Por EL PAÍS - Madrid - 11/07/2008
La inversión extranjera se ha disparado en Irán en los últimos años: en 2007 alcanzó los 10.700 millones de dólares (6.780 millones de euros) en todos los sectores de la economía, por la entrada de capital chino y ruso. Dos años atrás, coincidiendo con la llegada al poder de Mahmud Ahmadineyad, esa cifra ascendía a 4.275 millones, y hace 10 años la inversión extranjera en la República Islámica era prácticamente nula.
Pese a los niveles récord de 2007, las inversiones en hidrocarburos están prácticamente paralizadas: la decisión de Total se suma al replanteamiento de los proyectos de Shell y Repsol. Esa parálisis obedece tanto a los riesgos asociados al régimen iraní como a las dificultades para hacer negocios por las sanciones.
Pero la situación no es exclusiva de Irán: los grandes proyectos en hidrocarburos están prácticamente parados en todo el mundo por el fuerte aumento de costes, y son una de las causas de la escalada de precios del petróleo en los últimos meses.
La inversión extranjera se ha disparado en Irán en los últimos años: en 2007 alcanzó los 10.700 millones de dólares (6.780 millones de euros) en todos los sectores de la economía, por la entrada de capital chino y ruso. Dos años atrás, coincidiendo con la llegada al poder de Mahmud Ahmadineyad, esa cifra ascendía a 4.275 millones, y hace 10 años la inversión extranjera en la República Islámica era prácticamente nula.
Pese a los niveles récord de 2007, las inversiones en hidrocarburos están prácticamente paralizadas: la decisión de Total se suma al replanteamiento de los proyectos de Shell y Repsol. Esa parálisis obedece tanto a los riesgos asociados al régimen iraní como a las dificultades para hacer negocios por las sanciones.
Pero la situación no es exclusiva de Irán: los grandes proyectos en hidrocarburos están prácticamente parados en todo el mundo por el fuerte aumento de costes, y son una de las causas de la escalada de precios del petróleo en los últimos meses.
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