Por Dolors Bramon, profesora de estudios islámicos (EL PERIÓDICO, 02/03/09):
Quienes nos interesamos por el islam, que es la religión que más crece en la actualidad, estamos de enhorabuena porque se han publicado diversos libros sobre cuestiones que tratan de esta manera de entender a Dios. Sobre uno de sus puntos más controvertidos, el del estatus de las mujeres, merece la pena que se conozcan las obras de tres musulmanes.
El primero es Abdennur Prado, que edita La emergencia del feminismo islámico (Oozebap, Barcelona 2008), una selección de ponencias presentadas en el Primer y Segundo Congreso de Feminismo Islámico celebrados en Barcelona en el 2005 y el 2006, y La veu de la dona a l’Alcorà. Una perspectiva feminista (Llibres de l’Índex, Barcelona 2008) que recoge las del último congreso (2008). Yaratullah Monturiol ha publicado el delicioso Dones a l’islam: autodeterminació (Trabucaire, Perpinyà 2008) y, finalmente, Abadia Editors (Navarcles 2009) publicará muy pronto L’Alcorà i les dones. Una lectura d’alliberament, de la médica marroquí Asma Lmrabet, con una llamativa portada en la que una mujer con hiyab lee un periódico y un hombre sentado a su lado sostiene en brazos un bebé.
ESTOS AUTORES son musulmanes y manifiestan su satisfacción por pertenecer a la comunidad del islam. Escriben como creyentes, y lo cierto es que muchos aspectos de sus obras, serias y documentadas, coinciden a menudo con el contenido de mi último trabajo, Ser mujer y musulmana (Bellaterra, Barcelona, 2009; con dos ediciones catalanas en Cruïlla, 2007-2008). Se observan también diferencias de criterio y de enfoque, y esto es lógico porque, en su caso, se trata de musulmanes convencidos que quieren dar a conocer sus vivencias como tales y yo soy una estudiosa del islam que se dedica a transmitir conocimientos, pero siempre dejando las cuestiones de fe fuera del aula, del plató o del papel.
Al margen de estas obras que tratan de mujeres musulmanas (es obvio que no hay una única circunstancia para todas las mujeres que viven en países islámicos o que practican su religión), han visto la luz, también recientemente, otras publicaciones de gran interés. Este es el caso de la obra escrita por otro converso, Abdelmumin Aya, y el arabista José F. Durán Velasco, con el título Dites del profeta Muhammad. Cent quinze hadisos qudsi (Llibres de l’Índex, Barcelona 2008). Seleccionan una serie de narraciones atribuidas al profeta del islam, cuyo contenido es aceptado como verídico por una gran mayoría de musulmanes y que, a menudo, se consideran complemento de la Revelación. Su publicación es necesaria, puesto que entre los miles de episodios que constituyen la Sunna o Tradición los hay que se contradicen entre sí, que hablan de acontecimientos no acaecidos, de poblaciones aun inexistentes, etcétera, cosa que hace dudar de su veracidad. Editar y traducir los fragmentos que parecen más vero- símiles es necesario y será saludable para el islam. Un proceso paralelo de está produciendo en Turquía, cuyo Gobierno ha encargado a una comisión de expertos que anule todos los que atribuyan al Profeta algo que resulte humillante para las mujeres, que justifique la violencia contra ellas o que las suponga deficientes desde su nacimiento y religiosa e intelectualmente incompletas. Vale la pena subrayar y celebrar esta vía de progreso del islam actual.
En otro orden de cosas, cito también el muy sugerente y documentado libro El retorn de l’islam a Catalunya (Llibres de l’Índex, Barcelona 2009) también de Abdennur Prado. Dicho autor es presidente de la Junta Islámica Catalana y se define como “un catalán musulmán que está enamorado de Catalunya y que se enamoró del islam”, añadiendo que el islam que puede ser predominante en Catalunya no es el islam del que se enamoró y que la Catalunya de la que está enamorado no es la islamófoba que a veces se puede ver. Es una obra valiente que se propone recuperar la memoria del pasado islámico de Catalunya, algo muy cierto pero que no todos los catalanes están dispuestos a aceptar. Interesante resulta también su publicación El islam anterior al islam (Oozebap, Barcelona 2007).
FINALMENTE, quiero referirme a otros escritos de investigadores cuyo principal campo de trabajo ha sido y es el cristianismo, pero que se han ido interesando por el islam. Su condición de teólogos hace especialmente útiles e interesantes sus puntos de vista. Si ya había ilustres antecedentes, como los estudios de Karen Amstrong y de Hans Küng, disponemos ahora de la magnífica aportación del director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría de la Carlos III de Madrid, Juan José Tamayo, autor de Islam. Cultura, religión y política (Trotta, Madrid 2009). En ella se cuestionan muchos estereotipos existentes sobre el islam y sobre la figura de su profeta, se describen las diversas interpretaciones de su doctrina, su historia y las principales ramas de dicha religión. Se analiza con rigor y con método histórico-crítico el contenido del Corán, los cinco pilares del islam, la situación de las mujeres, los derechos humanos y un largo etcétera. Pero destacan, sobre todo, los capítulos dedicados al islam frente a los otros monoteísmos y a los hitos históricos del diálogo entre cristianismo e islam y se hace una muy sugerente propuesta de la posibilidad de una teología islamocristiana de la liberación.
