Hugo Chávez pide definiciones al Foro Social Mundial
En los primeros años de su gobierno, el Presidente de Venezuela Hugo Chávez creía en la posibilidad de humanizar el capitalismo, pero con los años comprendió la inutilidad de las ?terceras vías? e inclinó el ideario de su ?revolución bolivariana? cada vez más hacia la izquierda marxista. La semana pasada, Chávez cerró el VI Foro Social Mundial cantando el himno de los obreros comunistas, La Internacional, e instando a los 8 mil asistentes a definirse políticamente: o se construye el socialismo y se fija una posición clara frente al capitalismo deshumanizante o la humanidad camina hacia el desastre.
Los Foros sociales nacieron como un punto de encuentro e intercambio de ideas entre activistas de una gran diversidad geográfica, sectorial e ideológica. A ellos concurrieron los que piensan que el sistema capitalista puede mejorarse y los que opinan que debe remplazarse. Pero si algo destacó en la sexta versión de este foro realizado en Caracas –en el que participaron más de 53 mil personas individuales, 19 mil delegados y 4.900 periodistas– fue el cuestionamiento que mucha gente hizo a la efectividad de una reunión de activistas que no fija metas concretas para construir un mundo nuevo.
Chávez valoró la existencia y la vigencia del FSM, que ha crecido en importancia, “los que luchamos por un mundo distinto, estamos a la ofensiva, ellos son los que están en retirada”. Pero alertó que si permanece en el actual formato, el espacio terminará convirtiéndose en un “encuentro folclórico-turístico” y eso “sería terrible”.
Francois Houtart, sacerdote jesuita integrante del Comité Internacional del Foro, admite el peligro de que esta reunión anual se convierta en un Woodstock social, pero opina que el Foro no debe transformarse en una V Internacional. Y no puede hacerlo porque si camina por esa ruta explota. Debe quedarse como un punto de encuentro, de intercambio, considerando que en él coexisten tendencias de tipo organizativo y de tipo anarquista. Los foros tienen que respetar el espacio para todos. Es importante que todos permanezcan en su interior. Ante la fuerza del adversario sería un desastre que el Foro terminara dividiéndose, añade.
De todos modos, el sacerdote dominico entiende la preocupación de Chávez: ¿Cómo pasar de la elaboración de la conciencia colectiva que fue el trabajo fundamental de los foros, creando una nueva cultura, una esperanza y que debe profundizarse y extenderse, a la formación de actores colectivos? Ciertamente, ya existen actores, pero se necesitan crear actores colectivos que terminen con el neoliberalismo y creen alternativas.
Ignacio Ramonet, director del periódico francés Le Monde Diplomatique, fundador de ATTAC, y uno de las figuras claves en la fundación del FSM, asegura que el organismo “no persigue que sus participantes lleguen a un acuerdo, sino que sirve de plataforma para que determinados grupos se reúnan e intercambien ideas”. Eso es precisamente lo que han hecho varias de las organizaciones presentes, aunque otras insistan en la necesidad de que el foro asuma resoluciones.
Walden Bello, director de Focus on the Global South, considera que el Foro de Caracas tuvo diferencias importantes respecto de los foros anteriores. La primera consistió en que la que gente que fue a Caracas vivió un Foro atravesado por un proceso de cambio social actual, fluido y radical, con todas sus alzas y sus bajas y sus contradicciones. La segunda es que el foro se efectuó en un país que tiene un conflicto muy áspero con Estados Unidos y los participantes en la reunión se involucraron activamente en ellos.
“Se avanzó en la conciencia de que el ámbito político formal es importante y que no se puede pensar solamente en dar grandes ideas o acciones desde abajo. Esto no significa la aceptación de lo político como está organizado hoy. Tampoco que el Foro deba perder su autonomía en su relación con los gobiernos progresistas. Por el contrario, hay que ser críticos con esos gobiernos, hay que brindarles apoyo crítico”, comenta Houtart.
Un plan de acción mundial
Para evitar que el foro se convierta en una peregrinación turística, Chávez propone hacer un plan de acción universal y unitario con el fin de crear una sociedad de iguales, sin excluidos, y con democracia participativa. Chávez piensa en un gran movimiento mundial antiimperialista, “auténticamente socialista”, que respete la singularidad de cada país, hecho que, según él, no ocurrió en la Unión Soviética.
El presidente venezolano recupera el pensamiento marxista y el socialismo, rememora a Carlos Marx y Rosa Luxemburgo, garantiza que el pensamiento socialista permanece vivo, a pesar de todas las tentativas por “matarlo” y es enfático al sentenciar: “¡Socialismo o muerte!”, no existe otra alternativa al capitalismo sino el fin de la civilización humana. “No hay más allá del siglo XXI si no cambiamos. La disyuntiva es: socialismo o muerte, pero muerte de la especie humana. El capitalismo está acabando con la vida en el planeta. Es ahora o nunca. Mañana pudiera ser demasiado tarde. Por eso clamo al foro para empujar en la formación de un movimiento mundial articulado antimperialista y socialista”, dijo en el cierre del Foro de Caracas.
