Por Samuel Hadas, analista diplomático. Primer embajador de Israel en España y la Santa Sede. Asesor del Centro Peres para la Paz (LA VANGUARDIA, 25/09/07):
En lo que podría ser la primera confirmación israelí que rompe el mutismo que se guarda sobre un tema del que medios de información extranjeros están informando desde hace dos semanas, el ex primer ministro israelí y actual jefe de la oposición, Beniamin Netanyahu, admitió que se produjo una incursión aérea israelí sobre territorio sirio. En lo que pudo haber sido un lapsus linguae, Netanyahu incluso se jactó de que fue “puesto al tanto desde el primer momento”, comentando que dio su respaldo al primer ministro, Ehud Olmert, y que le felicitó personalmente.
Lo que hasta ahora tanto los gobiernos israelí y sirio intentaron encubrir, en el caso de Israel mediante la censura militar, y de Siria, con su férreo control de los medios de comunicación de su país, obtiene así alguna corroboración de parte de un personaje israelí de primera fila. Ninguna fuente gubernamental, tanto en Israel como en Siria, había sido ta directa acerca de la misteriosa incursión aérea que tuvo lugar el 6 de este mes, aunque Siria anunciara entonces solamente una “violación de su espacio aéreo” anticipando una “represalia para cuando llegue el momento adecuado” y que “Israel deberá pagar el precio por el ataque”.
El estricto y sin precedentes apagón informativo oficial y el silencio de las cúpulas oficiales israelí y siria respecto a lo sucedido ha dado pábulo a muchas conjeturas en la prensa extranjera. No hay lugar a duda: el 6 de septiembre sucedió algo importante en el norte de Siria y evidencias circunstanciales apuntan a que se trata de un ataque a alguna instalación nuclear proporcionada por Corea del Norte, escribe Charles Krauthammer, del The Washington Post.El objetivo de la violación del espacio aéreo sirio pudo haber sido un envío de equipamiento nuclear norcoreano para el enriquecimiento de uranio, según FOX News. Podría tratarse de una misión para recabar información de inteligencia, según versión del The New York Times o la destrucción de sistemas de armamento, lo que dejó “un profundo cráter”, como informa la CNN. Según The Observer londinense, se trata de un ataque a supuestas instalaciones nucleares sirias, en el que participaron ocho aviones israelíes F-15 y F-16 que lanzaron misiles aire-tierra y bombas de 250 kilos. También participaron, siempre según este cotidiano, un avión de espionaje y una pequeña fuerza terrestre de elite que dirigió a los aviones a sus blancos por medio de sistemas láser. Casi todos sugieren una cooperación nuclear sirio-norcoreana (dicho sea de paso, la cooperación en materia de misiles entre ambos países es ampliamente conocida desde hace años, como lo es la cooperación con Irán en el desarrollo de armamento químico y biológico no convencional para ser incorporado a cabezas de misiles). Los esfuerzos sirios por reforzar su arsenal de misiles preocupa a Israel, sobre todo porque una parte es transferida a Hizbulah, como quedó demostrado en la segunda guerra de Líbano, cuando esta organización radical disparó más de cuatro mil cohetes y misiles sobre poblaciones del norte de Israel.
Según informó The Sunday Times,Siria había estado planeando una “sorpresa devastadora” contra Israel. El diario sugiere que podría estar relacionada con las informaciones sobre un envío a Siria de material nuclear norcoreano, lo que ha motivado la incursión aérea israelí. “Sabíamos - cita el periódico a una anónima fuente israelí- que Siria dispone de dispositivos químicos mortales, pero no se puede vivir bajo una amenaza nuclear”. Nadie olvida la operación preventiva israelí contra las instalaciones nucleares de Iraq en Osiraq, en 1981, que paralizó el programa armamentista nuclear de Sadam Husein. Tanto Siria como Corea del Norte han desmentido categóricamente las informaciones sobre una cooperación nuclear, pero hay quien cree que Siria e Irán podrían brindar refugio a tecnología nuclear de la que Pyongyang está obligada a deshacerse. No debe llamar la atención la falta de apoyo a Siria de los países árabes. Esto tiene que ver con las estrechas relaciones Damasco-Teherán.
Tarde o temprano (más bien temprano) se desvelará el enigmático secreto que ambas partes guardan tratando quizás de aminorar la tensión existente. ¿Conducirá el incidente a una guerra? La presente crisis podría ser superada, pero la fragilidad de las relaciones Israel-Siria continuará amenazando y en cualquier momento podría causar una irrupción.
La tensión ha aumentado y en el agitado contexto de Oriente Medio existe el riesgo de una complicación y una escalada que conduzca a Israel y Siria a un nuevo conflicto que podría ser desatado por un error de cálculo o un paso en falso. Nadie está interesado en un conflicto armado, pero la retórica siria de que “su país encontrará el camino para responder” no ayuda a calmar la situación. ¿Busca Siria recalentar su frontera con Israel a fin de ser incluido en la conferencia de paz convocada para noviembre? Esto difícilmente sucederá mientras siga proporcionando refugio a los terroristas palestinos que se oponen a un acuerdo con Israel, su territorio siga siendo corredor de paso hacia Iraq de los discípulos de Bin Laden, siga intentando controlar la situación en Líbano a través de Hizbulah y mantenga su alianza estratégica con Irán, considerado la mayor amenaza estratégica no sólo para Israel, sino para la mayoría de países árabes.