Fuente: Bitácora Almendrón. Tribuna Libre © Miguel Moliné Escalona
Quienes nos interesamos por el islam, que es la religión que más crece en la actualidad, estamos de enhorabuena porque se han publicado diversos libros sobre cuestiones que tratan de esta manera de entender a Dios. Sobre uno de sus puntos más controvertidos, el del estatus de las mujeres, merece la pena que se conozcan las obras de tres musulmanes.
El primero es Abdennur Prado, que edita La emergencia del feminismo islámico (Oozebap, Barcelona 2008), una selección de ponencias presentadas en el Primer y Segundo Congreso de Feminismo Islámico celebrados en Barcelona en el 2005 y el 2006, y La veu de la dona a l’Alcorà. Una perspectiva feminista (Llibres de l’Índex, Barcelona 2008) que recoge las del último congreso (2008). Yaratullah Monturiol ha publicado el delicioso Dones a l’islam: autodeterminació (Trabucaire, Perpinyà 2008) y, finalmente, Abadia Editors (Navarcles 2009) publicará muy pronto L’Alcorà i les dones. Una lectura d’alliberament, de la médica marroquí Asma Lmrabet, con una llamativa portada en la que una mujer con hiyab lee un periódico y un hombre sentado a su lado sostiene en brazos un bebé.
ESTOS AUTORES son musulmanes y manifiestan su satisfacción por pertenecer a la comunidad del islam. Escriben como creyentes, y lo cierto es que muchos aspectos de sus obras, serias y documentadas, coinciden a menudo con el contenido de mi último trabajo, Ser mujer y musulmana (Bellaterra, Barcelona, 2009; con dos ediciones catalanas en Cruïlla, 2007-2008). Se observan también diferencias de criterio y de enfoque, y esto es lógico porque, en su caso, se trata de musulmanes convencidos que quieren dar a conocer sus vivencias como tales y yo soy una estudiosa del islam que se dedica a transmitir conocimientos, pero siempre dejando las cuestiones de fe fuera del aula, del plató o del papel.
Al margen de estas obras que tratan de mujeres musulmanas (es obvio que no hay una única circunstancia para todas las mujeres que viven en países islámicos o que practican su religión), han visto la luz, también recientemente, otras publicaciones de gran interés. Este es el caso de la obra escrita por otro converso, Abdelmumin Aya, y el arabista José F. Durán Velasco, con el título Dites del profeta Muhammad. Cent quinze hadisos qudsi (Llibres de l’Índex, Barcelona 2008). Seleccionan una serie de narraciones atribuidas al profeta del islam, cuyo contenido es aceptado como verídico por una gran mayoría de musulmanes y que, a menudo, se consideran complemento de la Revelación. Su publicación es necesaria, puesto que entre los miles de episodios que constituyen la Sunna o Tradición los hay que se contradicen entre sí, que hablan de acontecimientos no acaecidos, de poblaciones aun inexistentes, etcétera, cosa que hace dudar de su veracidad. Editar y traducir los fragmentos que parecen más vero- símiles es necesario y será saludable para el islam. Un proceso paralelo de está produciendo en Turquía, cuyo Gobierno ha encargado a una comisión de expertos que anule todos los que atribuyan al Profeta algo que resulte humillante para las mujeres, que justifique la violencia contra ellas o que las suponga deficientes desde su nacimiento y religiosa e intelectualmente incompletas. Vale la pena subrayar y celebrar esta vía de progreso del islam actual.
En otro orden de cosas, cito también el muy sugerente y documentado libro El retorn de l’islam a Catalunya (Llibres de l’Índex, Barcelona 2009) también de Abdennur Prado. Dicho autor es presidente de la Junta Islámica Catalana y se define como “un catalán musulmán que está enamorado de Catalunya y que se enamoró del islam”, añadiendo que el islam que puede ser predominante en Catalunya no es el islam del que se enamoró y que la Catalunya de la que está enamorado no es la islamófoba que a veces se puede ver. Es una obra valiente que se propone recuperar la memoria del pasado islámico de Catalunya, algo muy cierto pero que no todos los catalanes están dispuestos a aceptar. Interesante resulta también su publicación El islam anterior al islam (Oozebap, Barcelona 2007).
FINALMENTE, quiero referirme a otros escritos de investigadores cuyo principal campo de trabajo ha sido y es el cristianismo, pero que se han ido interesando por el islam. Su condición de teólogos hace especialmente útiles e interesantes sus puntos de vista. Si ya había ilustres antecedentes, como los estudios de Karen Amstrong y de Hans Küng, disponemos ahora de la magnífica aportación del director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría de la Carlos III de Madrid, Juan José Tamayo, autor de Islam. Cultura, religión y política (Trotta, Madrid 2009). En ella se cuestionan muchos estereotipos existentes sobre el islam y sobre la figura de su profeta, se describen las diversas interpretaciones de su doctrina, su historia y las principales ramas de dicha religión. Se analiza con rigor y con método histórico-crítico el contenido del Corán, los cinco pilares del islam, la situación de las mujeres, los derechos humanos y un largo etcétera. Pero destacan, sobre todo, los capítulos dedicados al islam frente a los otros monoteísmos y a los hitos históricos del diálogo entre cristianismo e islam y se hace una muy sugerente propuesta de la posibilidad de una teología islamocristiana de la liberación.
Fuente: Bitácora Almendrón. Tribuna Libre © Miguel Moliné Escalona
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