Por Christopher Boone
Vivir con alguien que sufre algún tipo de trastorno mental es difícil. Ver como nuestro familiar, antes sano, tiene ahora dificultades para recordar cosas sencillas, no gusta a nadie.
El alzheimer es posiblemente una de las enfermedades más conocidas, pero hay otros trastornos menos frecuentes, que pueden llegar a sorprender al familiar que se encuentre con los síntomas sin conocer su origen.
Y dentro de estos, hay un grupo que tiene como punto común unos síntomas curiosos: el paciente cree que en su casa están viviendo extraños, ya sea de una forma oculta, o suplantando a alguno de sus antiguos familiares. Veamos tres de ellos.
El primero es el Síndrome o Mal de Capgras, donde el paciente cree que una persona allegada ha sido suplantada por un doble idéntico. Pensará que es el único que se ha percatado del problema (ya que nadie le dará la razón), y tratará de impostor al “extraño”.
Este mal es debido a un problema de conexión entre el reconocimiento visual y la memoria afectiva. Por ejemplo, si el enfermo cree que su tía es una doble, será porque la verá, la identificará como su tía, pero en cambio no tendrá los recuerdos que conllevan la parte emocional de una relación.
En el siguiente vídeo se puede ver de una forma clara de qué trata el problema. La primera parte es una situación ficticia, seguida de la explicación teórica.
Otro trastorno de síntomas parecidos es el Síndrome de Frégoli. En este caso, el paciente pensará que de alguna forma, un familiar o persona cercana es alguien distinto, aunque también allegado.
Es decir, que un enfermo con este síndrome podría suponer que su primo es en realidad un hermano que murió y ha ocupado su cuerpo.
Y por último tenemos el Síndrome del Huésped Fantasma. La persona que sufra este trastorno, pensará que su casa está ocupada por alguien que de alguna forma, consigue ocultarse para no dejarse ver.
Aún así, el enfermo tendrá la idea delirante de que detecta a su curioso ocupante, ya sea viendo su reflejo en un espejo, escuchando el televisor encendido…
Curiosas enfermedades que poco a poco, y gracias a los avances en neurociencia, van teniendo respuestas.
Vivir con alguien que sufre algún tipo de trastorno mental es difícil. Ver como nuestro familiar, antes sano, tiene ahora dificultades para recordar cosas sencillas, no gusta a nadie.
El alzheimer es posiblemente una de las enfermedades más conocidas, pero hay otros trastornos menos frecuentes, que pueden llegar a sorprender al familiar que se encuentre con los síntomas sin conocer su origen.
Y dentro de estos, hay un grupo que tiene como punto común unos síntomas curiosos: el paciente cree que en su casa están viviendo extraños, ya sea de una forma oculta, o suplantando a alguno de sus antiguos familiares. Veamos tres de ellos.
El primero es el Síndrome o Mal de Capgras, donde el paciente cree que una persona allegada ha sido suplantada por un doble idéntico. Pensará que es el único que se ha percatado del problema (ya que nadie le dará la razón), y tratará de impostor al “extraño”.
Este mal es debido a un problema de conexión entre el reconocimiento visual y la memoria afectiva. Por ejemplo, si el enfermo cree que su tía es una doble, será porque la verá, la identificará como su tía, pero en cambio no tendrá los recuerdos que conllevan la parte emocional de una relación.
En el siguiente vídeo se puede ver de una forma clara de qué trata el problema. La primera parte es una situación ficticia, seguida de la explicación teórica.
Otro trastorno de síntomas parecidos es el Síndrome de Frégoli. En este caso, el paciente pensará que de alguna forma, un familiar o persona cercana es alguien distinto, aunque también allegado.
Es decir, que un enfermo con este síndrome podría suponer que su primo es en realidad un hermano que murió y ha ocupado su cuerpo.
Y por último tenemos el Síndrome del Huésped Fantasma. La persona que sufra este trastorno, pensará que su casa está ocupada por alguien que de alguna forma, consigue ocultarse para no dejarse ver.
Aún así, el enfermo tendrá la idea delirante de que detecta a su curioso ocupante, ya sea viendo su reflejo en un espejo, escuchando el televisor encendido…
Curiosas enfermedades que poco a poco, y gracias a los avances en neurociencia, van teniendo respuestas.
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