que han convocado a una huelga general para el 19 de marzo. En Reino Unido, Gordon Brown recibe otro golpe: Más de seis de cada 10 británicos consideran que el partido laborista haría un mejor trabajo bajo un nuevo líder. La crisis está haciendo estragos no sólo en la economía de estas potencias europeas, sino también en la imagen de sus líderes.
En el caso francés, los sondeos más recientes desvelan que Sarkozy se mantiene en el 37% de popularidad, según el diario Le Figaro. Los franceses saben que Sarkozy no es responsable de la crisis, pero se muestran severos a la hora de respetar a un presidente que siempre les ha pedido que los juzguen por los resultados de su política. A diferencia de Ángela Merkel, que ha podido capear hasta ahora el temporal de la crisis en Alemania, y de Silvio Berlusconi en Italia, que ha visto reforzada su imagen por la debacle de la izquierda en ese país, Sarkozy y Brown reciben la condena del electorado.
El editorial de hoy de Le Figaro advierte de que al presidente francés se le vienen tiempos muy difíciles y que deberá recurrir a su fiel base en el electorado así como en su gabinete para superar la crisis en las Antillas y tener una posición firme frente a las protestas que se avecinan en la Francia continental. Sin embargo, ya hoy ha recibido un gran revés. El esperado nombramiento de un asesor económico muy cercano al mandatario como jefe del nuevo banco que surgirá de la fusión de los bancos Caisses d' Epargne y Banque Populaire ha despertado críticas y acusaciones de abuso de poder a lo largo del espectro político.
La tormenta de Brown
En Reino Unido, la popularidad de Brown se ha visto muy resentida por la crisis. Una encuesta difundida hoy por el diario The Guardian desvela que el apoyo al Laborismo descendió dos puntos con respecto al último sondeo en enero, hasta situarse en el 30 %, mientras que los conservadores -primeros de la oposición-bajaron dos puntos hasta el 42%.
Estas cifras representan más presión para el primer ministro, después de una semana se especulaciones acerca de su liderazgo frente al gabinete y tras una sucesión de noticias sobre el empeoramiento de la situación económica del país, según el Guardian.
En la consulta, el Partido Liberal Demócrata, tercera formación del país, subió dos puntos hasta llegar al 18% de apoyo.
Según el diario, si bien las cifras de la encuesta evidencia un fuerte rechazo público a Brown, es poco probable que esto provoque un cambio de liderazgo, después de que en el verano pasado se estudió esa posibilidad en el partido y no surgió una alternativa fuerte al actual primer ministro. Las elecciones generales británicas deberán convocarse como muy tarde a mediados del año próximo.
Nicolás Sarkozy en Francia está pasando muy mal momento. La crisis económica se le viene encima y ya ha comenzado a manifestarse el malestar en las antiguas colonias en las Antillas, y a nivel de sindicatos que han convocado a una huelga general para el 19 de marzo. En Reino Unido, Gordon Brown recibe otro golpe: Más de seis de cada 10 británicos consideran que el partido laborista haría un mejor trabajo bajo un nuevo líder. La crisis está haciendo estragos no sólo en la economía de estas potencias europeas, sino también en la imagen de sus líderes.
En el caso francés, los sondeos más recientes desvelan que Sarkozy se mantiene en el 37% de popularidad, según el diario Le Figaro. Los franceses saben que Sarkozy no es responsable de la crisis, pero se muestran severos a la hora de respetar a un presidente que siempre les ha pedido que los juzguen por los resultados de su política. A diferencia de Ángela Merkel, que ha podido capear hasta ahora el temporal de la crisis en Alemania, y de Silvio Berlusconi en Italia, que ha visto reforzada su imagen por la debacle de la izquierda en ese país, Sarkozy y Brown reciben la condena del electorado.
El editorial de hoy de Le Figaro advierte de que al presidente francés se le vienen tiempos muy difíciles y que deberá recurrir a su fiel base en el electorado así como en su gabinete para superar la crisis en las Antillas y tener una posición firme frente a las protestas que se avecinan en la Francia continental. Sin embargo, ya hoy ha recibido un gran revés. El esperado nombramiento de un asesor económico muy cercano al mandatario como jefe del nuevo banco que surgirá de la fusión de los bancos Caisses d' Epargne y Banque Populaire ha despertado críticas y acusaciones de abuso de poder a lo largo del espectro político.
La tormenta de Brown
En Reino Unido, la popularidad de Brown se ha visto muy resentida por la crisis. Una encuesta difundida hoy por el diario The Guardian desvela que el apoyo al Laborismo descendió dos puntos con respecto al último sondeo en enero, hasta situarse en el 30 %, mientras que los conservadores -primeros de la oposición-bajaron dos puntos hasta el 42%.
Estas cifras representan más presión para el primer ministro, después de una semana se especulaciones acerca de su liderazgo frente al gabinete y tras una sucesión de noticias sobre el empeoramiento de la situación económica del país, según el Guardian.
En la consulta, el Partido Liberal Demócrata, tercera formación del país, subió dos puntos hasta llegar al 18% de apoyo.
Según el diario, si bien las cifras de la encuesta evidencia un fuerte rechazo público a Brown, es poco probable que esto provoque un cambio de liderazgo, después de que en el verano pasado se estudió esa posibilidad en el partido y no surgió una alternativa fuerte al actual primer ministro. Las elecciones generales británicas deberán convocarse como muy tarde a mediados del año próximo.
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