Frente al cerrado, serio y elitista cuerpo de prensa de la Casa Blanca que esta semana cuestionó al presidente de Estados Unidos, la naturalidad, transparencia y espontaneidad de la América corriente. El lugar fue el mismo -la sala Este- aunque con diferentes públicos. Bajo el ambicioso título de "la Casa Blanca está abierta a sus preguntas", Barack Obama contestó ayer a las preocupaciones de los ciudadanos estadounidenses expresadas, en su mayoría, a través de Internet.
El método fue nuevo aunque el formato fuera antiguo. La puesta en escena fue la clásica de los pequeños ayuntamientos, donde un grupo de gente se reúne para discutir una serie de temas. Así, unas 100 personas pudieron hacer directamente sus preguntas al presidente en la sala Este de la Casa Blanca. Pero más de 104.000 cuestiones esperaban en la red. Durante dos días, todo aquel que quiso hacerlo pudo acceder a la página web de la Casa Blanca y, tras realizar un registro que solicitaba nombre, apellido, una cuenta de correo electrónico y un código postal, escribir la pregunta que deseaba que le fuera contestada por boca del presidente, en un evento que se pudo seguir por la Red y también por varias cadenas de televisión.
Ayer, dos horas antes de que empezara la reunión y cuando se cerraba el plazo para plantear cuestiones, las cifras hablaban de éxito para la reunión virtual. Cerca de 93.000 personas colgaron su pregunta en Internet, ya fuera escrita o con un vídeo a través de YouTube; el total de preguntas ascendió a 104.121 y más de 3.600.000 personas votaron acerca del interés o la relevancia de esas cuestiones, elemento clave a la hora de discriminar unas preguntas sobre otras, ya que se eligieron las más populares.
Obama lee una pregunta presentada en Internet- REUTERS
Por supuesto, la economía fue el tema estrella, como no podía ser de otra manera, con el país perdiendo empleo a un ritmo de más de medio millón de puestos de trabajo al mes. Pero también se habló de educación -"yo no estaría hoy aquí si no hubiera sido por la educación", dijo Obama-; sanidad -se le preguntó por qué EE UU no adoptaba el modelo sanitario europeo y el presidente respondió que las estructuras estadounidenses eran muy diferentes-; o la legalización de la marihuana -a cuya costa bromeó el presidente al decir: "No sé muy bien qué dice esta pregunta sobre el tipo de audiencia", al haber sido esta cuestión una de las más populares, pero "no creo que ayude a la economía"-.
El presidente adoptó un tono más serio cuando anunció que se perderán más puestos de trabajo antes de que la recesión termine y pidió paciencia a sus compatriotas. "Tendremos que tener paciencia y ser persistentes con la creación de empleos porque no creo que hayamos perdido todos los trabajos que vayamos a perder en esta recesión", declaró. "Seguiremos viviendo tiempos difíciles por buena parte del año".
En la pequeña introducción que hizo Obama antes de dar paso a las preguntas, el presidente dijo que lo que estaba sucediendo era "un paso importante" hacia la creación de una mayor comunicación dentro de esta Administración. "Cuando hacía campaña para ser presidente prometí abrir la Casa Blanca al pueblo estadounidense. Éste es un importante paso en ese sentido".
Obama usó la inmensa plataforma que le ofrecía Internet para construir una base política hasta la que nunca antes se había llegado y con la que recaudó ingentes cantidades de dinero. Una vez en el poder, su equipo intenta seguir la misma línea de trabajo, acercándose al ciudadano medio sin filtros.
Ya la semana pasada el presidente hizo un viaje hasta California para asistir a dos de estas reuniones con ciudadanos antes de tomar parte en el programa de humor de Jay Leno. En su opinión, ésa es la mejor manera de que su mensaje llegue a la mayor audiencia posible. Así lo dijo su portavoz, Robert Gibbs: "Es la manera de hacer lo que al presidente más le gusta pero ahorrando gasolina".
En la era de Internet, las ruedas de prensa tradicionales son sólo un elemento más a la hora de hacer llegar un mensaje, y el presidente lo sabe. Con la conferencia virtual de ayer, la Casa Blanca apuntó hacia un público diferente al que lee periódicos o ve informativos de televisión, un público más joven, el público que construyó la innovadora campaña que le llevó al poder.
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