EFE - Ciudad del Vaticano - 31/03/2009
El Papa Benedicto XVI ha ordenado una inspección a los Legionarios de Cristo, la congregación fundada por el fallecido sacerdote mexicano Marcial Maciel, investigado por abusos sexuales a seminaristas durante décadas y del que recientemente se supo que tuvo una hija con una amante.
La inspección, "visita apostólica" en el argot de la Iglesia católica, ha sido confirmada este martes por los Legionarios, quienes han precisado que el Vaticano les avisó de la misma en una carta del secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, con fecha 10 de marzo, dirigida al actual líder de los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Álvaro Corcuera. El número dos del Vaticano informa a Corcuera, quien sucedió a Maciel en 2005, que la inspección la realizará "un equipo de prelados" y afectará a todas las instituciones de la congregación. Bertone precisa que la inspección es "de fundamental importancia" y hay que verla "con amplitud de miras y limpio corazón". Bertone asegura a Corcuera que los Legionarios "siempre" podrán contar con la ayuda de la Santa Sede "para que, a través de la verdad y la transparencia, y en un clima de diálogo fraterno y constructivo, superen las dificultades existentes".
De momento se desconoce la fecha de la inspección, pero, según los Legionarios, será probablemente después de la Semana Santa y durará varios meses.
La inspección a las instituciones de la poderosa congregación se anuncia dos meses después de que los Legionarios de Cristo confirmaran que Maciel -fallecido en 2008 a los 87 años- tuvo una amante con la que concibió un hijo, al parecer una hija, y después de que en 2006 Benedicto XVI le castigara por abusos sexuales a seminaristas.
Tras la misiva de Bertone, Corcuera escribió el pasado domingo una carta a todos los legionarios, donde les comunicó la iniciativa ordenada por Benedicto XVI. "He agradecido cordialmente al Pontífice esta ulterior ayuda que nos ofrece para afrontar las actuales vicisitudes relacionadas con los hechos graves en la vida de nuestro padre fundador, que ya fueron objeto de las investigaciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe concluida en 2006 y los que han salido a la luz recientemente", afirma Corcuera. El sucesor de Maciel agrega que están "profundamente apenados" y piden perdón a quienes se hayan sentido lastimados por las acciones del fundador.
Las primeras investigaciones a Maciel las efectuó la Congregación para la Doctrina de la Fe cuando el cardenal Joseph Ratzinger, el actual Papa, era su prefecto. Tras numerosas indagaciones, el 19 de mayo de 2006 Ratzinger, ya Benedicto XVI, exigió a Maciel que renunciara "a todo ministerio público" de su actividad sacerdotal y llevara una vida retirada de rezos y penitencias. La decisión del Pontífice cayó como un mazazo en la congregación y esa fecha ha quedado marcada en la biografía de Maciel, que gozó del afecto de Juan Pablo II, como el día en el que el Papa Ratzinger le retiró su confianza y le impuso un severo castigo.
La organización de Los Legionarios de Cristo fue fundada en México en 1941 por Maciel, cuando sólo tenía 20 años. Hoy, 68 años después, cuenta con casi 900 sacerdotes y 3.000 seminaristas y está establecida en dieciocho países. Su sede central se encuentra en Roma. También tiene 70.000 miembros de la Asociación Regnum Christi (los legionarios laicos). Entre sus centros, destacan el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum en Roma, así como los seminarios internacionales Mater Ecclesiae, uno en Roma y el otro en Sao Paulo (Brasil).
El Papa Benedicto XVI ha ordenado una inspección a los Legionarios de Cristo, la congregación fundada por el fallecido sacerdote mexicano Marcial Maciel, investigado por abusos sexuales a seminaristas durante décadas y del que recientemente se supo que tuvo una hija con una amante.
La inspección, "visita apostólica" en el argot de la Iglesia católica, ha sido confirmada este martes por los Legionarios, quienes han precisado que el Vaticano les avisó de la misma en una carta del secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, con fecha 10 de marzo, dirigida al actual líder de los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Álvaro Corcuera. El número dos del Vaticano informa a Corcuera, quien sucedió a Maciel en 2005, que la inspección la realizará "un equipo de prelados" y afectará a todas las instituciones de la congregación. Bertone precisa que la inspección es "de fundamental importancia" y hay que verla "con amplitud de miras y limpio corazón". Bertone asegura a Corcuera que los Legionarios "siempre" podrán contar con la ayuda de la Santa Sede "para que, a través de la verdad y la transparencia, y en un clima de diálogo fraterno y constructivo, superen las dificultades existentes".
De momento se desconoce la fecha de la inspección, pero, según los Legionarios, será probablemente después de la Semana Santa y durará varios meses.
La inspección a las instituciones de la poderosa congregación se anuncia dos meses después de que los Legionarios de Cristo confirmaran que Maciel -fallecido en 2008 a los 87 años- tuvo una amante con la que concibió un hijo, al parecer una hija, y después de que en 2006 Benedicto XVI le castigara por abusos sexuales a seminaristas.
Tras la misiva de Bertone, Corcuera escribió el pasado domingo una carta a todos los legionarios, donde les comunicó la iniciativa ordenada por Benedicto XVI. "He agradecido cordialmente al Pontífice esta ulterior ayuda que nos ofrece para afrontar las actuales vicisitudes relacionadas con los hechos graves en la vida de nuestro padre fundador, que ya fueron objeto de las investigaciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe concluida en 2006 y los que han salido a la luz recientemente", afirma Corcuera. El sucesor de Maciel agrega que están "profundamente apenados" y piden perdón a quienes se hayan sentido lastimados por las acciones del fundador.
Las primeras investigaciones a Maciel las efectuó la Congregación para la Doctrina de la Fe cuando el cardenal Joseph Ratzinger, el actual Papa, era su prefecto. Tras numerosas indagaciones, el 19 de mayo de 2006 Ratzinger, ya Benedicto XVI, exigió a Maciel que renunciara "a todo ministerio público" de su actividad sacerdotal y llevara una vida retirada de rezos y penitencias. La decisión del Pontífice cayó como un mazazo en la congregación y esa fecha ha quedado marcada en la biografía de Maciel, que gozó del afecto de Juan Pablo II, como el día en el que el Papa Ratzinger le retiró su confianza y le impuso un severo castigo.
La organización de Los Legionarios de Cristo fue fundada en México en 1941 por Maciel, cuando sólo tenía 20 años. Hoy, 68 años después, cuenta con casi 900 sacerdotes y 3.000 seminaristas y está establecida en dieciocho países. Su sede central se encuentra en Roma. También tiene 70.000 miembros de la Asociación Regnum Christi (los legionarios laicos). Entre sus centros, destacan el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum en Roma, así como los seminarios internacionales Mater Ecclesiae, uno en Roma y el otro en Sao Paulo (Brasil).
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