Por JORGE MARIRRODRIGA - Madrid - (ElPais.com, 24/03/2009)
La crisis está volviendo el mundo del revés. Mc Donald's, empresa considerada por los grupos antiglobalización como uno de los símbolos de capitalismo (y cuyos cristales acaban indefectiblemente rotos en estas protestas) se salta todos los contratos firmados y actúa de okupa alegando la necesidad de salvaguardar 35 puestos de trabajo.
Sucede en la Calle Larga San Marco de Venecia, muy cerca de la histórica y conocida plaza del mismo nombre. Desde el pasado 31 de enero expiró el contrato que durante los últimos 15 años ha permitido a la franquicia multinacional vender hamburguesas, patatas fritas y palitos de queso prácticamente en el centro de la ciudad más turística del mundo. Pero ahora los dueños del local quieren que éste recupere su antiguo espíritu y planean instalar un café. Según Franco Luciani, representante legal de los propietarios, está todo preparado: los obreros, carpinteros, fontaneros... vamos, un verdadero milagro en Italia.
Pero McDonald's dice que no puede abandonar el local. Reconoce que el contrato ha expirado y que los dueños tienen razón, pero añaden que tienen 35 empleados y que no pueden recolocarlos. Los propietarios se han ofrecido a recolocarlos ellos mismos en el nuevo café, pero McDonald's sigue de okupa. Los venecianos encuentran otra explicación: encontrar un local comercial (y además en el centro) o un apartamento es de las primeras cosas que los que viven en la Serenisssima aprenden que es imposible.
La crisis está volviendo el mundo del revés. Mc Donald's, empresa considerada por los grupos antiglobalización como uno de los símbolos de capitalismo (y cuyos cristales acaban indefectiblemente rotos en estas protestas) se salta todos los contratos firmados y actúa de okupa alegando la necesidad de salvaguardar 35 puestos de trabajo.
Sucede en la Calle Larga San Marco de Venecia, muy cerca de la histórica y conocida plaza del mismo nombre. Desde el pasado 31 de enero expiró el contrato que durante los últimos 15 años ha permitido a la franquicia multinacional vender hamburguesas, patatas fritas y palitos de queso prácticamente en el centro de la ciudad más turística del mundo. Pero ahora los dueños del local quieren que éste recupere su antiguo espíritu y planean instalar un café. Según Franco Luciani, representante legal de los propietarios, está todo preparado: los obreros, carpinteros, fontaneros... vamos, un verdadero milagro en Italia.
Pero McDonald's dice que no puede abandonar el local. Reconoce que el contrato ha expirado y que los dueños tienen razón, pero añaden que tienen 35 empleados y que no pueden recolocarlos. Los propietarios se han ofrecido a recolocarlos ellos mismos en el nuevo café, pero McDonald's sigue de okupa. Los venecianos encuentran otra explicación: encontrar un local comercial (y además en el centro) o un apartamento es de las primeras cosas que los que viven en la Serenisssima aprenden que es imposible.
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