Por IGNACIO CEMBRERO - Rabat - (El País.com, 28/04/2008)
"¡El Sáhara es marroquí!" De sopetón, decenas de políticos y de cargos marroquíes empezaron a corear esta frase interrumpiendo la réplica del primer ministro de Argelia, Abdelaziz Belkhadem. Su homólogo marroquí, Abbas el Fassi, intervino entonces para acallar el griterío. El incidente ilustra la mala relación que perdura entre los dos pesos pesados del Magreb.
Los dirigentes marroquíes o argelinos no suelen atravesar en avión su frontera común -la terrestre fue cerrada por Argelia en 1994- para visitarse, pero el jefe del Gobierno argelino sí accedió excepcionalmente a desplazarse a Tánger el domingo para participar en un acto conmemorativo al que asistieron, a puerta cerrada, representantes de siete partidos políticos del Magreb.
Era la celebración del aniversario de la conferencia que hace 50 años tuvo lugar en esa ciudad y en la que los principales partidos dieron su apoyo a la lucha armada contra Francia emprendida por el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino. "El Magreb necesita ahora el mismo impulso militante que prevaleció entonces", afirmó de entrada Habib Ben Yahi, secretario general de la Unión del Magreb Árabe.
"Callejón sin salida"
Pero el Magreb está dividido por culpa del Sáhara Occidental, la antigua colonia española, y el ministro de Estado marroquí, el socialista Mohamed el Yazghi, aprovechó la ocasión para lanzar, el domingo por la noche, un llamamiento, especialmente al presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, "para que respalde el proyecto marroquí y sacar al Sáhara del callejón sin salida en el que se encuentra", según contó el orador a este periódico. Aludía al plan de autonomía propuesto por Rabat hace un año y que descarta la independencia del territorio que reivindica el Frente Polisario.
Belkhadem solicitó entonces la palabra para contestarle: "Desde su independencia Argelia siempre ha defendido las causas justas y los movimientos de liberación en Mozambique, Angola e incluso en su periferia". Se refería al Polisario. "¿Quieren que Argelia renuncie a sus principios?", preguntó a la audiencia.
"¡El Sáhara es marroquí!", vociferó la audiencia impidiendo a Belkhadem seguir hablando. El jefe del Ejecutivo marroquí se vio obligado a intervenir para poner orden. "La cuestión del Sáhara es sagrada en Marruecos", recordó primero, "pero no la vamos a resolver aquí, en esta sala, sino con mucha justicia, objetividad y calma".
Reacción en la prensa: trampa en Tánger
La audiencia se calmó, pero no así la prensa argelina: A Belkhadem le tendieron una trampa en Tánger, titulaba, por ejemplo, ayer en portada el diario El Watan, resumiendo una opinión generalizada. Marruecos "ha pisoteado todas las reglas de la hospitalidad".
El desplazamiento de Belkhadem, que es también líder del FLN, a Tánger fue cuando menos sorprendente. A mediados de mes Buteflika canceló un seminario histórico sobre la conferencia de Tánger de 1958 que se iba a celebrar en Argel.
"¡El Sáhara es marroquí!" De sopetón, decenas de políticos y de cargos marroquíes empezaron a corear esta frase interrumpiendo la réplica del primer ministro de Argelia, Abdelaziz Belkhadem. Su homólogo marroquí, Abbas el Fassi, intervino entonces para acallar el griterío. El incidente ilustra la mala relación que perdura entre los dos pesos pesados del Magreb.
Los dirigentes marroquíes o argelinos no suelen atravesar en avión su frontera común -la terrestre fue cerrada por Argelia en 1994- para visitarse, pero el jefe del Gobierno argelino sí accedió excepcionalmente a desplazarse a Tánger el domingo para participar en un acto conmemorativo al que asistieron, a puerta cerrada, representantes de siete partidos políticos del Magreb.
Era la celebración del aniversario de la conferencia que hace 50 años tuvo lugar en esa ciudad y en la que los principales partidos dieron su apoyo a la lucha armada contra Francia emprendida por el Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino. "El Magreb necesita ahora el mismo impulso militante que prevaleció entonces", afirmó de entrada Habib Ben Yahi, secretario general de la Unión del Magreb Árabe.
"Callejón sin salida"
Pero el Magreb está dividido por culpa del Sáhara Occidental, la antigua colonia española, y el ministro de Estado marroquí, el socialista Mohamed el Yazghi, aprovechó la ocasión para lanzar, el domingo por la noche, un llamamiento, especialmente al presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, "para que respalde el proyecto marroquí y sacar al Sáhara del callejón sin salida en el que se encuentra", según contó el orador a este periódico. Aludía al plan de autonomía propuesto por Rabat hace un año y que descarta la independencia del territorio que reivindica el Frente Polisario.
Belkhadem solicitó entonces la palabra para contestarle: "Desde su independencia Argelia siempre ha defendido las causas justas y los movimientos de liberación en Mozambique, Angola e incluso en su periferia". Se refería al Polisario. "¿Quieren que Argelia renuncie a sus principios?", preguntó a la audiencia.
"¡El Sáhara es marroquí!", vociferó la audiencia impidiendo a Belkhadem seguir hablando. El jefe del Ejecutivo marroquí se vio obligado a intervenir para poner orden. "La cuestión del Sáhara es sagrada en Marruecos", recordó primero, "pero no la vamos a resolver aquí, en esta sala, sino con mucha justicia, objetividad y calma".
Reacción en la prensa: trampa en Tánger
La audiencia se calmó, pero no así la prensa argelina: A Belkhadem le tendieron una trampa en Tánger, titulaba, por ejemplo, ayer en portada el diario El Watan, resumiendo una opinión generalizada. Marruecos "ha pisoteado todas las reglas de la hospitalidad".
El desplazamiento de Belkhadem, que es también líder del FLN, a Tánger fue cuando menos sorprendente. A mediados de mes Buteflika canceló un seminario histórico sobre la conferencia de Tánger de 1958 que se iba a celebrar en Argel.
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