En el día final de los trabajos del FSM, Chávez sostuvo una larga conversación con representantes de la Asamblea de Movimientos Sociales, convergencia que actúa al interior del Foro, pero se diferencia de éste en que toma acuerdos e iniciativas de acción. Allí, aseguró, se “están encendiendo las luces del nuevo amanecer mundial” y, parafraseando al Che Guevara, llamó a formar “una, dos, tres, muchas Bolivias”.
Chávez señaló que para consolidarse la revolución bolivariana requiere de los movimientos sociales del mundo. “Es absolutamente imposible -dijo- la revolución en un solo país. Estamos debilitando las columnas del sistema capitalista, pero, o cae en todo el mundo o no cae en ninguna parte”.
Aldo Zancheta, director de la Escuela para la Paz en Luca, Italia, afirma que no le queda claro para qué sirve el Foro. Y se pregunta: ¿para preparar acciones? ¿Para confrontar análisis? “Hay que pensar para el futuro. Estos foros no ayudan ya a desarrollar ideas nuevas. Se repiten a sí mismos. Los movimientos invierten demasiado tiempo y energías en su preparación y no queda tiempo para hacer lo que hace falta hacer para cambiar el mundo”.
Roberto Savio, director General de IPS y miembro de la organización del Foro Social Mundial remarcó la necesidad de construir una influyente agenda de los movimientos. El problema del esquema policéntrico es que los foros se han regionalizado bastante y se ha perdido un poco la capacidad global del Foro Social Mundial.
“Hay que crear espacios proposititos, planes de acciones y salir del Foro con algunas ideas concretas que comprometan a todo el mundo”, construir una agenda de la sociedad civil que influya en los sistemas, en las instituciones políticas, en la sociedad.
Según Savio, "Chávez está jugando un papel regional latinoamericano muy importante (…) Yo como persona que cree en la necesidad de cambios sociales en América Latina lo miro con mucha esperanza".
En Caracas la Internacional se convirtió en símbolo de que algo nuevo está verdaderamente surgiendo desde abajo y a la izquierda.
Con datos de Adital, La Jornada, Pulsar y agencias
En los primeros años de su gobierno, el Presidente de Venezuela Hugo Chávez creía en la posibilidad de humanizar el capitalismo, pero con los años comprendió la inutilidad de las ?terceras vías? e inclinó el ideario de su ?revolución bolivariana? cada vez más hacia la izquierda marxista. La semana pasada, Chávez cerró el VI Foro Social Mundial cantando el himno de los obreros comunistas, La Internacional, e instando a los 8 mil asistentes a definirse políticamente: o se construye el socialismo y se fija una posición clara frente al capitalismo deshumanizante o la humanidad camina hacia el desastre.
Los Foros sociales nacieron como un punto de encuentro e intercambio de ideas entre activistas de una gran diversidad geográfica, sectorial e ideológica. A ellos concurrieron los que piensan que el sistema capitalista puede mejorarse y los que opinan que debe remplazarse. Pero si algo destacó en la sexta versión de este foro realizado en Caracas –en el que participaron más de 53 mil personas individuales, 19 mil delegados y 4.900 periodistas– fue el cuestionamiento que mucha gente hizo a la efectividad de una reunión de activistas que no fija metas concretas para construir un mundo nuevo.
Chávez valoró la existencia y la vigencia del FSM, que ha crecido en importancia, “los que luchamos por un mundo distinto, estamos a la ofensiva, ellos son los que están en retirada”. Pero alertó que si permanece en el actual formato, el espacio terminará convirtiéndose en un “encuentro folclórico-turístico” y eso “sería terrible”.
Francois Houtart, sacerdote jesuita integrante del Comité Internacional del Foro, admite el peligro de que esta reunión anual se convierta en un Woodstock social, pero opina que el Foro no debe transformarse en una V Internacional. Y no puede hacerlo porque si camina por esa ruta explota. Debe quedarse como un punto de encuentro, de intercambio, considerando que en él coexisten tendencias de tipo organizativo y de tipo anarquista. Los foros tienen que respetar el espacio para todos. Es importante que todos permanezcan en su interior. Ante la fuerza del adversario sería un desastre que el Foro terminara dividiéndose, añade.
De todos modos, el sacerdote dominico entiende la preocupación de Chávez: ¿Cómo pasar de la elaboración de la conciencia colectiva que fue el trabajo fundamental de los foros, creando una nueva cultura, una esperanza y que debe profundizarse y extenderse, a la formación de actores colectivos? Ciertamente, ya existen actores, pero se necesitan crear actores colectivos que terminen con el neoliberalismo y creen alternativas.