En lo que podría ser la primera confirmación israelí que rompe el mutismo que se guarda sobre un tema del que medios de información extranjeros están informando desde hace dos semanas, el ex primer ministro israelí y actual jefe de la oposición, Beniamin Netanyahu, admitió que se produjo una incursión aérea israelí sobre territorio sirio. En lo que pudo haber sido un lapsus linguae, Netanyahu incluso se jactó de que fue “puesto al tanto desde el primer momento”, comentando que dio su respaldo al primer ministro, Ehud Olmert, y que le felicitó personalmente.
Lo que hasta ahora tanto los gobiernos israelí y sirio intentaron encubrir, en el caso de Israel mediante la censura militar, y de Siria, con su férreo control de los medios de comunicación de su país, obtiene así alguna corroboración de parte de un personaje israelí de primera fila. Ninguna fuente gubernamental, tanto en Israel como en Siria, había sido ta directa acerca de la misteriosa incursión aérea que tuvo lugar el 6 de este mes, aunque Siria anunciara entonces solamente una “violación de su espacio aéreo” anticipando una “represalia para cuando llegue el momento adecuado” y que “Israel deberá pagar el precio por el ataque”.
El estricto y sin precedentes apagón informativo oficial y el silencio de las cúpulas oficiales israelí y siria respecto a lo sucedido ha dado pábulo a muchas conjeturas en la prensa extranjera. No hay lugar a duda: el 6 de septiembre sucedió algo importante en el norte de Siria y evidencias circunstanciales apuntan a que se trata de un ataque a alguna instalación nuclear proporcionada por Corea del Norte, escribe Charles Krauthammer, del The Washington Post.El objetivo de la violación del espacio aéreo sirio pudo haber sido un envío de equipamiento nuclear norcoreano para el enriquecimiento de uranio, según FOX News. Podría tratarse de una misión para recabar información de inteligencia, según versión del The New York Times o la destrucción de sistemas de armamento, lo que dejó “un profundo cráter”, como informa la CNN. Según The Observer londinense, se trata de un ataque a supuestas instalaciones nucleares sirias, en el que participaron ocho aviones israelíes F-15 y F-16 que lanzaron misiles aire-tierra y bombas de 250 kilos. También participaron, siempre según este cotidiano, un avión de espionaje y una pequeña fuerza terrestre de elite que dirigió a los aviones a sus blancos por medio de sistemas láser. Casi todos sugieren una cooperación nuclear sirio-norcoreana (dicho sea de paso, la cooperación en materia de misiles entre ambos países es ampliamente conocida desde hace años, como lo es la cooperación con Irán en el desarrollo de armamento químico y biológico no convencional para ser incorporado a cabezas de misiles). Los esfuerzos sirios por reforzar su arsenal de misiles preocupa a Israel, sobre todo porque una parte es transferida a Hizbulah, como quedó demostrado en la segunda guerra de Líbano, cuando esta organización radical disparó más de cuatro mil cohetes y misiles sobre poblaciones del norte de Israel.
Según informó The Sunday Times,Siria había estado planeando una “sorpresa devastadora” contra Israel. El diario sugiere que podría estar relacionada con las informaciones sobre un envío a Siria de material nuclear norcoreano, lo que ha motivado la incursión aérea israelí. “Sabíamos - cita el periódico a una anónima fuente israelí- que Siria dispone de dispositivos químicos mortales, pero no se puede vivir bajo una amenaza nuclear”. Nadie olvida la operación preventiva israelí contra las instalaciones nucleares de Iraq en Osiraq, en 1981, que paralizó el programa armamentista nuclear de Sadam Husein. Tanto Siria como Corea del Norte han desmentido categóricamente las informaciones sobre una cooperación nuclear, pero hay quien cree que Siria e Irán podrían brindar refugio a tecnología nuclear de la que Pyongyang está obligada a deshacerse. No debe llamar la atención la falta de apoyo a Siria de los países árabes. Esto tiene que ver con las estrechas relaciones Damasco-Teherán.
Tarde o temprano (más bien temprano) se desvelará el enigmático secreto que ambas partes guardan tratando quizás de aminorar la tensión existente. ¿Conducirá el incidente a una guerra? La presente crisis podría ser superada, pero la fragilidad de las relaciones Israel-Siria continuará amenazando y en cualquier momento podría causar una irrupción.
La tensión ha aumentado y en el agitado contexto de Oriente Medio existe el riesgo de una complicación y una escalada que conduzca a Israel y Siria a un nuevo conflicto que podría ser desatado por un error de cálculo o un paso en falso. Nadie está interesado en un conflicto armado, pero la retórica siria de que “su país encontrará el camino para responder” no ayuda a calmar la situación. ¿Busca Siria recalentar su frontera con Israel a fin de ser incluido en la conferencia de paz convocada para noviembre? Esto difícilmente sucederá mientras siga proporcionando refugio a los terroristas palestinos que se oponen a un acuerdo con Israel, su territorio siga siendo corredor de paso hacia Iraq de los discípulos de Bin Laden, siga intentando controlar la situación en Líbano a través de Hizbulah y mantenga su alianza estratégica con Irán, considerado la mayor amenaza estratégica no sólo para Israel, sino para la mayoría de países árabes.
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