Por MIGUEL MORA - Roma - (ElPais.com, 06/05/2009)
En Nápoles se dice la monnezza è ricchezza (la inmundicia es riqueza). No importa que ahí fuera el mundo se hunda, la frase en el libro Gomorra sigue siendo cierta. En 2008, la ecomafia facturó con el tráfico ilegal de residuos 20.500 millones de euros. Lo afirma el informe anual de Legambiente, asociación ecologista italiana, presentado ayer en Roma con el apoyo del presidente de la República. Se trata de la facturación más alta. Con toda esa escoria se podría levantar una montaña similar al Etna: una base de tres hectáreas y una altura de 3.100 metros.
En 2008, se produjeron en Italia 25.776 delitos ecológicos, es decir, 71 diarios, tres cada hora. La buena noticia es que en 2007 se habían registrado más, 30.124.
Así y todo, Legambiente calcula que se enterraron en suelo italiano 31 millones de toneladas de residuos, el equivalente a medio millón de camiones. "Se sabe dónde se producen, no siempre dónde se entierran", afirma el estudio. Casi la mitad de los delitos se localiza en las cuatro regiones de tradicional presencia mafiosa (Campania, Calabria, Sicilia y Puglia); el resto se reparte por el territorio. Y asoma con fuerza el rico norte del país, Piamonte sobre todo. "Las mafias han extendido sus tentáculos por vastas áreas del norte", señala el presidente de Legambiente, Vittorio Cogliati.
Como síntoma, el arresto de Mario Chiesa, otrora protagonista de casos de corrupción, "que ahora se dedicaba al tráfico de residuos con toda una red de cuellos blancos: empresarios, intermediarios y funcionarios corruptos".
El presidente Giorgio Napolitano se felicitó en una nota porque el informe demuestra que ha mejorado la lucha institucional. Desde 2002, cuando se instituyó el delito de tráfico ilícito de residuos, los jueces han abierto 123 procesos a los capos del veneno. El año pasado hubo 25 pesquisas, 2.328 personas denunciadas, y 564 empresas: movían 7.000 millones. Un récord histórico.
Los ecologistas consideran que hay cientos de clanes mafiosos viviendo de la inmundicia. Según el fiscal nacional antimafia, Pietro Grasso, "faltan recursos y un observatorio nacional. Detrás de la ecomafia hay un sistema criminal complejo, con técnicos de laboratorio, transportistas y otros, y necesitamos más armas jurídicas". Grasso reclamó al Gobierno que garantice las escuchas telefónicas.
La basura industrial que envenena el suelo mata animales, bosques y ciudadanos. El reciclaje acaba en la construcción de viviendas ilegales, actividad que la crisis tampoco ha logrado frenar. El año pasado brotaron en Italia 28.000 nuevas casas abusivas. Primer puesto, Campania; segundo, Calabria. Dos regiones en recesión. En la primera, los clanes edificaron 300.000 metros cuadrados en un área (feraz y ex agrícola) de 158 kilómetros cuadrados.
La Dirección Antimafia recuerda que, en Calabria, la N'Drangheta "sigue expandiéndose en el hábitat de las obras públicas", como las autopistas Salerno-Reggio Calabria y Jónica. Su sueño es el puente del estrecho de Messina. Más allá, la fiscalía de Palermo acaba de abrir otra investigación. Cosa Nostra se ha infiltrado en los contratos públicos para construir parques de energía eólica.
En Nápoles se dice la monnezza è ricchezza (la inmundicia es riqueza). No importa que ahí fuera el mundo se hunda, la frase en el libro Gomorra sigue siendo cierta. En 2008, la ecomafia facturó con el tráfico ilegal de residuos 20.500 millones de euros. Lo afirma el informe anual de Legambiente, asociación ecologista italiana, presentado ayer en Roma con el apoyo del presidente de la República. Se trata de la facturación más alta. Con toda esa escoria se podría levantar una montaña similar al Etna: una base de tres hectáreas y una altura de 3.100 metros.
En 2008, se produjeron en Italia 25.776 delitos ecológicos, es decir, 71 diarios, tres cada hora. La buena noticia es que en 2007 se habían registrado más, 30.124.
Así y todo, Legambiente calcula que se enterraron en suelo italiano 31 millones de toneladas de residuos, el equivalente a medio millón de camiones. "Se sabe dónde se producen, no siempre dónde se entierran", afirma el estudio. Casi la mitad de los delitos se localiza en las cuatro regiones de tradicional presencia mafiosa (Campania, Calabria, Sicilia y Puglia); el resto se reparte por el territorio. Y asoma con fuerza el rico norte del país, Piamonte sobre todo. "Las mafias han extendido sus tentáculos por vastas áreas del norte", señala el presidente de Legambiente, Vittorio Cogliati.
Como síntoma, el arresto de Mario Chiesa, otrora protagonista de casos de corrupción, "que ahora se dedicaba al tráfico de residuos con toda una red de cuellos blancos: empresarios, intermediarios y funcionarios corruptos".
El presidente Giorgio Napolitano se felicitó en una nota porque el informe demuestra que ha mejorado la lucha institucional. Desde 2002, cuando se instituyó el delito de tráfico ilícito de residuos, los jueces han abierto 123 procesos a los capos del veneno. El año pasado hubo 25 pesquisas, 2.328 personas denunciadas, y 564 empresas: movían 7.000 millones. Un récord histórico.
Los ecologistas consideran que hay cientos de clanes mafiosos viviendo de la inmundicia. Según el fiscal nacional antimafia, Pietro Grasso, "faltan recursos y un observatorio nacional. Detrás de la ecomafia hay un sistema criminal complejo, con técnicos de laboratorio, transportistas y otros, y necesitamos más armas jurídicas". Grasso reclamó al Gobierno que garantice las escuchas telefónicas.
La basura industrial que envenena el suelo mata animales, bosques y ciudadanos. El reciclaje acaba en la construcción de viviendas ilegales, actividad que la crisis tampoco ha logrado frenar. El año pasado brotaron en Italia 28.000 nuevas casas abusivas. Primer puesto, Campania; segundo, Calabria. Dos regiones en recesión. En la primera, los clanes edificaron 300.000 metros cuadrados en un área (feraz y ex agrícola) de 158 kilómetros cuadrados.
La Dirección Antimafia recuerda que, en Calabria, la N'Drangheta "sigue expandiéndose en el hábitat de las obras públicas", como las autopistas Salerno-Reggio Calabria y Jónica. Su sueño es el puente del estrecho de Messina. Más allá, la fiscalía de Palermo acaba de abrir otra investigación. Cosa Nostra se ha infiltrado en los contratos públicos para construir parques de energía eólica.
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