Por MIGUEL MORA - Roma - (ElPais.com, 29/03/2009)
Silvio Berlusconi ha sido elegido este domingo presidente del Pueblo de la Libertad a mano alzada y por unanimidad de los casi 6.000 delegados. El nuevo partido, que aglutina los restos de Forza Italia y Alianza Nacional, ha cerrado su congreso fundacional a la búlgara y con otro discurso del líder único. Berlusconi ha dicho que reformará la Constitución para "reforzar los poderes del primer ministro" y ha anunciado que será el cabeza de lista del partido a las Europeas.
"Por desgracia, el primer ministro de Italia no tiene los mismos poderes que los de las grandes democracias", ha explicado Berlusconi dirigiéndose a los "periodistas extranjeros" presentes. "Los poderes son casi inexistentes, poderes falsos, y el Gobierno no puede intervenir con prontitud. Decide el orden del día del consejo, pero no puede ni cesar a los ministros. Y el Estado es dramáticamente lento".
La solución es "un nuevo equilibrio de la separación de poderes" y "modernizar la arquitectura institucional", para hacer más "eficaz y rápido" el papel del Parlamento y dar "más poder al Gobierno". "El Ejecutivo debe gobernar y el Legislativo debe legislar y controlar", ha matizado.
Ante una platea entregada, que ha aplaudido 60 veces en 71 minutos, Berlusconi ha asegurado que hará la reforma "con o sin la oposición", y ha recordado que la izquierda ya boicoteó su reforma en 2005 acusándole de forma "ridícula" de "deriva autoritaria". "Si ahora quieren dialogar, seré el primero en alegrarme", ha dicho, "porque el país necesita gobernabilidad".
Para retocar la Constitución hacen falta dos tercios del Parlamento. La insistencia de Berlusconi, a quien casi nadie discute el diagnóstico sobre la parálisis del sistema político, sigue levantando sospechas en el centro izquierda. Según ha dicho Antonio di Pietro, líder de Italia de los Valores, Berlusconi trata de convertirse en un "ducetto", es decir un pequeño Mussolini.
Tras las andanadas del discurso de apertura, Berlusconi ha vuelto a definir a la oposición como "facciosa y anticuada" y, citando a su ministro de Economía, Giulio Tremonti, ha reiterado que "no hacen oposición al Gobierno sino al país".
En Europa, el PDL estará inscrito en el Partido Popular Europeo, cuyos líderes han seguido calurosamente el congreso. Berlusconi ha mostrado la carta de valores del PPE, y ha dedicado algunos "a esos que denigran el berlusconismo": "Libertad, igualdad, democracia, carácter sagrado de la vida, defensa de la familia natural".
Berlusconi aspira a formar el "grupo más numeroso del próximo Parlamento Europeo", y por eso será candidato él mismo. "Será una cosa simbólica, soy el líder y es una obligación. Sería bonito que haga lo mismo el líder de la oposición".
Al hablar de medioambiente, ha pedido a los ciudadanos que dejen de hacer pintadas en las paredes para devolver el decoro a las ciudades. Se ha mostrado convencido de que el partido le sobrevivirá y marcará "durante décadas" la política italiana. Como gran final, ministros y altos cargos públicos han subido al palco, y han cantado el Himno a la alegría de Beethoven, con estribillo ad hoc: "Meno male che Silivo c'e" (menos mal que tenemos a Silvio)".
Silvio Berlusconi ha sido elegido este domingo presidente del Pueblo de la Libertad a mano alzada y por unanimidad de los casi 6.000 delegados. El nuevo partido, que aglutina los restos de Forza Italia y Alianza Nacional, ha cerrado su congreso fundacional a la búlgara y con otro discurso del líder único. Berlusconi ha dicho que reformará la Constitución para "reforzar los poderes del primer ministro" y ha anunciado que será el cabeza de lista del partido a las Europeas.
"Por desgracia, el primer ministro de Italia no tiene los mismos poderes que los de las grandes democracias", ha explicado Berlusconi dirigiéndose a los "periodistas extranjeros" presentes. "Los poderes son casi inexistentes, poderes falsos, y el Gobierno no puede intervenir con prontitud. Decide el orden del día del consejo, pero no puede ni cesar a los ministros. Y el Estado es dramáticamente lento".
La solución es "un nuevo equilibrio de la separación de poderes" y "modernizar la arquitectura institucional", para hacer más "eficaz y rápido" el papel del Parlamento y dar "más poder al Gobierno". "El Ejecutivo debe gobernar y el Legislativo debe legislar y controlar", ha matizado.
Ante una platea entregada, que ha aplaudido 60 veces en 71 minutos, Berlusconi ha asegurado que hará la reforma "con o sin la oposición", y ha recordado que la izquierda ya boicoteó su reforma en 2005 acusándole de forma "ridícula" de "deriva autoritaria". "Si ahora quieren dialogar, seré el primero en alegrarme", ha dicho, "porque el país necesita gobernabilidad".
Para retocar la Constitución hacen falta dos tercios del Parlamento. La insistencia de Berlusconi, a quien casi nadie discute el diagnóstico sobre la parálisis del sistema político, sigue levantando sospechas en el centro izquierda. Según ha dicho Antonio di Pietro, líder de Italia de los Valores, Berlusconi trata de convertirse en un "ducetto", es decir un pequeño Mussolini.
Tras las andanadas del discurso de apertura, Berlusconi ha vuelto a definir a la oposición como "facciosa y anticuada" y, citando a su ministro de Economía, Giulio Tremonti, ha reiterado que "no hacen oposición al Gobierno sino al país".
En Europa, el PDL estará inscrito en el Partido Popular Europeo, cuyos líderes han seguido calurosamente el congreso. Berlusconi ha mostrado la carta de valores del PPE, y ha dedicado algunos "a esos que denigran el berlusconismo": "Libertad, igualdad, democracia, carácter sagrado de la vida, defensa de la familia natural".
Berlusconi aspira a formar el "grupo más numeroso del próximo Parlamento Europeo", y por eso será candidato él mismo. "Será una cosa simbólica, soy el líder y es una obligación. Sería bonito que haga lo mismo el líder de la oposición".
Al hablar de medioambiente, ha pedido a los ciudadanos que dejen de hacer pintadas en las paredes para devolver el decoro a las ciudades. Se ha mostrado convencido de que el partido le sobrevivirá y marcará "durante décadas" la política italiana. Como gran final, ministros y altos cargos públicos han subido al palco, y han cantado el Himno a la alegría de Beethoven, con estribillo ad hoc: "Meno male che Silivo c'e" (menos mal que tenemos a Silvio)".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario