Banco Mundial (11/04/2008)
La crisis provocada por el aumento del precio de los alimentos podría significar una “pérdida de siete años” en la lucha contra la pobreza en el mundo, afirmó el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick.
“Mientras muchos están preocupados por llenar el tanque de nafta, muchos otros en todo el mundo están luchando por llenar sus estómagos, y cada día se hace más difícil”, expresó Zoellick en una conferencia de prensa celebrada en la víspera de las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Para hacer frente a esta crisis, Zoellick hace el llamado a un “nuevo acuerdo para la política alimentaria mundial”.
Para abordar la “crisis inminente”, instó a los gobiernos a eliminar el déficit alimentario de US$500 millones, según los cálculos del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
En el marco del Nuevo acuerdo, el Banco Mundial incrementará a US$800 millones (es decir, en casi el doble) el financiamiento agrícola para la región de África al sur del Sahara durante el próximo año a fin de aumentar considerablemente la productividad de los cultivos. Además, la Corporación Financiera Internacional -la entidad del Grupo del Banco Mundial que se ocupa del desarrollo del sector privado- reactivará sus inversiones en la agroindustria.
Zoellick también propone que los fondos de riqueza de todo el mundo asignen US$30.000 millones -es decir, el 1% de sus activos, que ascienden a US$3 billones- para inversiones destinadas a intensificar “el crecimiento, el desarrollo y las oportunidades” en África. Durante la conferencia de prensa del jueves, Zoellick manifestó que el aumento de los precios de los alimentos también está contribuyendo a la malnutrición, el componente “olvidado” de los objetivos de desarrollo del milenio.
“No se trata solamente de las comidas que no se ingieren por día o el creciente malestar social. El problema es la pérdida de las posibilidades de aprendizaje de los niños y los adultos en el futuro, el retraso del crecimiento intelectual y físico. Más aún, estimamos que el efecto de esta crisis de alimentos en la reducción de la pobreza en el mundo se traduce en la pérdida de siete años. Por eso debemos abordar esta cuestión no sólo como un caso de emergencia, sino también pensando en el desarrollo a mediano plazo.
“Las reuniones como ésta suelen girar en entorno a lo que se dice. Las palabras sirven para centrar la atención, para generar impulso. Pero no podemos conformarnos con estudios, con lo escrito y con lo que se dice. Se trata de reconocer una situación de emergencia cada vez más grave, de actuar y también de aprovechar las oportunidades. El mundo puede hacer esto. Nosotros lo podemos hacer. Podemos concertar un nuevo acuerdo para la política alimentaria mundial”.
Zoellick afirmó que los pobres gastan hasta el 75% de sus ingresos en alimentos. “En apenas dos meses, los precios del arroz se dispararon hasta alcanzar niveles históricos: aumentaron alrededor del 75% en el mundo”, afirmó. En el último año, agregó, el precio del trigo se ha incrementado un 120%. El Banco Mundial estima que en los últimos tres años los precios de los alimentos en general han aumentado un 83%.
La crisis provocada por el aumento del precio de los alimentos podría significar una “pérdida de siete años” en la lucha contra la pobreza en el mundo, afirmó el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick.
“Mientras muchos están preocupados por llenar el tanque de nafta, muchos otros en todo el mundo están luchando por llenar sus estómagos, y cada día se hace más difícil”, expresó Zoellick en una conferencia de prensa celebrada en la víspera de las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Para hacer frente a esta crisis, Zoellick hace el llamado a un “nuevo acuerdo para la política alimentaria mundial”.
Para abordar la “crisis inminente”, instó a los gobiernos a eliminar el déficit alimentario de US$500 millones, según los cálculos del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
En el marco del Nuevo acuerdo, el Banco Mundial incrementará a US$800 millones (es decir, en casi el doble) el financiamiento agrícola para la región de África al sur del Sahara durante el próximo año a fin de aumentar considerablemente la productividad de los cultivos. Además, la Corporación Financiera Internacional -la entidad del Grupo del Banco Mundial que se ocupa del desarrollo del sector privado- reactivará sus inversiones en la agroindustria.
Zoellick también propone que los fondos de riqueza de todo el mundo asignen US$30.000 millones -es decir, el 1% de sus activos, que ascienden a US$3 billones- para inversiones destinadas a intensificar “el crecimiento, el desarrollo y las oportunidades” en África. Durante la conferencia de prensa del jueves, Zoellick manifestó que el aumento de los precios de los alimentos también está contribuyendo a la malnutrición, el componente “olvidado” de los objetivos de desarrollo del milenio.
“No se trata solamente de las comidas que no se ingieren por día o el creciente malestar social. El problema es la pérdida de las posibilidades de aprendizaje de los niños y los adultos en el futuro, el retraso del crecimiento intelectual y físico. Más aún, estimamos que el efecto de esta crisis de alimentos en la reducción de la pobreza en el mundo se traduce en la pérdida de siete años. Por eso debemos abordar esta cuestión no sólo como un caso de emergencia, sino también pensando en el desarrollo a mediano plazo.
“Las reuniones como ésta suelen girar en entorno a lo que se dice. Las palabras sirven para centrar la atención, para generar impulso. Pero no podemos conformarnos con estudios, con lo escrito y con lo que se dice. Se trata de reconocer una situación de emergencia cada vez más grave, de actuar y también de aprovechar las oportunidades. El mundo puede hacer esto. Nosotros lo podemos hacer. Podemos concertar un nuevo acuerdo para la política alimentaria mundial”.
Zoellick afirmó que los pobres gastan hasta el 75% de sus ingresos en alimentos. “En apenas dos meses, los precios del arroz se dispararon hasta alcanzar niveles históricos: aumentaron alrededor del 75% en el mundo”, afirmó. En el último año, agregó, el precio del trigo se ha incrementado un 120%. El Banco Mundial estima que en los últimos tres años los precios de los alimentos en general han aumentado un 83%.
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