Ignacio Ramonet, director del periódico francés Le Monde Diplomatique, fundador de ATTAC, y uno de las figuras claves en la fundación del FSM, asegura que el organismo “no persigue que sus participantes lleguen a un acuerdo, sino que sirve de plataforma para que determinados grupos se reúnan e intercambien ideas”. Eso es precisamente lo que han hecho varias de las organizaciones presentes, aunque otras insistan en la necesidad de que el foro asuma resoluciones.
Walden Bello, director de Focus on the Global South, considera que el Foro de Caracas tuvo diferencias importantes respecto de los foros anteriores. La primera consistió en que la que gente que fue a Caracas vivió un Foro atravesado por un proceso de cambio social actual, fluido y radical, con todas sus alzas y sus bajas y sus contradicciones. La segunda es que el foro se efectuó en un país que tiene un conflicto muy áspero con Estados Unidos y los participantes en la reunión se involucraron activamente en ellos.
“Se avanzó en la conciencia de que el ámbito político formal es importante y que no se puede pensar solamente en dar grandes ideas o acciones desde abajo. Esto no significa la aceptación de lo político como está organizado hoy. Tampoco que el Foro deba perder su autonomía en su relación con los gobiernos progresistas. Por el contrario, hay que ser críticos con esos gobiernos, hay que brindarles apoyo crítico”, comenta Houtart.
Un plan de acción mundial
Para evitar que el foro se convierta en una peregrinación turística, Chávez propone hacer un plan de acción universal y unitario con el fin de crear una sociedad de iguales, sin excluidos, y con democracia participativa. Chávez piensa en un gran movimiento mundial antiimperialista, “auténticamente socialista”, que respete la singularidad de cada país, hecho que, según él, no ocurrió en la Unión Soviética.
El presidente venezolano recupera el pensamiento marxista y el socialismo, rememora a Carlos Marx y Rosa Luxemburgo, garantiza que el pensamiento socialista permanece vivo, a pesar de todas las tentativas por “matarlo” y es enfático al sentenciar: “¡Socialismo o muerte!”, no existe otra alternativa al capitalismo sino el fin de la civilización humana. “No hay más allá del siglo XXI si no cambiamos. La disyuntiva es: socialismo o muerte, pero muerte de la especie humana. El capitalismo está acabando con la vida en el planeta. Es ahora o nunca. Mañana pudiera ser demasiado tarde. Por eso clamo al foro para empujar en la formación de un movimiento mundial articulado antimperialista y socialista”, dijo en el cierre del Foro de Caracas.
En el día final de los trabajos del FSM, Chávez sostuvo una larga conversación con representantes de la Asamblea de Movimientos Sociales, convergencia que actúa al interior del Foro, pero se diferencia de éste en que toma acuerdos e iniciativas de acción. Allí, aseguró, se “están encendiendo las luces del nuevo amanecer mundial” y, parafraseando al Che Guevara, llamó a formar “una, dos, tres, muchas Bolivias”.
Chávez señaló que para consolidarse la revolución bolivariana requiere de los movimientos sociales del mundo. “Es absolutamente imposible -dijo- la revolución en un solo país. Estamos debilitando las columnas del sistema capitalista, pero, o cae en todo el mundo o no cae en ninguna parte”.
Aldo Zancheta, director de la Escuela para la Paz en Luca, Italia, afirma que no le queda claro para qué sirve el Foro. Y se pregunta: ¿para preparar acciones? ¿Para confrontar análisis? “Hay que pensar para el futuro. Estos foros no ayudan ya a desarrollar ideas nuevas. Se repiten a sí mismos. Los movimientos invierten demasiado tiempo y energías en su preparación y no queda tiempo para hacer lo que hace falta hacer para cambiar el mundo”.
Roberto Savio, director General de IPS y miembro de la organización del Foro Social Mundial remarcó la necesidad de construir una influyente agenda de los movimientos. El problema del esquema policéntrico es que los foros se han regionalizado bastante y se ha perdido un poco la capacidad global del Foro Social Mundial.
“Hay que crear espacios proposititos, planes de acciones y salir del Foro con algunas ideas concretas que comprometan a todo el mundo”, construir una agenda de la sociedad civil que influya en los sistemas, en las instituciones políticas, en la sociedad.
Según Savio, "Chávez está jugando un papel regional latinoamericano muy importante (…) Yo como persona que cree en la necesidad de cambios sociales en América Latina lo miro con mucha esperanza".
En Caracas la Internacional se convirtió en símbolo de que algo nuevo está verdaderamente surgiendo desde abajo y a la izquierda.
Con datos de Adital, La Jornada, Pulsar y agencias
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